Manuel Pardo de VeraDaniel Vara

Entrevista con Manuel Pardo de Vera y Díaz, presidente de la Real Asociación de Hidalgos de España

«El origen de la hidalguía está fundamentalmente en la Reconquista»

La Real Asociación de Hidalgos de España desarrolla una notable labor cultural y social en una sociedad necesitada de valores sustentados en el humanismo

Manuel Pardo de Vera y Díaz es presidente de la Real Asociación de Hidalgos de España, además de ingeniero industrial –de la que se retiró como director en Unión Fenosa Distribución después de una exitosa carrera profesional en el sector eléctrico– y experto enderecho nobiliario y premial, genealogía y heráldica.

Comendador de la Orden del Santo Sepulcro de Jerusalén, caballero «juri sanguinis» de la Sacra y Militar Orden Constantiniana de San Jorge, fiscal del Cuerpo de la Nobleza del Antiguo Reino de Galicia…, entre otros títulos y méritos, conversa con El Debate sobre el papel de la nobleza en la sociedad y las actividades de la Real Asociación de Hidalgos de España que preside y que cuenta con 2.000 asociados y 430 profesionales contratados

–¿Qué es la Real Asociación de Hidalgos de España y cuáles son sus objetivos?

–La Real Asociación de Hidalgos de España se fundó el 3 de noviembre de 1954, de manera que acabamos de cumplir los 70 años, el pasado año.

La idea de los fundadores era crear una institución que agrupase a la nobleza española. ¿Para qué? Una de las razones era poder divulgar, poder estudiar, poder analizar lo que fue la hidalguía en el Antiguo Régimen –entendiendo por Antiguo Régimen, claro, hasta las Cortes de Cádiz–, cómo la hidalguía estructuró la sociedad, la estructura del reino –en realidad, de los reinos, porque España no era un reino solo–, cómo fue estructurada a través de la hidalguía del que se tiene un conocimiento incluso estereotipado.

En España el 5 % de la población eran hidalgos, sobre todo en el norte de España. Por ejemplo, en Asturias un 40 % de la población eran hidalgos.

No era la clase económicamente poderosa que a veces se cree que era, pero sí la que estructuraba, de alguna manera, la sociedad de entonces desde el punto de vista administrativo y también desde el punto de vista militar.

Para estudiar todo esto, para analizarlo, divulgarlo, se creó una asociación que acogiese, como digo, a la nobleza española. Pero no sólo para eso, sino también para realizar lo que consideraban los fundadores, que era una obligación de la nobleza, la obligación que siempre tuvo: realizar actividades en beneficio de la sociedad.

Esos son los fines que tenemos, en dos vertientes: actividades de tipo cultural y actividades de tipo asistencial, de ayuda a colectivos desfavorecidos socialmente.

–¿Qué actividades en concreto desarrollan en la Asociación?

–Pues dentro de estos dos grandes bloques de actividades culturales y actividades asistenciales, en el bloque de actividades culturales tenemos, al menos, una conferencia mensual.

Organizamos congresos, tanto nacionales como internacionales, sobre las ciencias historiográficas. Es decir, la historia en su conjunto, pero también el papel de la nobleza, el tema genealógico, el tema heráldico…

Para organizar todos estos congresos y actividades tenemos convenios. Tenemos convenios, por ejemplo, desde hace ya muchísimos años, con la UNED, con la que impartimos cursos de máster sobre estas ciencias historiográficas. Tenemos convenios con el Ministerio de Cultura, con el Gobierno de Navarra, con el Gobierno de Aragón y con el Gobierno de Andalucía.

Estos convenios nos permiten trabajar en los archivos históricos como la Chancillería de Valladolid, la Chancillería de Granada, el Archivo del Reino de Aragón y el Archivo Real y General de Navarra. P

Nosotros contratamos personas que están trabajando en estos archivos y extraemos de estos documentos históricos información que luego, además, publicamos en una editorial que tiene la propia asociación. Con ello se divulgan esos fondos históricos de los Archivos Nacionales.

También tenemos convenios con la Real Academia de la Historia para ciclos de conferencias y también para digitalizar los fondos que tiene la Real Academia de la Historia que versan sobre la nobleza histórica española.

De esta manera, con este tipo de convenios, desarrollamos estas actividades culturales. También formamos parte de la Confederación Internacional de Genealogía y Heráldica, de la Academia Internacional de Heráldica, la Academia Internacional de Genealogía… En fin, una cantidad de instituciones con las que también realizamos este tipo de congresos.

Tenemos convenios con algunas instituciones más: la Real Academia Matritense de Heráldica y Genealogía… En fin, con un número elevado de instituciones para realizar estos trabajos.

En el orden asistencial tenemos convenios con ONGs, por ejemplo, con la Fundación Realidades, que atiende a personas mayores, personas sin hogar, para que les puedan facilitar un hogar o, al menos, que en su vida diaria dispongan de los recursos higiénicos, alimentación, etcétera.

Tenemos convenios también para financiar proyectos de Norte Joven, que da a jóvenes con riesgo de exclusión social una formación para que puedan tener el graduado escolar y un oficio: carpinteros, electricistas…, y que luego consigan un puesto de trabajo.

También financiamos actividades de Nuevo Futuro o de la Orden de Malta para gente sin recursos. Por ejemplo, para que puedan dar asistencia sanitaria, sobre todo de tipo dental. Hay personas que no pueden acceder a un trabajo por sus malas condiciones estéticas. Bueno, pues la Orden de Malta los atiende y nosotros financiamos parte de esos trabajos.

