Los socialistas madrileños y los impuestos
Probablemente, Lobato se haya dado cuenta de que el modelo de impuestos bajos de Madrid es un éxito y que los ciudadanos lo valoran
Juan Lobato, el líder socialista madrileño, ha deslizado un embrión de propuesta –porque el detalle tampoco es elevado– de reforma fiscal para la Comunidad de Madrid, relativo al IRPF, Sucesiones y Donaciones y Patrimonio.
En primer lugar, no deja de ser curioso que desde junio del año que acaba de terminar hasta ahora haya llegado a esbozar dos propuestas –o, en algunas figuras tributarias, hasta tres–, de reforma.
Hace más de medio año, planteaba una reforma del IRPF donde creaba más tramos y subía los tipos impositivos actuales de la tarifa regional a una buena parte de la clase media, con una subida neta de impuestos en el global normativo planteado. Ahora, sin embargo, propone bajar los impuestos a buena parte de esa clase media, o no subírselos, pero sin especificar cómo ni cuánto, subiendo, eso sí, el resto de tramos, en lo que sería un desincentivo importante para la atracción de profesionales cualificados, que mermaría la competitividad de Madrid.
En Sucesiones y Donaciones, hace más de medio año proponía eliminar la bonificación del 99 % para los grupos I y II y establecer distintas bonificaciones según fuese la base imponible; posteriormente, salvaguardaba la bonificación del 99 % para los casos de sucesión empresarial en los grupos I y II, propuesta estéril pues en dichos casos, salvo para los casos en que entre los herederos haya hijos y sobrinos –no aplicaría la bonificación a estos últimos–, ya queda bonificado. Ahora, sin decir, cómo, promete bonificación para todos los que tengan lo que llama «patrimonio productivo».
En Patrimonio, hace más de medio año, quería recuperarlo eliminando la actual exención del 100 %. Ahora, dice que nadie pagará por él si se trata de un patrimonio productivo.
Es decir, los socialistas madrileños no se aclaran y se van enmendando a sí mismos en materia tributaria cada poco tiempo. Probablemente, Lobato se haya dado cuenta de que el modelo de impuestos bajos de Madrid es un éxito y que los ciudadanos lo valoran, y quiera unirse a dicha propuesta para tener alguna opción electoral. El problema es que hay dudas más que razonables para confiar en dicha propuesta. En primer lugar, porque si cada pocos meses cambia de criterio, no sabemos qué propondrá de cara a las elecciones y qué aplicaría si pudiese gobernar; en segundo lugar, porque ya Zapatero dijo aquello de que «bajar impuestos es de izquierdas» y terminó subiendo todos los impuestos, cosa que, probablemente Lobato hiciese también.
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