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08 de mayo de 2024

Rafa Benítez y Gaizka Garitano en un Celta - Almería

Rafa Benítez y Gaizka Garitano en un Celta - AlmeríaLaLiga

La poca paciencia con los entrenadores en el mundo del fútbol y las ventajas de creer en un proyecto

Se acerca ese período de la temporada donde se juegan los partidos más importantes, donde los títulos se deciden y donde los proyectos encuentran, en los resultados, su espaldarazo o su condena. Por tanto, empieza el período del año donde las directivas más nerviosas se ponen. Son muchísimas cosas en juego, tanto deportiva como económicamente, y eso ve su reflejo en las decisiones que se toman.
Por poner un solo ejemplo, en las últimas horas ha caído Rafa Benítez como entrenador del Celta, Ramis como técnico del Espanyol en segunda división (van terceros), Gaizka Garitano parece tener sus horas contadas en el Almería y, yéndonos al ámbito internacional, Maurizio Sarri ha dimitido como entrenador de la Lazio apenas una semana después de estar en Múnich compitiendo un histórico pase a cuartos de final en la Champions. Peces gordos como José Mourinho o Laurent Blanc ya fueron cesados con anterioridad. Y otros, como Xavi o Thomas Tuchel, evitaron una decisión que nadie quería tomar comunicando ellos mismos su marcha...aunque a final de temporada.
Centrándonos en el ámbito nacional, esa destitución de Benítez fue la novena de un entrenador de primera división esta temporada. Quique Setién, Vicente Moreno, José Luis Mendilibar, José Rojo ´Pacheta´, Paco López, Diego Alonso, Sergio González, Francisco Rodríguez y el exentrenador de Real Madrid o Liverpool. Garitano será el décimo, y el Almería se unirá a Sevilla y Villarreal como los equipos que ya irán por su tercer entrenador del curso.
La paciencia parece ser cosa del pasado. Los proyectos largos de los entrenadores, permaneciendo incluso décadas en el mismo club, siendo Sir Alex Ferguson o Arsène Wenger los primeros que pueden venir a la mente, son ahora raras excepciones. Como es el caso de Diego Pablo Simeone en el Atlético de Madrid, quien sigue resistiendo, inmutable, en un club que ha cambiado hasta los cimientos desde su llegada. Después del argentino aparecen Jagoba Arrasate e Imanol Alguacil, en Osasuna y Real Sociedad respectivamente, con más de un lustro cada uno. Solo ocho entrenadores de Primera llevan al menos dos años en su club, uniéndose a los ya mencionados: Manuel Pellegrini, Carlo Ancelotti, Míchel, Xavi y García Pimienta.
En la Premier solo siete entrenadores pasan el corte de los dos años, y tan solo tres (Jürgen Klopp, Pep Guardiola y Thomas Frank) el de los cinco. En la Bundesliga alemana hay dos casos extremos, Frank Schmidt con 16 años en el Heidenheim y Christian Streich con 12 años en el Freiburg, pero aparte de esos dos, tan solo otros dos superan la barrera de los dos años (Torsten Lieberknecht y Ole Werner). En Italia, tras el adiós de Sarri, el corte de los que superan los dos años se ha quedado en seis (Gian Piero Gasperini, Stefano Pioli, Massimiliano Allegri, Simone Inzaghi, Ivan Juric y Vincenzo Italiano).
Pep Guardiola celebra un gol del City esta temporada

Pep Guardiola celebra un gol del City esta temporadaAFP

Sirvan estos ejemplos para mostrar el estado actual del fútbol. Aguantar más de dos años empieza a ser muy difícil; durar más de cinco, una proeza. Es como si el deporte se hubiese sumado a esta era que vivimos ahora, la de las redes sociales, donde todo tiene que ser inmediato, los estímulos constantes y si te aburres a la mínima ya estás buscando un cambio.
Hace un año, a estas alturas de la temporada, el Inter de Milán estaba precisamente a las puertas de eso. De un cambio. Simone Inzaghi, que heredó a un equipo campeón de Italia, había fracasado en esa empresa en sus dos primeras temporadas, y la directiva consideraba eso un fracaso. Pero le salvó la Champions, donde el equipo iba superando las rondas, plantándose en la final. Y aunque perdieron ahí, le mantuvieron. Hoy el Inter domina la liga italiana con una superioridad aplastante, sacándole 16 puntos al segundo clasificado.
No es cuestión de democratizar esto como la forma correcta de hacer las cosas, que cada caso es un mundo y muchas veces una retirada a tiempo es una victoria, pero sirvan estas líneas para recordar a todos esos entrenadores que no tuvieron tiempo, que las circunstancias les dieron la espalda y que no pudieron demostrar. La cantidad de grandes equipos que nos habremos perdido.
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