He dado unos ejemplos, pero como estos hay otros muchos con los que colaboramos que atienden a personas en riesgo de exclusión social.

A parte de esto, tenemos tres residencias para personas mayores. Tenemos una en Madrid que se llama Hidalgos Casa Solar, en la que viven 180 personas mayores.

Tenemos otra residencia, Hidalgos Casa Quinta, que está en Ciempozuelos, en donde viven 320 personas mayores. Y tenemos una que hemos construido e inaugurado hace tres años que está en Tres Cantos, la residencia Hidalgos Tres Cantos, en donde viven 157 personas mayores.

Y en el orden asistencial-cultural tenemos el Colegio Mayor Marqués de la Ensenada, en la Ciudad Universitaria de Madrid, en la Complutense, en donde estudian y se forman 264 jóvenes estudiantes, en donde también tenemos ayudas para los que, por su tipo de familia, familia numerosa, familia con una renta muy alta, los dotamos de becas por su buen rendimiento académico para ayudar a estos jóvenes a que puedan residir en el colegio y formarse convenientemente.

–Ha citado proyectos culturales y sociales pero, más allá de eso, ¿por qué la nobleza ve prioritarios en su misión estos dos ámbitos?

–Yo creo que fueron dos ámbitos en los que la nobleza históricamente ha desempeñado un importante papel.

En el plano cultural, los mecenas más importantes históricamente fueron miembros de la nobleza. Hoy pueden ser los empresarios, pero si hablamos de siglos atrás, era la nobleza la que favorecía a pintores, escritores, escultores, etcétera.

También desde el punto de vista asistencial, gran parte de las fundaciones para atender a niños abandonados, a enfermos, a ancianos eran fundaciones creadas por la nobleza.

De esa manera, continuamos con esa labor. Además, creemos que, socialmente son los dos aspectos principales. Uno: permitir una vida digna. Y el otro, conseguir un nivel cultural cada vez mejor dentro del conjunto de España.

En ese sentido, nuestros trabajos son abiertos. Es decir, nuestras conferencias no son sólo para los asociados. A nuestros congresos puede asistir quien lo desee.

Luego tenemos también publicaciones con la editorial. Tenemos una revista que se publican tres o cuatro veces al año, que se llama Hidalguía, que es un referente entre los académicos, entre las universidades, entre los doctorandos. Es un fondo importantísimo dentro de las ciencias historiográficas. Está catalogada como una revista científica.

–Más allá de esta aportación, ¿cuál es el papel de la nobleza a la hora de conservar y promover la herencia cultural e identitaria de España?

–Como decía antes, existe una imagen general sobre la nobleza que creemos que no responde a la realidad. La nobleza en España era más numerosa que, en general, en Europa. Como digo, era el 5 % de la población. En Asturias, el 40 %. En Vizcaya es una hidalguía universal para los originarios de Vizcaya. Es decir, todos son hidalgos.

A medida que se avanza hacia el sur, disminuye. Pero ¿por qué disminuye? Porque el origen de la hidalguía está fundamentalmente en la Reconquista y, por lo tanto, se generó sobre todo en la franja norte, que es desde donde comenzó a bajar la Reconquista.

Por otro lado, nuestro fundamento, aunque no somos una entidad con un carácter religioso, sí que nuestros fundamentos surgen del humanismo cristiano y así consta en nuestros estatutos.

Por eso procuramos que en todas nuestras actividades y en la formación que damos en el Colegio Mayor, y en las actividades para los residentes, haya un componente que facilite la práctica religiosa. No que la obligue, pero sí que la facilite. Y que, desde luego, se vea ese fondo cristiano de la Asociación.

–Honor, patriotismo, generosidad, honradez…, son valores de la Real Asociación de Hidalguía de España, pero son también valores universales. ¿Los echa en falta en la sociedad española actual?

–Yo diría que se les echa en falta. Y mucho, además. Efectivamente, son valores universales. Son valores que forman parte de la moral y de la ética. Se sea o no creyente, esos valores son universales y debe tenerlos toda persona.

Yo creo que toda persona los tiene, aunque no los cumpla, pero sabe que los está incumpliendo.

La sociedad de hoy es, quizás, muy materialista, y los intereses materiales hacen que uno no actúe de acuerdo con estos valores. Aunque los reconozca como valores morales, en el día a día no los tiene en cuenta.

Por eso, fundamentalmente tratamos de inculcarlos a los jóvenes. Evidentemente, las personas mayores que viven en las residencias ya los habrán aplicado durante toda su vida. Pero en los jóvenes sí es necesario inculcarlos.

De esa forma, si en la actividad de alguno de nuestros colegiales se ve claramente que no se basa en estos principios, no puede continuar con nosotros en el Colegio Mayor.

Por suerte, la juventud, aunque a veces no lo parezca, que se dedica a trabajar y a estudiar, como los jóvenes que están en el Colegio Mayor, suele tener estos valores como como propios. Pero se echa de menos en la sociedad, sin duda.

Las redes sociales no ayudan a que esos valores tomen presencia. Y quizá diría que en la vida política tampoco se ven muy a menudo. Pero bueno, hay minorías en todos los ámbitos, por supuesto también en la juventud, que sí tienen estos valores.

Lo vemos, sobre todo, cuando hay desgracias grandes. Lo hemos visto en la dana, lo hemos visto ahora con los incendios... En fin, cuando hay alguna catástrofe importante gran parte de la sociedad, o una parte destacada de la sociedad, sí que muestra estos valores.