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04 de mayo de 2024

Hallazgo Arqueológico de la Mano de Irulegi

Hallazgo Arqueológico de la Mano de Irulegi

Un nuevo estudio duda de que la «Mano de Irulegui» esté escrita en euskera

Su origen se discute en la revista científica Fontes Linguae Vasconum, codirigida por Joaquín Gorrochategui, uno de los primeros expertos en analizar la mano, a la vez que se baraja la posibilidad de que fuera una ofrenda a la diosa Fortuna

El espíritu del famoso fraude del yacimiento de Iruña-Veleia, en Vitoria, donde en 2005 se encontraron fragmentos de cerámica de la época romana con jeroglíficos egipcios y textos en euskera y latín que resultaron falsos, planea sobre el hallazgo de la supuesta inscripción «vasca» descifrada en la llamada «Mano de Irulegui».
Tras la polémica generada en su presentación, varios expertos discuten que las líneas de la mano se escribiera en vascónico. De hecho, varios consideran imposible de demostrar que los signos de la pieza del siglo I a.de C. hallada en 2021 pertenezcan al lenguaje que daría lugar con el paso de los siglos al euskera.
El hallazgo del valle navarro de Aranguren ha enfrentado a expertos investigadores y a quienes quieren ver en él una justificación del nacionalismo vasco. Sin embargo, varios artículos publicados en la revista científica Fontes Linguae Vasconum, codirigida por Joaquín Gorrochategui, uno de los primeros expertos en analizar la mano, ponen en duda la hipótesis del vascónico.
Los lingüistas Javier Velaza y Joaquín Gorrochategui y el arqueólogo Mattin Aiestaran son algunos de los firmantes en la renombrada revista, que edita el Gobierno de Navarra. Los dos lingüistas analizan en su texto las dos versiones de las cuatro líneas escritas en la pieza, una esgrafiada y otra punteada, que no coinciden en todos sus signos: «Ello suscita, además de graves dificultades para la interpretación del texto, preguntas relevantes acerca de la autoría de cada una de ellas; es decir, si ambas versiones se deben al mismo autor, que hubiese esgrafiado un borrador más o menos negligente y después hubiese él mismo punteado el texto completando o corrigiendo algunos signos, o a personas diferentes».
Portada del artículo 'La mano de Irulegi' escrito por Joaquín Gorrochategui

Portada del artículo 'La mano de Irulegi' escrito por Joaquín Gorrochategui

La hipótesis principal y novedosa es que la mano podría ser una ofrenda o un texto ritual, en el que probablemente se pide a la diosa Fortuna su protección en contextos de guerra. Sin embargo, a lo largo del artículo se reitera que no hay «seguridad» en ninguna de las hipótesis. Sin embargo, los lingüistas insisten en que 'sorioneku' o 'sorioneke', la primera palabra del texto, hace de hecho referencia a 'buena fortuna' en vascónico.
Por su parte, el catedrático de Historia Antigua de la Universidad de Zaragoza, Francisco Beltrán, cree que la forma de la mano tiene que ver con un trofeo de combate en un ambiente bélico: señala que el soporte de la mano de Irulegi es un «unicum» en el territorio vascónico, una forma que no había aparecido nunca antes, por lo que la pone en relación con otras piezas de esa época y de regiones próximas, que apuntan a que sea interpretada «como símbolo de guerra o de muerte, de manos cortadas a los enemigos y exhibidas como trofeos».

La atribución del texto al vasco no queda confirmada

Joan Ferré i Jané encuentra afinidad en la inscripción con el idioma ibérico, mientras que Eduardo Orduña señala que los signos son una adaptación «específicamente vascona» del signario ibérico, «manifestada en el uso de algún signo específico», pero realizada en dos fases. Otros autores, como Iván Igartua, cree que es un acertijo indescifrable: «Contiene secuencias ajenas a cualquier patrón conocido, algo que suele alimentar el espacio de la libre especulación», algo en lo que insisten también Eneko Zuloaga y Borja Ariztimuño, que llaman a la cautela. Los profesores de la Universidad del País Vasco son claros desde las primeras líneas de su artículo: «No es posible descifrar las líneas de la mano de Irulegi a través de lo que sabemos sobre el vasco histórico y sobre el protovasco».
Julen Manterola y Céline Mounole afirman claramente que «no puede probarse que contenga alguna forma del vasco» con los datos a nuestra disposición, y Joseba A. Lakarra da un paso más allá al afirmar que 'sorienku' no equivale al 'zorioneko' actual: «No equivale a zorioneko ‘dichoso, feliz’, ni se relaciona con zorion ‘dicha, felicidad’. Estos son muy tardíos (comienzos o mediados del XVIII)».
La mano se encontró en el vestíbulo de una vivienda de Irulegi que, como el resto del asentamiento, fue arrasada durante las guerras sertorianas que enfrentaron al gobernador Quinto Sertorio y a Cneo Pompeyo Magno entre los años 82 y 72 antes de Cristo. La gran cantidad de armamento descubierto durante las excavaciones (en proceso de restauración y estudio), así como otros restos carbonizados indican a los arqueólogos que el incendio que destruyó la casa «no fue fortuito» y se produjo en las fechas de este conflicto armado que asoló gran parte de la península ibérica, especialmente el Valle del Ebro.
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