
Andy Warhol con el modelo de Marilyn Monroe que utilizaría en sus pinturas sobre la actriz
El cuadro que bate todos los récords o cómo Andy Warhol transformó a Marilyn en un icono pop
Sale a subasta 'Shot Sage Blue Marilyn', uno de los cuadros de Marilyn Monroe más célebres de todos los tiempos, realizado poco después de su suicidio, «la cumbre absoluta del pop americano», según el presidente de Christie's
Una imagen intocable que trasciende el tiempo y el lugar, un icono visual que supera al artista y el momento de su creación. A través de Andy Warhol, Marilyn Monroe es tanto el epítome del sueño americano como una imagen universalmente reconocida y grabada a fuego en la conciencia colectiva: la Mona Lisa moderna.
Cuando Sam Hunter incluyó Shot Sage Blue Marilyn en la portada de su libro Modern Art: Painting, Sculpture, Architecture, el retrato de Marilyn Monroe de Andy Warhol se convirtió en uno de los iconos más conocidos del arte moderno. Como emblema del movimiento Pop Art estadounidense, Marilyn representaba el optimismo y la individualidad, pero también el culto a la fama del «Renacimiento de la posguerra». Sin embargo, 60 años después del suicidio de Marilyn Monroe, la imagen de Warhol se ha convertido en mucho más que el símbolo de un único movimiento artístico.
«Shot Sage Blue Marilyn es la cumbre absoluta del pop americano», explica Alex Rotter, Presidente de Arte del Siglo XX y XXI de Christie's. «El cuadro trasciende el género del retrato, superando el arte y la cultura del siglo XX. Junto con El nacimiento de Venus de Botticelli, La Gioconda de Leonardo Da Vinci y Las señoritas de Avignon de Picasso, Marilyn de Warhol es uno de los mejores cuadros de todos los tiempos».
'Shot Sage Blue Marilyn' (1964), de Andy Warhol
Precio de salida: 200 millones
Ha sido Christie's quien ha decidido sacar a subasta esta obra cumbre del arte contemporáneo. Creada en 1964 por Andy Warhol, hoy puede convertirse en la «obra del siglo XX más cara» vendida en una subasta. La multinacional ha fijado su valor en 200 millones de dólares, unos 182 millones de euros, pero se espera que supere ese precio de salida y que supere las grandes subastas del siglo, como el Desnudo acostado de Modigliani, por 170 millones en noviembre de 2015, y los 179,3 millones por los que, en mayo de ese mismo año, se adquirió Las mujeres de Argel, de Picasso.
El cuadro es sacado a subasta por la Fundación Thomas y Doris Ammann de Zúrich: tiene una procedencia excepcional de dos de los marchantes de arte más queridos del siglo pasado. Toda la recaudación de la venta se destinará a la fundación, que se dedica a establecer sistemas de apoyo centrados en la prestación de programas sanitarios y educativos para niños de todo el mundo. Y aunque la subasta tenga un fin filantrópico, una transacción de 200 millones de dólares tendrá, seguro, consecuencias para todo el mercado del arte.
Del laboratorio a la serigrafía
A partir de 1962, Andy Warhol seguiría retomando el rostro de Marilyn Monroe como tema principal, revisando y renovando su enfoque. «En agosto del 62 empecé a hacer serigrafías», explicaba el artista. «Era todo tan sencillo, rápido y arriesgado... Estaba encantado. Mis primeros experimentos con serigrafías fueron cabezas de Troy Donahue y Warren Beatty, y luego, cuando Marilyn Monroe murió ese mes, se me ocurrió hacer serigrafías de su bello rostro: las primeras Marilyn». Estas primeras representaciones a menudo mostraban el rostro de la actriz en colores brillantes, con sus rasgos algo torcidos.
Fotografía que Andy Warhol tomó de base para sus cuadros 'Marilyn'
Dos años más tarde, Warhol volvería a retomar el famoso rostro de Monroe. Con un nuevo método para aplicar el color, las cinco Marilyn de 1964, incluida Shot Sage Blue Marilyn, son prácticamente impecables en su ejecución. Trabajando a partir de una impresión en positivo de acetato, el artista fue capaz de alinear con maestría los elementos pintados a mano con una única capa serigrafiada, dando como resultado un registro perfecto entre línea y color y un claroscuro nítidamente impreso.
En su búsqueda de la representación más perfecta de Marilyn Monroe, Warhol recuperó el rostro de la actriz para la historia del arte: la leyenda dorada de la gran pantalla era el tema perfecto para el artista. Su compleja naturaleza dual, tan glamurosa como trágica, fascinó al artista pop. Al igual que el propio Warhol, el legado de Monroe se desarrolló como una saga norteamericana de éxito, lo que contribuyó a su mito de estrella.