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08 de mayo de 2024

La carga de los tres reyes, durante esta batalla conocida como las Navas de Tolosa se puso fin al dominio musulmán en la península

La carga de los tres reyes, durante la batalla conocida como las Navas de TolosaFerrer Dalmau

Las Navas de Tolosa: «la batalla campal» del medievo hispánico

La obra del medievalista Francisco García Fitz, reeditada por Desperta Ferro, y que incluye una sustanciosa actualización bibliográfica, presenta la disección completa del encuentro en las Navas retrotrayéndose hasta sus más profundas causas

«Tuvo lugar esta felicísima guerra en el lugar que llaman Navas de Tolosa. Nunca en España hubo una guerra igual» escribió el obispo Lucas de Tuy veinticinco años después de la batalla de las Navas en su obra Chronicon Mundi. En la Primera Crónica General, como denominó Menéndez Pidal a la Estoria de España confeccionada en el scriptorium de Alfonso X de Castilla («el Sabio»), se lee: «uno de los más grandes hechos que en el mundo acontecieron desde que el mundo fuera creado hasta ahora, fue la batalla que llaman de Úbeda», esto es, de las Navas. Poca duda cabe, como evidencian estas crónicas medievales, que el alcance de la batalla de las Navas de Tolosa fue considerable, y no solo a nivel ibérico, sino en toda la cristiandad occidental. Esto hace que se convierta en necesario, primero, que la batalla sea conocida en nuestro presente, ya que significó un punto de inflexión en el devenir histórico de los reinos medievales hispánicos, y segundo, que se editen y reediten obras que arrojen luz (histórica, por supuesto) a este hecho tan significativo como extraordinario.
Portada de 'Las Navas de Tolosa. La batalla del castigo'

Desperta Ferro (2024). 664 páginas (8 a color)

Las Navas de Tolosa. La batalla del castigo

Francisco García Fitz

En el caso que aquí se presenta, nos encontramos ante la reedición de una magnífica obra que, aunque ha visto ya diecinueve inviernos, y no ha perdido un ápice de vigencia, «ofrece al lector una actualización bibliográfica que le permita ponerse al día sobre los avances que se han producido no solo en el conocimiento de la batalla, sino también de otros muchos aspectos […], absolutamente necesarios para entender aquel acontecimiento extraordinario». Así lo afirma Francisco García Fitz, catedrático de Historia Medieval en la Universidad de Extremadura, en su introducción a Las Navas de Tolosa. La batalla del castigo (Desperta Ferro Ediciones, 2024).
Dividida en siete capítulos, a los que se suman una introducción y una conclusión de necesaria presencia y lectura –donde destaca la profunda revisión que hace García Fitz de la historiográfica a través de títulos publicados en los últimos diecinueve años–, la obra comienza con una panorámica general del conflicto en la Edad Media, con especial énfasis en la teoría sobre la «batalla campal» y su desarrollo en suelo peninsular. Transita después por el contexto estratégico en el que se inserta el choque de las Navas, así como las razones que llevaron a Alfonso VIII de Castilla a liderar la campaña, dejando al margen al reino de León. Se va concretando cada vez más el itinerario mediante la exposición de la ordenación de los recursos militares –esto es, las formas de reunir, organizar y desplazar los ejércitos– tanto en la parte castellana como en la almohade. Tras esto tiene lugar un breve excursus que profundiza en los recursos ideológicos puestos en juego por los mandos, como son las ideas de cruzada y yihad –y donde la espinosa cuestión de la Reconquista también tiene cabida–. Por último, el desarrollo táctico del enfrentamiento se sitúa al final – y antes de la conclusión – como la flor de una planta que hunde profundas sus raíces. Un libro cuyo ordenamiento no podría ser más pedagógico, ya que plantea la batalla como el resultado no necesariamente obligatorio de toda una serie de elementos estructurales y circunstanciales.
Entre los elementos sobre los que hace hincapié García Fitz en su obra destaca la cuestión de la utilización de las batallas campales en la Edad Media y su tratamiento por los historiadores a lo largo del último medio siglo. En la segunda mitad del siglo XX, «la constatación de que la guerra medieval pocas veces era un asunto de batallas y de que, al contrario, solía ser una cuestión de saqueos, robos de ganados, incendios de cosechas, destrucción de bienes y de pequeñas aldeas, asaltos de villas y asedios o bloqueos de fortalezas y ciudades amuralladas acabó por convertirse en un lugar común en la historiografía», señala García Fitz. Así pues, a comienzos del presente siglo aún se mantenía el rígido paradigma historiográfico que afirmaba que en la guerra medieval los enfrentamientos a campo abierto «no solo no se buscaban, sino que en la medida de lo posible se eludían». Fue a poco de comenzar el siglo XXI que ese paradigma comenzó a abandonarse, y se constató que, pese a la tendencia general, «muchos comandantes no solo no evitaban las batallas, sino que las buscaban como herramienta para acabar con un conflicto», afirma García Fitz. Cosa distinta es que, en un contexto geoestratégico donde prima la guerra defensiva sobre la ofensiva, las batallas campales sean acontecimientos raros, excepcionales, y por ello especialmente recordados, lo que no quita que fueran decisivos en el desarrollo de procesos de largo alcance. El caso de Alfonso VIII en las Navas se presenta, precisamente, como un magnífico ejemplo de «buscador» de batallas, consiguiendo finalmente en 1212 su objetivo.
Un libro, en definitiva, que abre una transparente ventana a nuestro pasado medieval, y más concretamente a su ámbito bélico (con todos sus aparejos) en suelo ibérico, asimismo cargado de información con un único objetivo: derribar mitos y crear conocimiento.
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