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Munuera Montero conversa con Manuel Pellegrini tras detener el encuentroEFE

Escándalo en el derbi sevillano: detienen el partido por lanzamiento de botellas

Nuevo escándalo en el derbi sevillano y, por desgracia, esto ha dejado de ser noticia. José Luis Munuera Montero, árbitro del partido, se vio obligado a interrumpir el duelo entre Sevilla y Betis en el Ramón Sánchez-Pizjuán en el minuto 88 después de que varias botellas fueran arrojadas desde Gol Norte hacia el área verdiblanca. Con el marcador 0-2 a favor del equipo de Pellegrini y un ambiente cada vez más crispado, el colegiado andaluz decidió parar el juego.

Ante la falta de colaboración y viendo que la grada en la que se ubican los ultras Biris Norte no se calmaba, ordenó a todos los jugadores dirigirse a los vestuarios. El desenlace del choque fue bochornoso. Con el Betis imponiéndose por 0-2 gracias a los tantos de Fornals y Altimira, la tensión fue en aumento hasta que comenzaron a caer objetos y al colegiado no le quedó más remedio que actuar. Munuera primero advirtió al delegado de campo que, si se repetía el lanzamiento, suspendería el partido y eso terminó haciendo.

Pese a que apenas restaban dos minutos y el choque estaba decidido, tanto los futbolistas del Sevilla como los del Betis intentaron continuar el partido. Ninguno de los dos equipos quería abandonar el césped, pero ante la falta de control en la grada, Munuera Montero optó por detener definitivamente el juego y marcharse él solo al túnel de vestuarios.

La escena fue surrealista: los árbitros ya estaban en el interior del estadio mientras los jugadores permanecían todavía sobre el campo. La megafonía pidió que cesaran los lanzamientos y, minutos más tarde, ambas plantillas también se retiraron a vestuarios. La imagen, que se está convirtiendo en habitual en el derbi sevillano, dejó una muestra más de violencia en este encuentro, el más caliente de Primera División.

Poco después, el encuentro se reanudó sin más incidentes. El Betis certificó su triunfo en un nuevo derbi sevillano marcado por lo que ocurre fuera del campo. Una imagen fea que solo perjudica al fútbol español.