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Detalle de la cubierta del libro

Detalle de la cubierta del libroLibros del Asteroide

'Vamos a comprar un poeta': para qué sirve lo que no sirve para nada

El portugués Alfonso Cruz crea una distopía ligeramente orwelliana para reivindicar la utilidad de lo inútil

A medida que el mundo se ha ido convirtiendo en un lugar mensurable, donde cada cosa está tasada y acotada, vamos sintiendo mayor necesidad de intangibles. A nadie se le escapa el prestigio que han cobrado (o recobrado) todo tipo de 'saberes inútiles', desde las humanidades y las lenguas clásicas hasta la fe o, si se quiere, el horóscopo. Incluso si siguen siendo intereses minoritarios, son indicios de un malestar creciente en la sociedad de mercado. Ese malestar explica el éxito de libros como La utilidad de lo inútil, de Nuccio Ordine, que tanto tiene que ver con la novelita que nos ocupa.

Vamos a comprar un poeta (Libros del Asteroide), del portugués Alfonso Cruz (Figueira da Foz, 1971) es una suerte de manifiesto ficcionado en favor de los espacios no cuantificables que quedan en una contemporaneidad comida por la estadística. El libro de Cruz se desarrolla en un mundo semejante al nuestro, pero con los rasgos mercantilistas exacerbados: todo está patrocinado –los muebles de casa, las sábanas, la comida, incluso el agua–, cada cosa se mide por su capacidad de lucro, las personas se llaman con guarismos y las emociones se miden en porcentajes.

Vamos a comprar un poeta

Libros del asteroide (2025), 112 páginas

Vamos a comprar un poeta

Alfonso Cruz

Estamos ante una distopía, sí, pero Cruz no ha tenido que imaginar mucho para crearla: solo ha acelerado las características más economicistas de nuestra sociedad y ha imaginado un mundo orwelliano en el que el 'gran hermano' es el beneficio y nada queda al margen de las transacciones. Ni siquiera los poetas, convertidos en bienes de consumo.

De hecho, ahí arranca esta novela corta o relato largo narrado por una niña de una familia de presunta clase media. La familia ha decidido comprar un poeta en ese mercado donde se hacinan los artistas: pintores, escritores, escultores... Ese tipo de gente que no está en el mundo y no da una a derechas, que no sirve para nada. Puesto que los poetas son más baratos «y mucho más limpios» que los pintores, se deciden por este 'animal de compañía'. Por supuesto, su presencia en la casa –dormirá en el hueco de la escalera– no pasa sin consecuencias sino que hace a la niña y su familia replantearse su modo de vida.

Vamos a comprar un poeta es un libro amable y divertido, escrito con ingenio e ingenuidad a partir de una premisa descacharrante y por momentos lúcida. No deja de ser una fábula, con todas sus consecuencias. Por ejemplo, funciona bien como manifiesto y como novela juvenil, a la que el autor es afecto. El epílogo del libro, un canto a lo inútil en el mundo del rédito y las métricas, revela la importancia que el autor concede al mensaje.

Fuera de ahí, el conjunto se antoja un poco homeopático y maniqueo: está el Mercado y está la Cultura, el Mal y el Bien, sin mestizajes. En el campo de la parodia, Cruz ha decidido jugar por una sola banda y aunque el trasfondo es loable –la poesía no solo es necesaria sino inevitable y hasta 'lucrativa', pues las metáforas hacen y desarrollan el mundo–, algo parece quedarse a medio camino, en un lugar complaciente.

Libros del Asteroide arranca con esta nouvelle y otra de Blanca Lacasa (El accidente) su formato mini, piezas más ligeras y breves en sintonía con las demandas de un parte no menor del público. También el propio mercado de la atención daría para una buena fábula (o sátira o lo que sea). Por lo pronto, la editorial da a conocer en España a un autor muy leído en Portugal, traducido aquí por Rita da Costa. Sea bienvenido.