
Fotografía de la representación en el Español de 'Un tranvía llamado Deseo'
Un Marlon Brando con acento catalán para representar ‘Un tranvía llamado deseo’ en el Teatro Español
El Teatro Español estrena una nueva versión de 'Un tranvía llamado Deseo'
Una de las pegas del cine es que, cuando surge un acto con un talento gigante y se hace con un papel, aunque ese papel sea universal y no estuviera pensado para él, es imposible imaginarse a ese personaje en la piel de otro actor.
Es lo que le pasa con el papel de Stanley Kowalski en Un tranvía llamado Deseo, de Elia Kazan, con el que Marlon Brando logró, para muchos, la mejor interpretación de su carrera (con permiso de su Vito Corleone) y una de las mejores actuaciones de la historia del cine.
Es prácticamente imaginarse a un Kowalski que no sea Marlon Brando y, sin embargo, el Teatro Español se ha propuesto que el público madrileño se abstraiga de semejante antecedente y disfrute de la obra original de Tennessee Williams con un Kowalski con acento español.
El Teatro Español estrena este jueves Un tranvía llamado Deseo, que se mantendrá en cartel hasta el 27 de julio.
El libreto del gran autor teatral estadounidense, autor también de La gata sobre el tejado de zinc, sigue los pasos de Blanche Dubois, una mujer de una poderosa familia sureña que, tras arruinarse, se muda a vivir con su hermana Stella en Nueva Orleans.
Allí mantiene una tormentosa relación con su cuñado, Stanley Kowalski (interpretado por Brando en la película de Kazan), un hombre violento que la arrastra hacia un trágico destino.
En la versión teatral que trae el Español de la mano del director David Serrano, el papel de Kowalski lo desempeña el actor catalán Pablo Derqui, que deberá lidiar con las actrices Nathalie Poza (en el papel de Blanche Dubois) y María Vázquez (que interpreta a Stella Kowalski).
En palabras del director, David Serrano, recogidas por Europa Press: «Un tranvía llamado deseo es una de las cumbres de la dramaturgia norteamericana, un texto redondo e incuestionable sin el que es imposible entender el teatro del siglo XX. Tennessee Williams plasmó con una tremenda honestidad su compleja relación con el amor y el deseo. Mi prioridad como director siempre ha sido ponerme al servicio de la historia y de los actores, y teniendo en las manos una obra maestra como Un tranvía llamado deseo aún lo será más».