El Real Madrid vuelve a las andadas y se pega un tiro en el pie a tres días de recibir al City

Parecía que la convincente victoria en San Mamés iba a devolver al Real Madrid a la normalidad tras un mes de noviembre en el que nada salió bien. Pero no fue así porque el Celta de Vigo y Quintero González, árbitro del encuentro, tenían otros planes. El equipo de Xabi Alonso cayó derrotado en su vuelta a Chamartín en un encuentro claramente condicionado por la actuación del trencilla, se queda a cuatro puntos del Barça y llega al partido frente al City con la moral por los suelos (0-2).

37 días después, el Bernabéu volvió a abrir sus puertas para acoger el encuentro de la 15ª jornada de LaLiga EA Sports entre el Real Madrid y el Celta de Vigo, dos equipos con intereses contrapuestos pero con ganas de sumar los tres puntos.

Una vez decretado el pitido inicial, el equipo de Xabi Alonso, que presentó algunas novedades debido a las lesiones, salió con las mismas ganas de siempre y se fue a por el Celta desde el principio. El conjunto blanco sabía que no le valía otra cosa que no fueran los tres puntos y ese deseo se reflejó en el terreno de juego.

El Madrid necesitó poco para acercarse al área del Celta y trató de poner nervioso al equipo de Claudio Giráldez con las ofensivas de Vinicius y, sobre todo, de Mbappé. Pero los gallegos defendieron bien y en el momento de salir a la contra se quedaron cerca de darle un susto a Courtois y compañía.

Lo positivo para el Real Madrid es que esos intentos no llegaron a buen puerto y el equipo de Xabi Alonso tardó poco en recuperar la posesión de balón. No había tiempo que perder y había que empezar a probar a Radu, una de las grandes revelaciones de la Liga bajo palos. Y en el momento de hacerle trabajar, el guardameta rumano respondió con varias buenas paradas.

El dominio era madridista y la ocasión más clara de la primera mitad llegó en el 18'. Arda Güler botó un córner desde la esquina derecha del Bernabéu, encontró a Militao dentro del área y el brasileño remató libre de marca. Pero allí apareció Radu, que repelió el cabezazo del '3' madridista con una señor parada.

Esa fue una de las últimas acciones de Militao, ya que en el 21', el brasileño se tiró al suelo tras notar un pinchazo en la parte posterior del muslo y tuvo que ser sustituido por Antonio Rüdiger, que había sido suplente por una simple cuestión de descanso.

La lesión de Militao, que abandonó el terreno de juego con su propio pie, dejó algo fría al Bernabéu, pero esa sensación de incertidumbre no se prolongó demasiado en el tiempo. El 0-0 seguía ahí y había que tratar de marcar antes del descanso. Y en el 39', Güler tuvo la oportunidad para hacer ese 1-0. Sin embargo, el turco no logró conectar bien el pase de Mbappé y la ocasión se fue al limbo.

Acto seguido, llegó la réplica del Celta. El cuadro olívico salió al contraataque, Pablo Durán le ganó la espalda a Álvaro Carreras en una transición vertical y tiró a puerta, pero allí apareció el de siempre, es decir, Courtois, para salvar al Real Madrid y evitar un 0-1 que hubiera sido doloroso para los intereses del equipo de Xabi Alonso. Y antes del descanso, Tchouaméni gozó de otra oportunidad para adelantar al Madrid. El problema es que Radu (que perdía tiempo cada vez que sacaba de puerta) se hizo enorme y se estiró para palmear el golpeo del francés.

Swedberg silencia el Bernabéu

Tras el paso por vestuarios, el Celta arrancó el segundo acto con un cambio. Pablo Durán se fue al banquillo y en lugar del canterano de Tomiño entró el sueco Swedberg para reforzar la apuesta ofensiva de Claudio Giráldez. El 0-0 seguía dando esperanzas a los vigueses.

Y vaya sí se las dio. El Celta estaba planteando un partido muy serio y en una llegada por banda izquierda, Bryan Zaragoza sacó la magia que lleva dentro, metió un pase medido al área y Swedberg, con un sutil taconazo, batió a Courtois y desató el éxtasis en la grada visitante del Bernabéu.

El 0-1 no le gustó nada al coliseo madridista, que se puso a pitar a su equipo, y la primera reacción de la grada fue el clásico «échale, huevos» que se entona cuando el partido no está siendo bueno. Y lo que hizo Xabi Alonso fue quitar a Asencio para meter a Rodrygo. Cambio ofensivo por parte del tolosarra.

El Madrid necesitaba reponerse cuanto antes del batacazo si no quería quedarse a cuatro puntos del Barcelona. Y para tratar de remontar, el Bernabéu entró en erupción. Quintero González, que quería su cuota de protagonismo, estaba desquiciando al equipo de Xabi Alonso con sus decisiones y en el 64' expulsó a Fran García por doble amarilla, situación que encolerizó aún más al coliseo madridista.

El partido se le estaba poniendo muy cuesta arriba al Real Madrid. Las pérdidas de tiempo del Celta eran constantes, pero eso no distrajo al conjunto merengue, que se quedó a nada de anotar el 1-1 en el 74' si Mbappé llega a picar un poco menos un envío largo de Tchouaméni.

Ahí estuvo el empate. El Bernabéu no se lo podía creer, pero aún quedaba tiempo. Y, en ese sentido, todas las jugadas de ataque iban dirigidas hacia Vinicius, pero el brasileño no estaba siendo capaz de superar a un imperial Javi Rodríguez, que tenía totalmente controlado al '7' madridista.

El Madrid no logró empatar. Pero lo que no se imaginaba es que el Celta iba a volver a marcar. Ya en el tiempo añadido, con el equipo de Xabi Alonso ya enloquecido por culpa de Quintero González, los vigueses salieron a la contra y Swedberg anotó su doblete particular para confirmar los tres puntos del Celta en el Bernabéu.