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14 de mayo de 2024

En este once titular, salvo Sheila García (abajo, primera por la izquierda), e Irene Paredes (arriba, primera por la izq.), el resto renunció a España

En este once, salvo Sheila García (abajo, primera izq.), y Paredes (arriba, primera izq.), el resto renunció a EspañaSeFútbol

Los 11 meses en los que las futbolistas que renunciaron a España buscaron el colapso de la selección

Fue un 23 de septiembre de 2022. A la Federación Española de Fútbol (RFEF) llegaron aquél día 15 correos electrónicos de 15 jugadoras de la selección femenina de fútbol. Decían que renunciaban a ir con España porque ir allí les afectaba «de manera importante» en su «estado emocional» y en su «salud». La traducción era que querían destituir a Jorge Vilda, seleccionador nacional, con el que consideraban que jamás ganarían nada.
Ese día arrancaron 11 meses muy difíciles para todos: para la Federación, firme en este caso de chantaje, para Vilda, al que dibujaron como un villano (y ahora es héroe), para las propias 15 que renunciaban a lo más importante... 11 meses de tensiones, de presiones, de marchas atrás y de éxitos, porque todo derivó en una victoria en el Mundial.
El Debate les ha ido contando desde entonces los pasos que se han ido dando en esta selección femenina. Por un lado y por otro. Aquí empieza la historia de una selección rota que supo levantarse y de una guerra interna con jugadoras que se creían intocables y que no lo eran al menos en España (en el Barça sí lo son, así se lo permitieron). Y una historia de presiones para buscar el colapso del combinado nacional.

Inicio de la revuelta

La historia realmente se inicia el 20 de julio de 2022, día en el que España pierde ante Inglaterra en cuartos de la Eurocopa. Eliminadas, las jugadoras entienden que el problema es Vilda, que no da más de sí, que teniendo a las mejores futbolistas del mundo se estaba perdiendo una época dorada. En la primera convocatoria tras ese torneo (inicios de septiembre) las futbolistas intentan acabar con Vilda, pero no pueden. Es cuando unos días después renuncian de forma oficial y voluntaria a ir con España.
España ha derrotado a Inglaterra y ha conquistado el Mundial femenino de fútbol

La euforia de las jugadoras de la selección española tras ganar el MundialAFP

Son Patri Guijarro, Mapi León, Sandra Paños, Claudia Pina, Lola Gallardo, Ainhoa Moraza, Nerea Eizaguirre, Amaiur Sarriegi, Leila Ouahabi, Laia Aleixandri, Lucía García, Andrea Pereira, Ona Batlle, Aitana Bonmatí y Mariona Caldentey. La inmensa mayoría son del Barça, que ya habían conseguido echar a Lluís Cortés en su club un año antes. De ellas, las tres últimas acabarán yendo a última hora (en la última convocatoria) al Mundial y reculan al ver que se quedaban sin jugarlo.
Se inicia una época entonces a lo desconocido. La Federación se pone firme: total confianza en Vilda, respaldo al entrenador y tilda de «maniobras nocivas» lo hecho por las jugadoras. Y es cuando las 15 'rebeldes' empiezan a ver que su chantaje puede fallar.

Nace una nueva España

Octubre de 2022. Primera convocatoria de Vilda en la nueva España. Como no puede llamar a esas 15 –ellas mismas se han excluido– aparecen nuevas jugadoras en la columna vertebral que acabarán siendo clave en el Mundial. Son Olga Carmona, la gran heroína, Ivana Andrés (la nueva capitana), Teresa Abelleira, revelación del torneo, Salma Paralluelo, por citar algunos ejemplos.
Y empiezan a ganar. Vencen a Estados Unidos en lo que supone un triunfo sin precedentes. Solo perderán un encuentro de los 12 que disputan antes del Mundial. Y eso pone nerviosas a las que protagonizaron el chantaje, que empiezan a ver que la selección funciona sin ellas.

En busca del colapso de la selección

A mediados de octubre estas 15 jugadoras se echan en manos de un sindicato, FUTPRO, que casualmente fue creada por dos de ellas, Patri Guijarro y Andrea Pereira. Y aquí es donde empiezan las presiones y el intento de colapso. En ese octubre hay una reunión telemática entre estas 15 futbolistas –representadas por tres de ellas– y las que ya forman parte de la nueva selección. El sindicato mencionado hace de mediación.
Las 15, sabedoras de que España funciona sin ellas, presionan a las nuevas. Les piden cosas inverosímiles: que las apoyen en público, que manden un comunicado respaldándolas y que renuncien también. Es tal la desesperación y preocupación de las 15 que llegaron a proponer a las nuevas jugadoras de la selección que fueran «a ver al psicólogo de vuestro club y luego hacer el paripé». Es decir, que siguieran el camino de las 15 y también renunciaran.
Luis Rubiales, junto a Jorge Vilda, en la celebración del Mundial en Australia

Luis Rubiales, junto a Jorge Vilda, en la celebración del Mundial en AustraliaRFEF/EFE

Esto era directamente hacer explosionar a todo el fútbol femenino español, colapsarlo por completo. Que no hubiera jugadoras para poder ir a la selección.
La tensión era total. Pero se sobrevivió. Rubiales se mantuvo firme con Vilda en el que posiblemente es su gran acierto de su mandato. El entrenador aguantó. Y fue todo a mejor. Se consiguió un nuevo equipo con jugadoras posiblemente de menor nivel, pero con ganas sin exigencias, sin egos y entendiendo las jerarquías. Futbolistas implicadas.

Negociación y regresos

Otros dos momentos clave. Febrero de 2023. Vilda llama a Jenni Hermoso. La madrileña, que milita en México, no había renunciado, no estaba entre las 15, pero sí había pedido el cese del seleccionador, que la indulta. No había estado desde octubre en ninguna convocatoria. Un mes después vuelve Irene Paredes, capitana de la anterior España (no recuperaría el brazalete), toda una figura en el fútbol femenino español. Igual, Paredes no estaba entre las 15, pero sí fue la que más apoyó a las que renunciaron. Al fin y al cabo convivía en el día a día con muchas de ellas en el Barcelona.
Alexia Putellas, Irene Paredes y Jenni Hermoso.

Alexia Putellas, Irene Paredes y Jenni Hermoso.RFEF/EFE

Estas dos llamadas abren una vía a la negociación. Paredes intermedia entre Vilda y su cuerpo técnico y sus compañeras. Queda poco tiempo para el Mundial y se suceden los movimientos internos. Hasta que llega la noticia: varias de las 15 se echan atrás, reculan y muestran ahora su predisposición a volver a la selección. De todas ellas Vilda solo elige a tres en la convocatoria final del Mundial: Batlle, Bonmatí y Caldentey.
Algunas, como Mapi León, líder de la revuelta, apela a sus «valores» para seguir con su postura. «Quiero ir al Mundial, pero mis creencias y valores van antes», comentó. Sí regresa Alexia Putellas, mejor jugadora del mundo, dos veces Balón de Oro. Ella apoyó a las 15, su relación con Vilda es difícil, pero no necesitó renunciar a nada porque estaba lesionada. Cuando se recupera está en el Mundial.
Finalizan ahí diez meses de tremenda batalla interna y de tensiones por todos lados. 12 futbolistas se quedan al final fuera tras su chantaje. Tres regresan. El último mes queda para competir en el Mundial. Y para llegar al 20 de agosto a ganarlo. Es el triunfo de todo un país y de una dupla, Rubiales-Vilda, que evidentemente sale fortalecido de esto. Su postura era la correcta y el error fue de las que renunciaron. El deporte y el balón así lo dictaron.
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