Tres kilos más para lo de Kylian esperando al Copenhague
El Madrid queda pues a la espera del sorteo de octavos. Debe tocarle el Copenhague. No por nada, pues lo duro le acabará llegando. ¡Pero se pone tan graciosa la parroquia cuando tocan los presuntos fáciles! Que si las bolas calientes, que si el culo del Buitre… Incluso Franco, oigan
O para lo de Haaland que al Madrid del hipogeo algún gordo vendrá. Suponiendo que el gordo no sea Endrick que esa es otra. Pero, vamos, que el Madrid hizo caja para lo que pueda venir. Para el estadio no, eso tiene sus créditos. Seis partidos, seis victorias, tres millones cada una. Perfecto.
Como viendo la cosa me acordé varias veces de Cruyff voy por la primera: la Champions empieza en cuartos. Bueno, para el United no que está en su casa. Casemiro, no te merecían. Al que le toque el Inter hará bien en no fiarse en octavos. Pero estos grupitos…
Más de Johan: absurdez. Fue al primero al que escuché esta palabra que ya está permitida. El Madrid jugó un partido pura absurdez. Al tran tran se esperaba. Lo iba a ganar se pusiera como se pusiera, pero se pintó solo para complicárselo.
Durante el primer minuto, fiel a su costumbre, le dio al rival dos magnificas opciones de gol y después Modric falló un penalti. En la jugada siguiente Alaba despejó en plan trapecista, o sea no despejó, Lucas llegó blando al cruce y la primera parte terminó 1-0. Una cosa de locos.
Enderezó a la vuelta, claro. Joselu explicó otra vez lo importante que es un 9 y más en noches con rival cerrado. Búscale, con el arte de Rodrygo, y te sacará el vientre de penas. Ya me pareció que en Heliópolis salió tarde.
Rodrygo, por cierto, la armó esta vez por el lado de los diestros confirmando que la da igual donde le pongas. Para desesperación de quienes dicen que es mejor que Vinicius por la izquierda y tarde o temprano habrá lío. Perdónales, Señor.
Pues eso. Que Joselu le había dado la vuelta y el Madrid decidió que sus absurdeces no habían terminado. En un homenaje a la blandicie concedió el empate. Y el gol del triunfo, en plan traca final, lo marcó Ceballos. No Bellingham, que se amoscó con el empate y decidió que si le ponen todo el partido lo tratará de ganar hasta el último suspiro. Lo peor del Madrid, la tarjeta que vio Jude. Suma dos, una más acarreará suspensión y llega lo bueno.
El Madrid queda pues a la espera del sorteo de octavos. Debe tocarle el Copenhague. No por nada, pues lo duro le acabará llegando. ¡Pero se pone tan graciosa la parroquia cuando tocan los presuntos fáciles! Que si las bolas calientes, que si el culo del Buitre… Incluso Franco, oigan.
Es algo que no tiene enmienda. Si le caen gordos, aquello de Inter en el grupo, PSG, Chelsea, City, Liverpool, el mismo Bayern y los elimina es que están viejos y, encima, el Madrid tuvo suerte. El Copenhague y vamos a reírnos. Más.
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