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26 de abril de 2024

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez

El presidente del Gobierno, Pedro SánchezEFE

Análisis económico

Lo que Pedro Sánchez no quiere entender de la economía

Los impuestos a la banca y energéticas provocará una subida de precios que pagaran todos los españoles

Después de escuchar al presidente del Gobierno hablando de sus medidas para resolver los problemas que tiene España, no me cabe ninguna duda de que no quiere escuchar la voz de la gente que lo está pasando mal.
Está claro que le gusta escucharse mirándose al espejo y decirse cosas bonitas antes de salir de La Moncloa para ir al Congreso de los Diputados y llamar a sus ministros para decirles que, en cuanto aparezca por el hemiciclo, que se levanten y aplaudan.
Hay que reconocer que el modelo que sigue para engordar su ego es francamente bueno y le surte efecto. Hoy todas las primeras planas de los diarios se encuentran llenas de su equipo, aplaudiendo al jefe.
Pero no de aplausos vive la gente que gana menos de 1.500 euros al mes, que es mucha, posiblemente el 75 % de los pensionistas, es decir, más de 8 millones, y más de la mitad de los trabajadores de este país, que pueden sumar otros 8 millones.
Quiero hablar de esos 16 millones de personas que lo están pasando mal, que tienen dificultades para llegar a fin de mes y que, de las tres medidas anunciadas, dos de ellas no les sirven para nada a ninguno de ellos.
Que les suban los impuestos en 2023 a las eléctricas, gasistas y petroleras de España significa, como poco, que en los próximos meses, todas estas empresas, van a subir los precios en el equivalente a 3.500 millones de euros, para que esos 3.500 millones no les afecten a los accionistas de esas empresas y los paguen, de aquí al 30 de junio del año que viene, los consumidores de sus productos, que no son otros que los españoles. Para que nos demos cuenta, el Estado recaudará 3.500 millones, según sus estimaciones, el 31 de julio de 2023 y el 31 de julio de 2024, y los españoles les vamos a pagar de más, a todas ellas, 30 céntimos al día más y con eso equilibran sus cuentas.
Que les suban el impuesto de sociedades a la banca, a esos que no han hecho más que aplaudir a Sánchez, me preocupa. No porque le vaya a hacer daño al sistema financiero español, sino porque los banqueros ya se han acostumbrado a cobrar por cualquier cosa y lo vamos a pagar entre todos, a razón de otros 30 céntimos al día.
Y todo porque a un Gobierno completo no se le ha ocurrido nada nuevo.
De lo que no se ha enterado Sánchez, es que la inflación se ha confirmado con el 10,2 %, pero esa inflación no es igual para todos:
Mientras que el Índice general ha subido un 10,2 %, resulta que el trasporte ha subido un 19,2 %.
A los «ricachones» del Ibex, que el trasporte suba un 19,2 %, primero no les preocupa, porque sus ingresos son mensualmente, muchas veces el Salario Mínimo Interprofesional, tienen chofer, coche de empresa, y son el pensionista y el mileurista los que sufren para llenar su coche de gasolina, que les cuesta un 20 % más de lo que le costaba hace un año.
A los banqueros españoles que el coste de la vivienda, el agua, la electricidad o el gas haya subido un 19 %, les deja indiferentes, porque por su trabajo ganan mucho más que el pensionista y el mileurista, pero de nuevo a quien les duele esa factura es a todos que ganan menos de 1.500 euros al mes.
A los grandes directivos, ejecutivos y altos cargos de las grandes empresas que los alimentos y las bebidas no alcohólicas hayan subido un 12,9 %, no es su preocupación del día a día, sino hacer que sus empresas se mantengan, a pesar del gobierno, que parece creer que el único medio que tiene para mantenerse agarrado al sillón es atacar el tejido empresarial español.
Pedro Sánchez no quiere entender que subiendo impuestos a esos dos sectores no arregla nada.
Que la forma de arreglar el problema que hay hoy en este país, solo tiene una vía: bajar los impuestos directos e indirectos. Al bajar esos impuestos, hay que bajar el gasto público, pero, eso no puede hacerlo porque está preso de sus propias necesidades.
Lo del discurso del Estado de la Nación y sus anuncios, son como un chocolate sin cacao, un jardín quemado o un presidente acorralado por Europa, que ya le ha dicho que no puede gastarse ni un solo euro más y, como algo tenía que anunciar, ante su falta de ideas, fuimos al manual del comunismo y sacamos los impuestos a las grandes empresas.
La utilidad de las medidas a corto plazo es tan nula, como las grandes mentiras del sanchismo, no sirven «pa na». Salvo… para leer entre líneas que o ya no tiene ni una idea, o que Europa le ha agarrado de sus partes y está acorralado.
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