
Inundaciones en el Amazonas
Amazonas pasa de la peor sequía en décadas a inundaciones históricas
5.000 familias bajo el agua en Manacapuru mientras los ríos baten sus récords
Veinte de los 62 municipios del estado de Amazonas, el mayor de la Amazonía brasileña, se encuentran en situación de emergencia y otros 37 se han declarado en alerta debido a las inundaciones provocadas por la fuerte crecida de los ríos de la región. Esta situación contrasta con los dos últimos años, en los que se registraron intensas sequías, siendo la de 2024 la más severa en seis décadas, que dejó a los ríos Negro, Solimões y Amazonas en mínimos históricos.
Según el boletín publicado este domingo por el Comité Permanente de Enfrentamiento a Eventos Climáticos y Ambientales del gobierno estatal, las inundaciones han afectado ya a 52.300 familias, lo que representa unas 209.000 personas damnificadas. La previsión es que la situación empeore en los próximos días, ya que se espera que el nivel de los ríos continúe aumentando hasta alcanzar su punto máximo en junio. A finales de ese mes, sin embargo, se prevé que las precipitaciones se normalicen en Amazonas, mientras que en los estados vecinos de Roraima y Amapá las lluvias estarán por encima de la media estacional.
Las intensas lluvias asociadas al fenómeno de La Niña han provocado la crecida de los ríos, afectando gravemente a comunidades ribereñas como Manacapuru, situada a 85 kilómetros de Manaos. En este municipio, el nivel del río Solimões ha superado los 21 metros, rompiendo el récord de 20,8 metros de 2021, según el Servicio Geológico de Brasil (CPRM). La cota de inundación, establecida en 18,20 metros, se ha superado tras un ascenso medio de 4 centímetros diarios, y actualmente las calles de esta ciudad, conocida como la «Venecia de la Amazonía», solo son transitables en bote.
En Manacapuru, unas 5.000 familias se han visto afectadas y las viviendas sobre palafitos están parcialmente sumergidas. Agricultores como Tony Gomes de Oliveira han perdido cultivos enteros: «Este año se perdió la producción de yuca. No conseguí salvar nada», declaró. En la misma zona, otros agricultores intentan rescatar lo que pueden, como Diego Siqueira, que mientras recogía racimos de plátanos comentó: «Después de la terrible sequía del año pasado en la que nos faltó agua ahora sufrimos con una inundación, aunque creo que ya está perdiendo fuerza». Expertos del Instituto Nacional de Investigaciones Amazónicas atribuyen estos extremos climáticos, tanto las sequías como las crecidas, al aumento de la deforestación en la Amazonía y al calentamiento global.