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La fotógrafa mexicana Graciela Iturbide ha sido galardonada con el Premio Princesa de Asturias de las Artes 2025EFE

Las hipnóticas fotografías de Graciela Iturbide la hacen merecedora del Princesa de Asturias de las Artes

El jurado anunció este viernes la concesión del Premio Princesa de Asturias 2025 de las Artes a la fotógrafo mexicana Graciela Iturbide

Graciela Iturbide, destacada fotógrafa mexicana, ha sido distinguida con el Premio Princesa de Asturias de las Artes 2025.

El fallo se anunció este jueves por parte del jurado presidido por Miguel Zugaza Miranda. La candidatura fue impulsada por Juan Duarte Cuadrado, embajador de España en México.

Debido al reciente apagón que afectó a España y Portugal, la deliberación del jurado se llevó a cabo excepcionalmente a través de videoconferencia.

Nacida en Ciudad de México el 16 de mayo de 1942, Graciela Iturbide inició su formación artística en 1969 en el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), inicialmente con la intención de convertirse en cineasta.

Sin embargo, su contacto con el reconocido fotógrafo Manuel Álvarez Bravo, de quien fue asistente entre 1970 y 1971, la llevó a decantarse por la fotografía.

A lo largo de su trayectoria, Iturbide ha desarrollado una mirada singular que trasciende lo meramente documental.

Una de las fotografías de Graciela IturbideEuropa Press

Sus imágenes, según la crítica especializada, exploran «un mundo hipnótico que parece situarse en el umbral entre la realidad más cruda y la gracia de una magia espontánea».

A partir de la década de los setenta, emprendió viajes por América Latina, fotografiando entornos como los de Cuba y Panamá. En 1978, el Instituto Nacional Indigenista de México la comisionó para retratar distintas comunidades indígenas del país, como los seri y los habitantes de Juchitán, trabajo que dio origen al libro Juchitán de las mujeres (1989).

Su carrera continuó con estancias en países como Cuba, Alemania Oriental, India, Madagascar, Hungría, Francia y Estados Unidos. En cada uno de estos destinos, produjo obras que destacan por su profundidad estética y poética.

Con el paso del tiempo, su enfoque ha evolucionado desde el retrato humano hacia temas como paisajes y objetos cotidianos, a los que otorga una dimensión simbólica mediante el uso del blanco y negro.

Ella misma define la fotografía como «un ritual. Salir con la cámara, observar, fotografiar los aspectos más mitológicos de las personas, luego ir a la oscuridad, desarrollarse, seleccionar las imágenes más simbólicas».

Su obra ha sido exhibida en instituciones de gran renombre internacional, como el Centro Pompidou de París, el Getty Museum, o la Barbican Art Gallery, entre otros. Asimismo, ha sido recogida en diversas publicaciones.

Entre los múltiples reconocimientos que ha recibido se encuentran la Guggenheim Fellowship (EE. UU., 1988), el International Grand Prize (Japón, 1990), el Rencontres Internationales de la Photographie (Francia, 1991), el Premio Nacional de Ciencias y Artes (México, 2008), el premio PHotoESPAÑA (España, 2010), o el Premio Cornell Capa (EE. UU., 2015).

Además, ha sido nombrada oficial de la Orden de las Artes y las Letras de Francia y ha recibido doctorados honoris causa por el Columbia College de Chicago y el San Francisco Art Institute.

Los Premios Princesa de Asturias reconocen la contribución científica, técnica, cultural, social y humanitaria de individuos o instituciones en el ámbito internacional.

El galardón en la categoría de Artes distingue la labor creativa en campos como la arquitectura, la cinematografía, la danza, la escultura, la fotografía, la música, la pintura, el teatro y otras disciplinas afines. Este año, el premio contó con 49 candidaturas procedentes de 19 nacionalidades.

El de las Artes es el cuarto de los ocho premios que otorga anualmente la Fundación Princesa de Asturias, cuya cuadragésima quinta edición se celebrará en octubre en una ceremonia presidida por los Reyes de España y sus hijas, la Princesa de Asturias y la Infanta doña Sofía.

El galardón incluye una escultura diseñada por Joan Miró, un diploma acreditativo, una insignia y una dotación económica de cincuenta mil euros.