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Gerardo Diego ganó el Premio Nacional de Literatura (modalidad poesía) en 1924. Chus Pato en 2024

Gerardo Diego ganó el Premio Nacional de Literatura (modalidad poesía) en 1924. Chus Pato el Nacional de Poesía en 2024GTRES / Europa Press

La decadencia de los Premios Nacionales vista a través de sus ganadores: de Gerardo Diego a Chus Pato

Los otrora prestigiosos Premios Nacionales de Narrativa, Poesía o Letras son hoy un vehículo de reconocimiento de méritos sanchistas

Hubo un tiempo en que el Premio Nacional de Narrativa lo ganaban nombres de la talla de Concha Espina, Wenceslao Fernández Flórez, Alejandro Casona, Ramón J. Sender…

Lo ganaron también Miguel Delibes, Carmel Laforet, Gonzalo Torrente Ballester, Francisco Ayala, Camilo José Cela…

Era un tiempo en el que el Premio Nacional de Poesía (o de Literatura en modalidad de Poesía) lo ganaban, por su parte, poetas de la talla de Gerardo Diego, Dámaso Alonso, Vicente Aleixandre, José Hierro…

Estamos hablando, por supuesto, de los años previos a la Guerra Civil, los años de posguerra (una vez superados los terribles años 40) e incluso los años 70 del siglo XX.

La cosa empezó a torcerse en los años 80, sobre todo, a partir de los 90. Con el nuevo siglo la cosa empeoró, tomó un cariz preocupante con los gobiernos de Zapatero, con los de Mariano Rajoy el asunto no se arregló y con Pedro Sánchez en el poder (y su ministro Urtasun preocupándose de descolonizar los museos estatales) los Premios Nacionales terminaron por degradarse a niveles cochambrosos.

Hemos citado a grandes de nuestra literatura. Algunos auténticos gigantes como Cela, Delibes Torrente Ballester, Aleixandre o Laforet.

Hablemos ahora de otros autores. Ahí tenemos, por ejemplo, a Manuel Rivas, autor de obras como O lapis do carpinteiro, Que me queres, amor? o Ela, maldita alma. Toda su bibliografía, escrita en gallego y traducida oportunamente al castellano para rascar en los caladeros situados más allá del Manzanal.

Manuel Rivas es el actual flamante ganador del Premio Nacional de las Letras españolas y en 1996 ya había ganado el de Narrativa.

¿Tiene la calidad Manuel Rivas de un Francisco Ayala, un Miguel Delibes, un José Jiménez Lozano, un Antonio Buero Vallejo, un Francisco Umbral, una Ana María Matute o un Rafael Sánchez Ferlosio, todos ellos escritores que obtuvieron el premio en las décadas anteriores?

Obviamente, no. Sin embargo, Manuel Rivas, aunque escritor poco meritorio en lo literario, tiene otros méritos intangibles: es un ferviente socialista y un convencido sanchista que defiende las bondades de Pedro Sánchez desde su tribunal en El País.

A la espera del ganador del Premio Nacional de Narrativa 2025, ¿qué sabemos de Raúl Quinto, ganador de la edición de 2024 por Martinete del rey sombra?

Raúl Quinto se ha destacado por defender la causa palestina y por su obsesión con la «ultraderecha».

El Premio Nacional de Poesía 2025 sí se ha fallado hace unas semanas. La galardonada ha sido la poeta gallega criada en Venezuela Miriam Reyes que, como Raúl Quinto, es una ferviente partidaria de la causa palestina. Su obra ganadora se titula ‘Con’.

Curiosamente, su predecesora en el premio es la también gallega Chus Pato, que obtuvo el premio por el poemario en lengua gallega Sonora. Chus Pato es una conocida de los círculos independentistas de izquierda en Galicia.

¿Qué ha pasado para que los Premios Nacionales del Ministerio de Cultura hayan recorrido una distancia que va de Camilo José Cela a Manuel Rivas y de Gerardo Diego a Chus Pato?

Lo que ha ocurrido es una politización absoluta de la cultura. Los Premios Nacionales ya no buscan celebrar las letras españolas y promocionar la cultura española. Buscan instrumentalizar la cultura para ponerla al servicio de una ideología y de un proyecto político.

La tendencia se ha marcado aún más con Urtasun en el Ministerio de Cultura. Hay honrosas excepciones pero, por lo general, los últimos Premio Nacionales han marcado un perfil muy específico de manera muy tendenciosa.

Se ha premiado a escritores abiertamente de izquierdas, leales al sanchismo y a sus socios y aliados, autores muchas veces independentistas, cuya creación literaria ni siquiera es en español, lengua oficial del país, sino en catalán, vasco o gallego (que se apresuran a traducir al español para darle una mínima oportunidad de difusión a la obra)…

Los otrora prestigiosos Premios Nacionales de Narrativa, Poesía o Letras son hoy un vehículo de reconocimiento de méritos sanchistas.

La tendencia se ve también en otros Premios Nacionales. En el de Teatro, por ejemplo, que en 2024 ganó el Teatro del Barrio, de Madrid, cuna de Podemos y templo de la extrema izquierda madrileña.

El resultado son unos Premios Nacionales irrelevantes, totalmente desprestigiados, cuyos ganadores ya no son sinónimo de excelencia, sino de lealtad al sanchismo, y donde la cultura española es lo menos importante, cuando no, directamente, algo descartable.

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