Ceferin se manifestó irónicamente ante la presencia de los iniciadores de la Superliga en esta edición de la Liga de Campeones
La Superliga detecta el miedo de la UEFA ante la próxima sentencia de la Unión Europea
Bernd Reichart, CEO del proyecto, ratifica ante Ceferin que el torneo sería abierto y se jugaría por meritocracia. La UEFA a no buscaba el diálogo sino hacer una exposición de fuerza ante el proyecto
Miedo, terror, temor a una sentencia judicial que abogue por la libertad de mercado que define la Unión Europea. Esa es la visión que tiene Bernd Reichart, consejero delegado de la Superliga, tras reunirse con Ceferin en la sede de la UEFA en Nyon.
El presidente del organismo europeo del fútbol planteó una encerrona a los tres directivos de la Superliga que acudieron a una cumbre solicitada por ellos mismos. Allí se encontraron con Javier Tebas, con Al-Khelaifi, con Miguel Ángel Gil Marín y con otros muchos representantes de los clubes y de los jugadores, europeos. Eran veinte frente a tres. Una reunión desigual en la que la UEFA no buscaba el diálogo sino hacer una exposición de fuerza ante el proyecto encabezado por el Real Madrid, la Juventus y el Barcelona, aunque Bernd Reichart, Anas Laghrari y John Hahn, representantes de A-22, la empresa que dirige el proyecto de una liga europea, manifestaron que representan a muchos más clubes y grupos de futbolistas, no sólo a los tres que siempre aparecen en la lista.
Preocupación de la UEFA
Los tres directivos comprobaron la preocupación de Ceferin, de Al-Khelaifi, de Tebas y de otros muchos dirigentes continentales, todos juntos ante tres profesionales de una Superliga que defendió la libertad de mercado del fútbol en la Unión Europea. Es una patata caliente para la UE, pues si es fiel a las normativas de su formación histórica debe aprobar la libertad de mercado en contra del monopolio que tiene la FIFA a nivel mundial y la UEFA a nivel continental. Ese es el miedo que sienten los dirigentes que desean mantener el estatus actual del fútbol, dirigido por la UEFA.
No será una competición cerrada
Reichart dejó claro ante la veintena de opositores que el proyecto de la Superliga será abierto y se ascenderá a ella por meritocracia, como sucede ahora mismo en la Champions. Se aplicarán los mismos conceptos de clasificación que existen hoy en las copas europeas, con la diferencia de que los calificados disputarán una Superliga en vez de una fase previa y eliminatorias, como ocurre hoy. No será una competición cerrada estilo NBA.
Tebas-Al-Khelaifi, curioso binomio
Para los directivos de la Superliga presentes en la cumbre fue gracioso e irónico ver a Javier Tebas y a Nasser Al-Khelaifi juntos en contra de la Superliga. El presidente de LaLiga ha denunciado reiteradamente, y con razón, ante la UEFA la mentira de los clubes-estados como el PSG y el City, que viven con dinero que procede de estados ricos en petróleo y gas y no se ajustan a sus presupuestos. Ceferin, amigo del presidente del PSG, les permite hacer lo que quieran y las demandas de Tebas nunca han triunfado. Pero es sarcástico ver a dos enemigos en la estructura del fútbol europeo unidos ante el miedo a la libertad de mercados que exige la demanda judicial presentada por la Superliga.
Es sarcástico ver a dos enemigos, como Tebas y Al-Khelaifi , unidos ante el miedo a la libertad de mercados que exige la demanda judicial presentada por la Superliga.
Los dirigentes del proyecto afirman que la sentencia judicial definitiva se producirá en marzo, aunque en diciembre habrá un primer anticipo de una opinión jurídica que no será la definitiva.
Aleksander Ceferin escuchó los argumentos que Reichart, quien a a pesar de la encerrona ante veinte opositores dijo muy claro que el fútbol europeo actual es un fracaso porque no hay enfrentamientos importantes hasta los octavos de final y porque no hay atractivo para los jóvenes, que serán los espectadores del futuro.
Una jauría sin control
En plena encerrona destacó que los equipos no pueden desarrollar de esta manera todo su potencial deportivo y económico. Y criticó precisamente la falta de controles financieros adecuados, esa anarquía que permite al PSG y al City fichar y hacer lo que quieran sin justificar realmente cuentas válidas, una jauría en la que ahora se integrarán también el Newcastle y el Nottingham Forest con capitales difíciles de justificar.
Reichart adujo que la Superliga sería el premio final a los mejores en las competiciones abiertas basadas en los méritos deportivos y ese papel fundamental lo juegan las ligas nacionales.
La sentencia llegará en primavera
El CEO de A-22 analizó que la UEFA dejó en evidencia que la situación actual de dominio y monopolio del continente es ideal para ella y no piensa moverse un ápice. Es ese monopolio el que pretende desbancar la Superliga con su demanda judicial ante el Tribunal de justicia de la Unión Europea.
El 15 de diciembre será cuando el abogado general del Tribunal anuncie su opinión no vinculante. La sentencia comunitaria llegará en la primavera de 2023. Ese miedo ha unido a enemigos antropológicos como el presidente de la Liga y el presidente del París Saint-Germain. Los intereses particulares hacen extraños compañeros de cama. Mientras tanto la Superliga espera de veredicto que puede revolucionar el mundo de fútbol y por ende el mundo de todos los deportes del continente, dirigidos también por federaciones monopolísticas.
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