Momento en que se muestra por primera vez en 80 años el retrato de Picasso a Dora Maar
Sale a la luz un Picasso en un estado de conservación «óptimo» tras 80 años desaparecido
Se trata de un retrato inédito de Dora Maar pintado en el año 1943 perteneciente a una colección privada
Un retrato inédito de Dora Maar, pintado por Pablo Picasso en 1943 y celosamente guardado por una misma familia durante más de ocho décadas, ha sido presentado este miércoles en París por la casa de subastas Drouot.
La obra, titulada Buste de femme au chapeau orné de fleurs (Busto de mujer con sombrero de flores), saldrá a la venta el próximo 24 de octubre con una estimación inicial de ocho millones de euros.
El lienzo, que forma parte de la serie Mujeres con sombrero, no había sido mostrado públicamente ni comercializado hasta la fecha. Permaneció colgado en una residencia privada desde 1944, año en que el abuelo de los actuales propietarios lo adquirió durante la ocupación alemana de Francia, justo antes de la liberación de París.
La familia, que ha optado por el anonimato, relató que la pintura decoraba una sala de la casa en la que los niños jugaban sin saber que compartían espacio con una obra de Picasso.
Christophe Lucien, comisario de la casa Drouot, subrayó la relevancia del hallazgo: «El redescubrimiento de este retrato constituye un gran acontecimiento tanto para el mercado del arte como para la historia de Picasso».
El cuadro fue localizado durante un inventario realizado como parte de la tramitación de una herencia.
Lucien destacó el valor excepcional de la pintura, realizada el 11 de julio de 1943, en pleno París ocupado por los nazis.
La obra se conserva en un estado óptimo, sin haber sido restaurada ni barnizada, y deslumbra por la viveza de sus colores, algo que contrasta con el tono sombrío que caracteriza gran parte de la producción picassiana durante la Segunda Guerra Mundial.
Dora Maar, fotógrafa, artista y compañera sentimental del pintor entre 1936 y 1945, fue retratada en este lienzo en la última etapa de su relación, ya marcada por la presencia de Françoise Gilot en la vida del artista. La experta Agnès Sevestre-Barbé explicó que «el sombrero, atributo predilecto de Dora, se convierte aquí en una corona y un contrapunto a la fragmentación del rostro, cargado de melancolía».
El retrato había sido mostrado únicamente en una reunión privada entre amigos íntimos del artista, como Jean Marais y Jean Cocteau, en el taller de Picasso en la calle de los Grands-Augustins, donde se mantuvo confinado durante el conflicto bélico.
Hasta ahora, la existencia de la obra solo se conocía a través de dos imágenes en blanco y negro tomadas por el fotógrafo Brassai, utilizadas en el catálogo razonado de Christian Zervos.
Recientemente autentificada por el Comité Picasso y la Picasso Administration, la pintura se considera de alto valor histórico.
La casa Drouot ha resaltado el carácter «extraordinario» de la subasta, ya que la obra no cuenta con precio de reserva, es decir, no se ha fijado un mínimo de partida, una circunstancia muy inusual tratándose de un retrato de Dora Maar.
Lucien apuntó también que esta representación difiere de otros retratos más duros de la musa: aquí, su rostro aparece con una expresión más serena y unos colores especialmente luminosos, lo que contribuye a reforzar el interés tanto artístico como documental de esta pieza.