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08 de mayo de 2024

Portada de «El pueblo es inmortal» de Vasili Grossman

Portada de «El pueblo es inmortal» de Vasili GrossmanGalaxia Gutenberg

'El pueblo es inmortal': la guerra según Grossman

Galaxia Gutenberg publica la primera novela bélica de Vasili Grossman, autor de Vida y destino, donde narra la lucha por sobrevivir de un batallón soviético cercado por tropas alemanas

Cuando Hitler lanzó sus divisiones mecanizadas sobre la Unión Soviética el 22 de junio de 1941 Josef Stalin quedó en shock.
Pese a las debilidades del pacto Ribbentrop-Molotov de no agresión con la Alemania nazi –y la acumulación de indicios que apuntaban a que los planes de Hitler pasaban por abrir un frente oriental en la Segunda Guerra Mundial–, el dictador soviético no concebía un ataque contra la inmensa línea fronteriza entre la URSS y el Reich alemán.
Sumido en una profunda depresión ante la debacle del Ejército Rojo, Stalin tardó en reaccionar. El caos desatado en el alto mando soviético se trasladó a las defensas: el Ejército Rojo se retiró en desbandada ante el implacable avance de las tropas alemanas.
En 24 horas, la aviación nazi había eliminado más de 2.000 aviones de combate soviéticos, mientras los carros de combate y las tropas terrestres desbarataban las líneas rusas.
Vasili Grossman, autor de la célebre Vida y destino, retrata las primeras semanas de aquel caótico repliegue soviético en su novela El pueblo es inmortal, editado por Galaxia Gutenberg.
Portada de «El pueblo es inmortal» de Vasili Grossman

Galaxia Gutenberg / 288 PÁGS.

El pueblo es inmortal

Vasili Grossman

Se trata de la primera de las tres novelas bélicas de Grossman y, aunque las tres mantienen claros elementos en común y paralelismos inconfundibles, las diferencias también son notables.
La obra que hoy nos ocupa guarda más similitudes con Stalingrado, a pesar de que el argumento de ésta, así como sus personajes y el lugar y momento histórico en que se desarrolla –durante la batalla de Stalingrado–, la emparenta directamente con Vida y destino.
Sin embargo, el Grossman de Vida y destino no era el mismo que el de Stalingrado o El pueblo es inmortal.
La tragedia de la guerra, los crímenes del estalinismo y el totalitarismo criminal de la URSS ejercido con mano de hierro por los comisarios soviéticos hicieron que Grossman plasmara en Vida y destino un gran desencanto hacia el modelo soviético.

El genio de Grossman produjo una novela bélica brillante que va más allá del mero panfleto propagandístico

Vida y destino plantea una profunda reflexión sobre la legitimidad de un sistema político criminal. Grossman había descubierto que la URSS de Stalin no era muy diferente de la Alemania de Hitler. En ese sentido, es una novela antisoviética o, al menos, antiestalinista.
No en vano, el manuscrito fue secuestrado por las autoridades soviéticas tras una denuncia del editor de Grossman, que nunca vería publicada su opera magna.
Milagrosamente, una copia del manuscrito salió de forma clandestina de las oficinas de la Lubianka, sede de los servicios de seguridad soviéticos, y llegó a París, donde se publicó por primera vez en lengua francesa.
Volviendo a El pueblo es inmortal, se trata de una novela mucho más sencilla, y corta, que Vida y destino.
Con todo, ambas novelas, junto con Stalingrado, mantienen unas mismas señas de identidad: la heroicidad del pueblo ruso en guerra y su capacidad de resistencia al invasor alemán; la dignidad de las personas, campesinos, proletarios, frente a la obsesión uniformadora del aparato soviético; y el valor superior de la vida humana sobre cualquier ideología.
A partir de ahí, comienzan las diferencias. El pueblo es inmortal se concibió como una novela propagandística para levantar la moral de las tropas soviéticas en retirada frente a la aplastante maquinaria de guerra alemana.
Sin embargo, el genio de Grossman produjo una novela que va más allá del mero panfleto propagandístico, como tantos de los que se publicaban en su época.
Aturdido por la invasión alemana, Grossman se presentó voluntario para combatir en las filas del Ejército Rojo.
Sus problemas de visión y su mal estado físico lo imposibilitaban para el combate, por lo que fue destinado como redactor del Krásnaya zvezdá (Estrella Roja), la publicación oficial del Ejército.
El director de la publicación lo mandó al frente, desde donde publicó audaces crónicas de la guerra que lo convirtieron en una celebridad tanto entre los combatientes como en la retaguardia.
El escritor ruso Vasili Grossman

Vasili Grossman en las ruinas de Stalingrado

Consciente de la potencialidad de la creciente fama de Grossman, el director del Estrella Roja le encargó que elaborara una novela breve para infundir optimismo entre las tropas rusas.
Grossman cumplió su cometido y redactó El pueblo es inmortal, una crónica donde se narra la vida de un batallón del Ejército Rojo que ha quedado cercado en Bielorrusia tras las líneas alemanas.

