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El profesor Ángel Rivero, autor de la biografía Benjamin Constant. Teórico y político liberalFAES

Entrevista a Ángel Rivero

Ángel Rivero: «El mensaje de Benjamin Constant es lo contrario a los desafíos populistas de nuestro tiempo»

El escritor y autor de la biografía de Benjamin Constant. Teórico y político liberal nos introduce una figura clave del liberalismo anglófilo-francés

El profesor, escritor y filósofo Ángel Rivero publica la biografía de Benjamin Constant. Teórico y político liberal, una figura de la ilustración francesa clave para el movimiento liberal universal y uno de los primeros defensores de la libertad individual. Político y teórico durante una de las etapas de polarización política más fuerte de la historia, la Revolución Francesa y todo lo que aconteció después, se vuelve a convertir en una figura indispensable ante la defensa contra el liberalismo.
El escritor Ángel Rivero asegura que «conocer la vida y la obra de Benjamin Constant resulta imprescindible» en estos días donde se vuelve a vivir un clima de desasosiego y de inmensa crispación política.
–¿Quién fue Benjamin Constant y en qué contexto histórico se enmarca su pensamiento?
–Benjamín Constant nació en Suiza, aunque era de una familia de origen francés. Fue una figura muy importante en línea del liberalismo anglófilo-francés, cuya figura primigenia fue Montesquieu. Sin embargo, Benjamin Constant fue realmente el primer teórico del parlamentarismo en Francia y quien introduce propiamente el liberalismo en el país. Curiosamente, sus ideas estaban muy próximas al mundo español: en 1820 un diputado aragonés, Marcial Antonio López, tradujo sus obras para defender la restauración de la Constitución de 1812. Eso hizo que históricamente Constant tuviese una influencia muy grande en el constitucionalismo español, aunque después se quedara un poco en el olvido. A partir de finales del siglo XX, en el mundo de después del comunismo, Benjamin Constant se convirtió en un abanderado (nuevamente) de la defensa de la libertad individual. Algunos teóricos políticos importantes, como Isaiah Berlin, le consideraron el primer liberal, siendo un representante de primera fila de este movimiento. En el libro aparece que Constant es un pensador más importante incluso que John Stuart o que Alexis de Tocqueville.

Era el líder del Partido Liberal en un contexto donde había una polarización muy grande entre los ultras: los defensores de la monarquía absoluta y los liberales

–¿Por qué fue tan influyente en su época y por qué ahora está tan presente?
–Fue diputado en la Segunda Restauración francesa; tenía la idea de que la libertad individual se defiende a través de la participación política. Esto incluía ser muy activo en la prensa y también en la Cámara de los Diputados. Benjamin Constant escribió cientos de artículos en todas las empresas periodísticas que patrocinó y tuvo también cientos de intervenciones en la Cámara. Estas dos vertientes le hicieron ser una personalidad pública muy conocida. Además, era el líder del Partido Liberal en un contexto donde había una polarización muy grande entre los ultras: los defensores de la monarquía absoluta y los liberales.
–¿Cuáles diría que son los puntos más importantes de la vida del autor?
–Fue testigo de hechos históricos muy importantes como la Revolución Francesa, la autocracia de Napoleón o el segundo intento de elaboración de una monarquía constitucional en Francia, que él buscaba que se convirtiese en una monarquía parlamentaria. Persiguió en su acción política que esta monarquía parlamentaria, encarnada institucionalmente en la Carta de 1814, se convirtiese en una especie de reconciliación de los partidos de Francia: los monárquicos tradicionales y los liberales. Benjamin tenía como objetivo que fuese un lugar de encuentro. Este es un mensaje que en este tiempo con tanta polarización política vale la pena recordar.

El partido de Constant y él mismo se asocian al liberalismo gracias a la experiencia del siglo XIX con España

–¿Fue de los primeros autores en acuñar el término 'liberal'?
–La palabra liberal es un concepto que retrospectivamente se proyecta sobre John Locke. Sin embargo, el uso de esta palabra está vinculado a la experiencia de la Constitución Española de 1812, donde por primera vez hay un partido que se autodenomina liberal frente a los serviles y los americanos. A partir de 1820, el único país, fuera de Gran Bretaña, netamente liberal, es España. La palabra liberal se asocia a nuestro país y se universaliza. El partido que defendía las conquistas de la Revolución pero dentro de una monarquía constitucional era el Partido Liberal. El partido de Constant y él mismo se asocian al liberalismo gracias a la experiencia del siglo XIX con España. Ese es el momento en el que el liberalismo se convierte en una doctrina identificable.
¿Cómo se clasificaría entonces el pensamiento del autor?
–Como liberal, aunque dentro de su pensamiento hay una dimensión conservadora, porque los liberales de Constant buscaban proteger la Carta Constitucional de 1814. Es un liberalismo que es legalista y no es revolucionario. La pulsión revolucionaria está más bien en el terreno de los ultras monárquicos, que buscaban romper con el acuerdo constitucional de la Francia restaurada y volver al antiguo régimen. Benjamin Constant se define liberal, es un teórico liberal y es el líder del Partido Liberal.
–Atravesó estos puntos tan importantes en la historia como la Revolución Francesa, después la República, el terror, Napoleón... ¿Cuál fue el recorrido que hizo hasta llegar a sus ideales?
–Siempre tuvo una vida muy errática: se quedó huérfano de madre de forma muy temprana, su padre lo encomendó a distintos tutores y a distintas instituciones. Su formación intelectual más importante se produjo en Edimburgo con la Ilustración escocesa, una ilustración empirista. Sus propuestas políticas no son el resultado de ideas abstractas, sino de experiencias políticas. A sus 22 años, cuando se produce la Revolución Francesa, era un firme defensor de ella, porque consideraba que era el final del Antiguo Régimen, que él entiende como un régimen que prima el privilegio de unos estamentos sobre otros. Sin embargo, esta revolución en seguida se tuerce por la afirmación de que el gobierno justo es el gobierno de una mayoría. El absolutismo que estaba vinculado a la figura del monarca se convierte en el absolutismo vinculado a la idea del pueblo: un gobierno en el nombre del pueblo que da lugar a un terror que ocasionó más de 40.000 muertos. Benjamin Constant tiene un pensamiento anglófilo porque descubre durante su juventud que es allí donde más se vive en libertad. No defiende una exportación de las instituciones inglesas, sino que era un defensor de la experiencia de la defensa individual que vivió allí.

