Giroud celebra con sus compañeros el gol que daba a Francia el pase a semifinales

Giroud celebra con sus compañeros el gol que daba a Francia el pase a semifinalesAFP

Inglaterra 1-2 Francia

Giroud salva a Francia y Kane manda a las nubes las esperanzas de Inglaterra

El capitán británico falló en el tramo final un penalti que podía haber forzado la prórroga

Francia sigue cumpliendo con los pronósticos y eso no está siendo fácil en este Mundial. Las favoritas están cogiendo el avión una tras otra mientras los bleus continúan su marcha en Qatar. Una trabajada victoria ante Inglaterra les ha dado el pasaporte a las semifinales y el miércoles lucharán por un puesto en la final.
Era el primer partido serio de este Mundial. Por lo menos en el cartel. Inglaterra-Francia, dos selecciones que podían perfectamente levantar el próximo domingo la Copa del Mundo, frente a frente. Un partido sin sorpresas, porque cualquiera podía pasar a semifinales.
Sin Brasil en escena y con Marruecos esperando para pelear el pase a la final, las cámaras tenían el foco en Mbappé. Oportunidad histórica la del delantero francés para ponerse a la altura de Pelé, de conseguir dos Mundiales seguidos, aunque si algo está demostrando Qatar 2022 es que quien celebra antes de tiempo se va a casa en el siguiente avión. Le pasó a España y le pasó a Brasil. Francia no quiere que le pase también.
Con las cámaras –y los defensas ingleses– centrados en Mbappé, el que sorprendió fue Tchouaméni. Un jugador tosco, duro, a veces incluso patoso, de los que juega rascando el balón, tenía que ser el que captara la atención de todos. Y de qué forma. Al del Real Madrid le llegó un balón a 30 metros de la portería y no se le ocurrió otra cosa que disparar. Podía haber ido al segundo anfiteatro, pero fue pegado al palo, imposible para Pickford. Un golazo digno de un partido de cuartos. 80 millones costó su traspaso este verano. Fue barato.
El 0-1 convirtió el partido en un ir y venir, un divertimento para el aficionado neutral y una tensión continua para franceses e ingleses. Un infarto tras otro para Deschamps y Southgate. Inglaterra tomó el control de la bola y Francia corría cada vez que la pillaba, como si fuera una estampida de rinocerontes en Jumanji. Con Mbappé cualquiera juega a eso. Recordaba a Ronaldo, al gordo, al bueno. Eso era abusar, como se decía en el patio del colegio.
Estos cuartos de final están siendo polémicos por los arbitrajes y el Inglaterra-Francia no iba a ser menos. Upamecano trabó a Kane al filo del área y el colegiado brasileño Wilton Sampaio mandó seguir. No vio nada y tampoco lo llamó el VAR. El contacto era claro, la falta evidente y solo había que saber si era dentro o fuera. Pero no había tomas claras, así que a seguir jugando, sin una sola protesta desde el cuadro inglés. Cuestión de fair play.
Kane forzó ese supuesto penalti y también la estirada de Lloris un poco más tarde. Un zapatazo del del Tottenham a la escuadra izquierda que su compañero lograba enviar a córner. Inglaterra estaba mejor, solo que Francia asustaba con Mbappé a la carrera. Y tenía a Lloris. El meta volvía a aparecer al inicio de la segunda mitad, con otro paradón en respuesta a una volea de Bellingham, pero no pudo hacer nada en el penalti de Kane. Tchouaméni derribó a Saka dentro del área y el capitán agarró el balón. Lloris se fue a la izquierda y Kane envió a la derecha, fuerte. Empate y vuelta a empezar.
Qué partido, el mejor del Mundial. Con el historial de Southgate, todo hacía pensar que Inglaterra se iría atrás con el 1-1, pero lejos de encerrarse siguió volcada al ataque. Olía la sangre, a una Francia desconectada del juego, aunque solo durante diez minutos. Porque a esta Francia nunca se la puede dar por muerta.
Pasaban los minutos y Francia avanzaba yardas poco a poco, como en el rugby. Giroud volvía a aparecer, que será lo más parecido al héroe de los bleus en Qatar. Igualó a Henry como máximo goleador de su país, lo superó y ahora coló a su equipo en semifinales. Griezmann colgó desde la izquierda un centro al área y ahí encontró al 9. Un cabezazo que tocó lo justo en Maguire para que fuera imposible para Pickford.
No estaba todo perdido para Inglaterra, que seguía pensando en la prórroga. Y tuvo opciones, en las botas de Kane. Theo Hernandez derribó tontamente a Mason Mount en el 82 y el VAR llamó al orden al colegiado brasileño, que había vuelto a no ver nada. El capitán volvió a coger el balón, tenía que ser él el que asumiera la responsabilidad. Beckham se tapaba la cara en el palco, no quería ni mirar. Normal. Kane envió el balón a las nubes y con él las esperanzas de Inglaterra de volver a levantar un título mundial.
Francia sigue su camino en Qatar en el partido que menos necesitó a Mbappé. Ya está en semifinales y asume el papel de favorita. Tendrá a Marruecos enfrente, que va de tapada pero tiene mucho peligro. No será un partido fácil.
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