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02 de mayo de 2024

Paso al frenteDavid Vicente Casado

Heroica, el Bernabéu te espera

El próximo miércoles el coliseo blanco tiene una cita para acabar con la verdad única y los petrodólares. Y de paso, vengar al vecino

Actualizada 15:35

El Madrid pisó el Etihad y Ancelotti abrazó a Guardiola con una sonrisa de oreja a oreja. El italiano dulcifica al Madrid, acoge en sus brazos ante uno de sus grandes enemigos. Sin embargo, la sonrisa le duró a Carletto los dos minutos que tardó De Bruyne en derribar el muro de Courtois. 120 segundos y el Madrid se vio ya por detrás en el marcador. Visto lo ocurrido antes de la remontada ante el PSG y ante el Chelsea, el Madrid parece sentirse más cómodo jugando a la heroica que teniendo la iniciativa. A este Madrid le motiva superarse a sí mismo. El City con el gol se dedicó a monopolizar la posesión tal y como marca el Guardiola style, un dominio engañoso que tampoco venía mal a los blancos.
Alaba, como si hubiera un síndrome que sufrieran los centrales madridistas que pisan el Etihad Stadium, se transformó en Varane y cometió un error infantil que aprovechó Gabriel Jesús para hacer el segundo y obligar a los blancos a repetir el guion ante el Chelsea, aunque a los 16 minutos se encontraba con un 2-0 y sin haber empezado a jugar los blancos.
Modric pidió el balón y el Madrid se ordenó. El croata puso freno a las carreras inertes de Valverde. El Madrid se dio cuenta de que si presionaba al City los citizens se ponían nerviosos y podrían aprovecharse. Alaba avisó a los 30 minutos con un cabezazo. Carletto cambió el dibujo, dio equilibrio al equipo y el Madrid cumplió su amenaza de que primero avisa y luego dispara: Benzema dijo hasta aquí en el 33 y envió a la red un perfecto envío de Mendy. La conexión francesa Mendy-Benzema metió a los blancos en el partido. El lateral centró y el delantero celebró su 40º gol de Karim esta temporada.
Karim dio un respiro al Madrid que llegó al descanso con la vida necesaria para engancharse a un encuentro tras estar agonizando desde los primeros minutos.
Militao puso a prueba el corazón de los 2.000 madridistas desplazados a Manchester y de sus diez compañeros restantes cuando volvió a cometer un fallo que Carvajal se encargó de enmendar bajo la línea pocos minutos después de volver de la caseta. Este Madrid reina en la locura, pero tardó en darse cuenta. Cada vez que entregaba el balón al City, los de Guardiola castigaban a los blancos con un gol. Los de Ancelotti despertaban de su letargo cada vez que se iban a por el partido. Del 3-1 al 4-2 y de ahí al 4-3. La estrategia estaba clara: puños fuera y al intercambio de golpes. Los blancos caminaban entre la amnesia y la recuperación de la memoria. Benzema les devolvió a la vida con una obra de arte digna del jugador que sujeta al Real Madrid. Karim demostró que es un témpano de hielo y dio oxígeno a los suyos transformando el penalti a lo Panenka.
Los que se bajaron del barco con los goles de De Bruyne, Gabriel Jesús, Foden o Bernardo Silva fueron a la reventa a volver a comprar un billete para volver a subirse al barco del trece veces campeón de Europa.
El próximo miércoles el Bernabéu tiene una cita para acabar con la verdad única y los petrodólares. Y de paso, vengar al vecino.
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