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05 de mayo de 2024

MADRID, 13/12/2021.- Un hombre observa la obra "Mujer en el Baño", de Roy Liechtenstein (1963) que forma parte de la exposición "Arte Americano en la colección Thyssen", una muestra enmarcada en el centenario del nacimiento del barón Thyssen, inaugurada este lunes en el museo madrileño. EFE/ Victor Lerena

MADRID, 13/12/2021.- Un hombre observa la obra «Mujer en el Baño», de Roy Liechtenstein (1963) que forma parte de la exposición «Arte Americano en la colección Thyssen»EFE

Del paisajismo al arte pop. La mirada sobre el arte norteamericano del MuseoThyssen

Con la exposición «Arte americano en la colección Thyssen» que comienza mañana, se quiere celebrar el centenario del nacimiento del barón Thyssen con una renovada y variada visión de su colección norteamericana.

La naturaleza, la ciudad, el encuentro de culturas y la importancia de la cultura material, son los ejes sobre los que se asienta la nueva colección de arte americano en la que el Museo Thyssen une arte del siglo XIX y XX, junto a obras inéditas de la familia.
Con la exposición «Arte americano en la colección Thyssen» que comienza mañana, se quiere poner el broche de oro al centenario del barón en junio de 2022, a través de una renovada y variada visión de su colección norteamericana.
«La colección del Museo Thyssen ha estado más de 25 años muy estática y a lo mejor ha llegado el momento de reordenarla; esto es un primer ensayo y cuando se termine podemos pensar en otras posibilidades», ha afirmado hoy Paloma Alarcó, jefa del área de Conservación de Pintura Moderna del museo y comisaria de la exposición.
La muestra está integrada por unas 150 piezas, de las que un centenar corresponden a la colección permanente del museo y el resto a cuadros prestados por sus hijos y su viuda, Carmen Thyssen. Esta es la segunda ocasión en la que toda la familia aúna fuerzas en una exposición conjunta.

Una colección única

La colección de arte americano del Museo Thyssen Bornemisza es la más importante de toda Europa, debido a la pasión que el barón profesaba por el arte americano desde muy pronto. «Fue su última gran pasión», ha dicho hoy Guillermo Solana, director del museo.
«Su interés por el arte americano fue de lo más contemporáneo a lo más antiguo (...); comenzó comprando algo tan atrevido como un Pollock, pero luego se adentraría en el arte del siglo XIX, algo desdeñado por el resto de coleccionistas europeos», ha puntualizado.
Así, la muestra incluye obras del siglo XIX de autores menos conocidos como Frederic Church, Thomas Cole, Francis Silva o John William Hill, junto a otros más célebres como Pollock, Rothko, Lichtenstein, Hopper o Estes.
Cuatro ejes temáticos conforman la muestra: «Naturaleza», «Cruce de culturas», «Espacio urbano» y «Cultura material». La nueva visión de la colección, firmada por Paloma Alarcó y Alba Campo Rosillo, tiene vocación «transgresora» y pretende incorporar al itinerario las últimas corrientes críticas de género, colonialismo o ecología.

La contemplación de la naturaleza

El paisaje, tema de gran tradición en la pintura norteamericana, ocupa la primera sala,  que Alarcó ha bautizado como «La sala de la mirada lenta», y en el que se ha dispuesto un banco para invitar a los espectadores a que «se sienten y contemplen».
También se encuentran numerosas representaciones del cruce de culturas que desde su origen tuvo Estados Unidos. Aunque la gran mayoría corresponde a artistas europeos o de ascendencia europea que representan a nativos o inmigrantes, también se ha incluido la obra de Romare Bearden, «Domingo después del sermón», de 1969; la única obra de un artista de descendencia afroamericana de la colección.
Retratos de colonos que posaron ante John Singleton Copley, o personajes de alta sociedad de John Singer Sargent, conviven con los grabados de poblaciones indígenas de Karl Bodmer.

La ciudad moderna y la cultura popular

La ciudad, símbolo del desarrollo de la sociedad estadounidense, cobra gran protagonismo. Numerosas vistas urbanas de Charles Sheeler, Richard Estes, Ralston Crawford, aparecen junto a sus solitarios habitantes, que tienen magníficos exponentes como las mujeres de Hopper o «El Hombre de rojo con bigote» de William de Kooning.
Las comisarias han dedicado un apartado a la influencia de la cultura material en el arte americano, cada vez más analizada por la crítica. En esta última sección se pueden encontrar bodegones más tradicionales como los de Paul Lacroix (siglo XIX) o más innovadores como  los de Stuart Davis, junto a  la interacción de lo humano y lo no humano con piezas de Tom Wesselmann o Roy Lichtenstein, que cierra la muestra.
La exposición es el resultado de una larga investigación realizada por Alba Campo Rosillo, becaria de la Terra Foundation for American Art, que ha tenido por objetivo mostrar esta nueva mirada temática sobre la colección ,y cuyos resultados serán hechos públicos pronto.

Un nuevo acuerdo con Carmen Thyssen

Por otra parte, el acuerdo entre Carmen Thyssen y el Gobierno se sellará en las próximas semanas, hacia enero, según ha avanzado el director del museo, Guillermo Solana. Entonces se podrá ver la nueva instalación de las salas de la colección de la baronesa en la pinacoteca.
El pasado enero el Gobierno y Carmen Thyssen firmaron un acuerdo por el alquiler de su colección por 15 años y 6,5 millones de euros anuales. Desde entonces se espera la firma del documento del acuerdo, del que no ha trascendido más detalles.
«Las cosas van muy bien, en los plazos previstos, un acuerdo como este (….) implica muchos detalles. Es más fácil establecer la voluntad, luego vienen los detalles complicados», ha dicho Solana hoy en Madrid durante la presentación de una nueva exposición del museo.
«Tita (Carmen Thyssen) está muy entusiasmada en hacer un acto en el que pueda estar con el ministro (Miquel Iceta) y con Borja (su hijo)», ha dicho Solana.
En la nueva reorganización del museo, las colecciones del barón Thyssen -propiedad del Estado- y de Carmen Thyssen -privada- seguirán diferenciadas, según Solana. La de la baronesa se instalará en la entrada y el «Mata Mua» de Gaugin -que todavía tiene que volver a España-, tendrá una posición privilegiada en ese nuevo recorrido.
«Las colecciones van a seguir partidas, la idea de la reinstalación fue consolidar la separación de las colecciones y darle a Carmen Thyssen un espacio más compacto», ha dicho Solana.
La nueva reorganización contará con un numero menor de cuadros Carmen Thyssen, que «se han sacrificado» para que estuvieran todos en una misma zona. En total serán unas 180 obras frente a las 250 de antes, ya que el nuevo acuerdo de alquiler también incluye menos obras, según desvelaron los abogados de la baronesa este verano a Efe.
En la nueva disposición del museo también habrá mas presencia de obras de los hijos del barón. En el caso de Francesca Thyssen está a punto de firmarse el depósito de obras antiguas y modernas, entre ellas varios cuadros de expresionismo alemán que formaron parte de una exposición a principios de año y las que están integradas en la presentada hoy, entre ellos un cuadro de Jackson Pollock.
Sobre la vuelta de los otros dos cuadros de la baronesa, el Hopper y el Degas, que salieron del deposito durante el confinamiento junto con «Mata Mua», el director del museo ha dicho no tener detalles sobre su posible vuelta.
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