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Brigitte Bardot, en una imagen de archivo

Brigitte Bardot, en una imagen de archivoGTRES

Cine

Muere la mítica actriz francesa Brigitte Bardot a los 91 años

La actriz llevaba meses hospitalizada por «una enfermedad grave»

Brigitte Bardot, uno de los símbolos sexuales del cine en los años 1960, ha fallecido según ha confirmado la Fundación que lleva su nombre. «La Fundación Brigitte Bardot anuncia con inmensa tristeza el fallecimiento de su fundadora y presidenta, la señora Brigitte Bardot, actriz y cantante mundialmente reconocida, que decidió abandonar su prestigiosa carrera para dedicar su vida y su energía a la defensa de los animales y a su Fundación», indicó un comunicado, sin precisar el día ni el lugar del fallecimiento.

Hace varias semanas, la propia actriz quiso publicar un comunicado desmintiendo los rumores que apuntaba a un agravamiento de su estado de salud e, incluso, su muerte. «Se encuentra bien, recuperándose de forma satisfactoria, en un centro de recuperación», sin precisar dónde, aseguraron las fuentes, que indicaron que estaba «muy enfadada» tras ver las informaciones «alarmistas» sobre su estado de salud.

Ante ello, la Fundación publicó un comunicado en el que pidió que se tuviese«la delicadeza de respetar su intimidad» y pidió «a todo el mundo que se calme». «La señora Bardot quiere tranquilizar a todos los que se preocupan sinceramente por ella. Y les envía este mensaje: 'Os mando besos a todos'», agregó.

Musa del cine francés

La trayectoria de Brigitte Bardot comenzó en las calles adoquinadas de París, donde lidió con las limitaciones de una educación conservadora. De espíritu joven y rebelde, Bardot a menudo chocaba con las estrictas normas que se le imponían, sentando las bases de un futuro marcado por la rebeldía y el inconformismo. Vivía en el distrito 16 de París, en el seno de una familia acomodada. Tenía una hermana menor, Marie-Jeanne Bardot, quien también desarrolló una breve carrera como actriz.

Durante la guerra en el París ocupado por los nazis, Brigitte Bardot se vio confinada entre las paredes de su casa, un espacio que se convirtió tanto en santuario como en escenario de su floreciente pasión por las artes. A menudo encerrada en casa, Bardot buscaba consuelo bailando al ritmo del tocadiscos de su madre. Decidida a perfeccionar su nuevo amor, Bardot se apuntó a clases particulares de baile.

Brigitte Bardot, junto a Roger Vadim

Brigitte Bardot, junto a Roger Vadim, su primer marido

Reconociendo su talento innato y su dedicación inquebrantable, consiguió una codiciada plaza en el prestigioso Conservatorio de París, un momento decisivo que marcó el inicio de su formación formal en música y ballet. El conservatorio se convirtió en el crisol de sus aspiraciones artísticas, brindándole a Bardot las herramientas para canalizar su espíritu rebelde hacia la disciplinada búsqueda de sus pasiones.

A los quince años, decidió dejar el baile para convertirse en modelo y pronto se hizo con su primera portada en una revista, Elle. Su exposición en esta sirvió de catalizador para su entrada en el mundo cinematográfico. Su primera oferta como actriz para la película Regreso a Peyton Place, dirigida por el reconocido Marc Allégret, aunque finalmente no consiguió el papel.

Sin embargo, fue crucial ya que se cruzó con Roger Vadim. Su historia de amor se desarrolló en el contexto de la vehemente oposición de los padres de Bardot a su relación, lo que sentó las bases para un capítulo tumultuoso pero transformador en su vida. Bardot era menor de edad en ese momento, mientras que él tenía 22 años.

La visibilidad que obtuvo gracias a la portada le valió un papel pequeño pero significativo en la comedia Le trou normand (1952), dirigida por Jean Boyer. Su magnética presencia en la pantalla allanó el camino para papeles posteriores, aunque todavía pequeños, en películas como La chica del bikini (1953).

Fotograma de Y Dios creó a la mujer

Fotograma de Y Dios creó a la mujer, que la catapultó a la fama

El apogeo de la carrera temprana de Bardot llegó con la comedia romántica Y Dios creó a la mujer (1956), dirigida por su entonces esposo Roger Vadim. Protagonizada por Jean-Louis Trintignant y Curt Jurgens, la joven Bardot interpretó a una adolescente inmoral en un ambiente pueblerino aparentemente respetable. La película no solo cautivó al público francés, sino que tuvo repercusión mundial, consolidando el estatus de Bardot como una sensación internacional.

En 1967 le pediría al entonces chico malo de la canción francesa, Serge Gainsbourg, con quien mantuvo un corto pero apasionado romance, «la canción de amor más bella que pudiese imaginar». En una sola noche, Gainsbourg escribió la erótica Je t'aime... moi non plus ('Te quiero... yo tampoco') que grabaron en dúo. Bardot estaba casada entonces con el alemán Gunter Sachs y, tras una primera difusión en la radio que lo enfureció, la canción se quedó en el cajón hasta que fue publicada en 1986.

Por ello, la versión más conocida sería la que Gainsbourg hizo con Jane Birkin en 1968. El músico, no obstante, prosiguió con su colaboración con Bardot con el álbum titulado con su apodo, BB, del que salieron temas emblemáticos como Bonnie & Clyde o Comic Strip.

De mito erótico a activista política

A mediados de los 1970, con casi 50 películas y 24 vinilos en su haber, decidió abandonar el cine y dedicarse a otro combate, el de la defensa de los animales. En 1986, creó la Fundación Brigitte Bardot con ese propósito. En los últimos años, causó controversia con sus declaraciones sobre política, migración o el mundo de la caza. Algunas le valieron condenas por difamación. «La libertad es ser uno mismo, incluso cuando incomoda», escribió en el epílogo de un libro titulado Mon BBcédaire, publicado en Francia en octubre.

En el libro también aseguraba que su país se ha vuelto «sombrío, triste, sumiso, enfermo, dañado, arrasado, ordinario, vulgar...». La derecha es el «único remedio urgentísimo para la agonía» de Francia, añadía la artista, quien reivindicó su cercanía a Marine Le Pen.

La actriz abandonó el cine para luchar por los derechos de los animales

La actriz abandonó el cine para luchar por los derechos de los animales

Bardot vivía en los últimos años en el sur de Francia, entre su famosa residencia de La Madrague y una segunda casa escondida en la vegetación, La Garrigue, que alberga animales y una capilla privada. En una entrevista el pasado mes de mayo a la cadena francesa BFMTV, confesó que anhelaba «la paz, la naturaleza».

«Ahora vivo como una granjera con mis ovejas, mis cabras, mis cerdos, mi burrito y mi poni, todos mis perros, mis gatos», declaró la actriz, que dijo no tener «ni móvil ni ordenador».

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