Con la Revolución Francesa, el absolutismo vinculado al monarca pasa a estarlo a la idea del pueblo, lo que da lugar a un terror que ocasionó más de 40.000 muertos

–Benjamin Constant fue de los primeros en dejar de mirar los regímenes anteriores y fijarse en el modelo parlamentario inglés. ¿Cuáles fueron los modelos principales que influyeron en su experiencia política?
–Benjamin Constant no cita a muchas autoridades. Sus argumentos están vinculados casi siempre a circunstancias, a discusiones constitucionales que se producen en el presente de su país. Algunas de estas fuentes de inspiración vienen detalladas en el libro. Presuponemos que, por su propia educación, conocía muy bien la Ilustración escocesa y a los teóricos del constitucionalismo británico. En todo su discurso hay una tesis muy importante que está relacionada con nosotros, los modernos: su concepto de libertad individual. Otra cosa muy importante para Constant era que la opinión pública fuera un instrumento fundamental del control del poder político.
–¿Cuál era el concepto de libertad para Constant?
–Benjamin es defensor ante todo de la libertad individual. Es accidentalista, dice que la protección de este derecho puede ocurrir en un sistema u otro: primero fue defensor de la república moderada y después abogó por la monarquía constitucional porque era la que mejor amparaba esta libertad. Su pensamiento se inclinaba al de los modernos frente a aquellos que querían restaurar los modelos antiguos y la idea de que la libertad era algo que se ejercitaba a través de una voluntad colectiva. Lo vio en los jacobinos, que buscaban imponer el pensamiento que ellos atribuían a la mayoría como la forma en la que organizan su libertad, y en aquellos monárquicos ultra que apelaban a la falacia eterna de que tenían que estar por encima de los intereses y de los derechos de los individuos.

Constant influye de forma constante en toda la tradición constitucional y parlamentaria francesa a través de las obras de sus lectores

–¿A quién cree que pueda haber influido con su pensamiento y con el concepto que tiene sobre la libertad?
–Si nosotros atendemos a nuestra propia conciencia de lo que es ser libre podemos ver la relación: tener un espacio de soberanía donde podamos tener nuestra religión, una vida segura y protegida, tener nuestros bienes protegidos... Ha influido en autores como Isaiah Berlin o Alexis de Tocqueville. De una manera indirecta, influye de forma constante en toda la tradición constitucional y parlamentaria francesa a través de las obras de sus lectores. En el mundo anglosajón hay grandes figuras del presente defensoras de un liberalismo razonable que están muy influidas por Constant.
–¿Qué relación tenía con la religión?
–Benjamin dedica un hueco importante a la religión en sus reflexiones. Una de ellas es justamente que para los modernos la libertad religiosa constituye también un dato fundamental que expresa nuestra libertad individual. Al principio, era más bien ateo, indiferente a la religión, pero desde muy joven empieza a escribir un libro sobre religión que termina justo el día que muere. Cuando hablamos de libertad individual estamos hablando del derecho a poder no solamente a tener nuestra propia fe, sino también a participar en su culto público. Una sociedad moderna es una sociedad que acepta el pluralismo religioso. Como curiosidad, en 1820, cuando Marcial Antonio López tradujo sus obras, todo lo que tenía que ver con la libertad religiosa desapareció para acomodarlo al mensaje de la Constitución de 1812 sobre la cuestión de la religión católica. Esto se ha seguido publicando en España así hasta el presente. Constant consideraba que la necesidad religiosa era un universal humano que se mantiene: es absolutamente consustancial a la condición humana, es una necesidad permanente del hombre.

Portada de Benjamin Constant. Teórico y político liberalFAES

–¿Por qué es importante leer a Benjamín Constant en el presente, especialmente en España?
–El mensaje de Benjamin Constant tiene la enorme virtud de su tiempo histórico, que es muy claro. Esta claridad lo hace universal y al mismo tiempo lo hace intemporal. Los desafíos políticos con los que se encontraba eran en contra de la defensa de una forma de absolutismo político encarnado en el gobierno en el nombre de la multitud. Ahora asistimos a tiempos donde se defiende que las ideas de la mayoría están por encima de los tribunales constitucionales y que se puede realizar una sociedad justa sin atender a la justicia, y todo ello le ha dado una nueva actualidad. Vivimos también en un tiempo de desafíos populistas y colectivistas: existe la idea de que la democracia es el gobierno de las mayorías y que eso significa que se puede oprimir a las minorías y privarlas de sus derechos. El mensaje de Constant es justamente el contrario.