El protagonista de El pueblo es inmortal son las gentes que conforman la Unión Soviética

Cuando parece que la aniquilación es inevitable, el batallón, gracias a la iniciativa individual de sus combatientes, a su valentía y sentido del patriotismo, logra romper el cerco.
A pesar de que el objetivo de la obra de Grossman era elevar la moral de los combatientes y resaltar el heroísmo del pueblo soviético mártir, El pueblo es inmortal también sufrió el efecto de las tijeras de la censura, tanto del propio editor de la novela como de los guardianes de la pureza comunista.
En la presente edición, se ha optado por presentar la novela de forma íntegra a partir del manuscrito original de Grossman, con las partes censuradas impresas en color gris. De esa manera, el lector también percibe a partir de las partes censuradas los temores y obsesiones de las autoridades soviéticas.
En la novela de Grossman no hay loas al aparato soviético. Marxista-leninista convencido, Grossman evita prácticamente cualquier referencia a Stalin, y menos aún ningún elogio: «Los corazones que laten en vuestro pecho son de Lenin», llega a decir obviando al dictador georgiano.
El protagonista de El pueblo es inmortal son las gentes que conforman la Unión Soviética, un pueblo capaz de resistir el avance de los carros de combate alemanes con sus calaveras y tibias cruzadas pintadas en las carrocerías. Es «el pueblo que reconquista su libertad».

Grossman ensalza la familia como motor que impulsa al pueblo a luchar

«¡Que no haya palabra más grandiosa y santa que la palabra ‘pueblo’! Ese pueblo, como ningún otro en el mundo, sabe morir con rigor y naturalidad», dice Grossman.
Un pueblo víctima de un enemigo que lo aplastaba, que «arrancaba las cruces de los cementerios», «pisaba la garganta a las viejecitas» y «ahorcaba a los toneleros».
Grossman ensalza la familia como motor que impulsa al pueblo a luchar. Son esas raíces, esos vínculos entre familiares, vecinos y amigos (y no el aparato represivo soviético) lo que hace del pueblo un muro infranqueable frente al invasor: «Los hombres casados que aman apasionadamente a sus hijos, a sus mujeres y a sus madres suelen combatir mucho mejor».
Esa fortaleza de un pueblo en apariencia débil pero cuya alma lo hace invencible e inmortal se representa en la figura del niño Lioña, que, tras huir de una muerte segura en su aldea ocupada por los nazis, logra atravesar las líneas alemanas él solo, armado con una pistola de latón, y reunirse con su padre, el comisario de división Cherednichenko.

'El pueblo es inmortal' es una obra maestra de la literatura bélica

El batallón que trata de obtener una pequeña victoria en medio de la debacle general de la URSS, es el reflejo de la resistencia del pueblo: «Todos vosotros sois hijos adultos de vuestro pueblo; habéis pasado por la dura escuela del trabajo y del pueblo en guerra».
«Dentro de unos días enfrentaremos al enemigo que nos supera en efectivos, le asestaremos un golpe, romperemos sus líneas y alcanzaremos el resto de nuestro ejército. Tenéis que salir victoriosos, camaradas, y lo haréis».
Y son precisamente las decisiones de sus protagonistas contra las directrices del aparato soviético las que permitieron al batallón obtener la victoria, romper las líneas alemanas y reunirse con el resto del Ejército ruso.
Decisiones adoptadas por personas concretas, por el comisario Bogariov, por el comandante Mertsálov o por el soldado Ignátiev. Decisiones que violaban abiertamente la Orden 270 –sobre la que Grossman se muestra profundamente indignado– que condenaba a muerte a quien se replegara en el frente. Decisiones que, sin embargo, permitieron dar un triunfo al Ejército Rojo.
El pueblo es inmortal es una obra maestra de la literatura bélica, con un final épico que emociona al lector y le enardece el alma no por un entusiasmo ideológico, sino por la exaltación de humanidad y fraternidad que desprende.
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