
El Benfica se enfrentó al Auckland City en el Mundial de Clubes
Estadios casi vacíos: el gran problema que se ha encontrado la FIFA en el Mundial de Clubes
La mitad de los primeros 16 partidos del Mundial de Clubes no han llenado ni la mitad de la capacidad del estadio
Los disparatados precios de la cerveza en el Mundial de Clubes
El Mundial de Clubes que se está celebrando en Estados Unidos supone la primera edición de este nuevo formato que busca determinar cual es el mejor equipo del mundo. De los 16 partidos disputados en lo que va de torneo, la mitad han sido participes de una falta de asistencia notoria, que está por debajo de lo que pronosticaban las previsiones. Ocho de estos encuentros no han logrado llenar ni la mitad de la capacidad total de sus estadios.
En algunas ocasiones, la entrada fue tan baja que se llenaron apenas un par de gradas. El caso más extremo fue el de el Ulsan Hyundai contra el Mamelodi Sundowns, que apenas albergó a 3.000 aficionados en el Exploria Stadium de Orlando que puede reunir hasta 25.000. Por el contrario, los partidos del Real Madrid y el Atlético de Madrid están logrando unas cifras muy buenas. De hecho, el partido donde debutó el Atleti contra el PSG logró el récord del torneo con 80.000 espectadores.
El Rose Bowl de Pasadena fue el estadio que albergó el partido entre los de El Cholo y los de Luis Enrique, donde los colchoneros cayeron aplastados por los parisinos. El principal factor que determina la baja asistencia de algunos estadios es la baja popularidad de algunos de los participantes en el campeonato, sumada a la falta de tradición futbolística en algunas ciudades estadounidenses. El alto precio de las entradas y de las bebidas dentro de los recintos, repelen ciertamente a los aficionados, que no encuentran casi motivos para asistir a partidos entre equipos de bajo nivel.
Uno de los grandes motivos de la desolación que se vive en los estadios en el Mundial de Clubes es la falta de tradición de algunos de los países que se ven representados en el torneo. Si sumamos que de algunos de estos lugares no hay prácticamente afición desplazada, con que el partido de por si despierte poco interés y con que en Estados Unidos el fútbol no es el deporte rey, pues el resultado es un campo enorme casi vacío.
Una inversión desorbitada
Obviamente, la lejanía del país de celebración con respecto al resto del mundo, supone un impedimento para muchos. El precio de los vuelos, el alojamiento, la propia entrada al evento y el resto de gastos como la comida y la bebida, hacen que asistir al torneo como espectador resulte un gasto superlativo, que no todos están dispuestos a pagar. En adición, los que hayan decidido viajar al país americano tienen que filtrar bien a que partidos quieren asistir y a cuales no, para que el gasto económico no se propulse en demasía.
Además, la celebración simultanea de otros eventos deportivos con más arraigo en el país provocan dicha mala entrada. A pesar de las múltiples imágenes de las gradas vacías, los organizadores del evento insisten en en que el torneo está aún en sus primeras fases y se espera un aumento significativo en el público de los partidos venideros, que además por la eliminación de los equipos más débiles, resultarán a priori más atractivos para el público neutral.