Significa «rostro» en holandés y constituye a un subgénero del retrato que se vuelve muy popular en los Países Bajos durante el siglo XVII. Los protagonistas aparecen con muecas, gestos o actitudes exageradas o extravagantes. Todo ello para que el artista demostrase su destreza. Artistas como Rembrandt, Rubens o Vermeer participaron de este curioso género pictórico