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05 de mayo de 2024

La ministra de Hacienda en funciones, María Jesús Montero.

La ministra de Hacienda en funciones, María Jesús MonteroGustavo Valiente / Europa Press

Análisis económico

Hacienda anuncia oficialmente 30.571 millones de déficit en junio

El ministerio retenía información porque estaba convencido de que perdían las elecciones, para que se encargase la derecha de arreglar la contabilidad

Por fin empezamos a tener datos de la Contabilidad Nacional respecto de los gastos de las diferentes organizaciones que la componen.
Hoy vamos a analizar los datos consolidados de la Administración Central del Estado, con sus Organismos Autónomos, la Seguridad Social y las Comunidades Autónomas, y solo faltaría añadir a estos datos las Diputaciones y Cabildos y los Ayuntamientos (casi nada).
Y hay que reconocer que, aunque estoy totalmente convencido de que faltan cosas por contabilizar, hemos pasado de la noche al día.
En marzo de este año, la Intervención General del Estado (IGAE) daba como gastos totales de todos estos organismos 136.940 millones. Anualizado nos llevarían a unos gastos de 546.000 millones de euros, muy lejos de los 597.933 que se contabilizaron a finales del 2022 para todo este conjunto de administraciones.
Este trimestre se ha contabilizado 166.298 millones, que supone contabilizar un 21,8 % más que en el primer trimestre. Quiere decir que se ha hecho un esfuerzo considerable para ir poniendo al día los datos verdaderos.
Solo en la partida de intereses, que seguro queda todavía mucho pendiente de contabilizar, se ha incrementado el gasto contabilizado en un 153,9 %.
La pregunta, sencilla y fácil de hacer a la IGAE es: ¿cómo es posible que del cierre del primer trimestre al cierre del segundo trimestre se incrementen los intereses en 154 %?
Y solo hay una respuesta. Hacienda retenía información porque estaba convencida de que perdían las elecciones y que se encargase la derecha de arreglar la contabilidad. Al ver que siguen en funciones y que tienen posibilidades de gobernar, tiran para adelante y empiezan a contabilizar.
Hace falta ser malas personas y unos facinerosos para cometer estas barbaridades, pero lo que me asombra es que la IGAE calle como un muerto ante este espectáculo.
Prometo un artículo comparando el primer trimestre con el segundo porque merece la pena verlo.
Como comentario final, en marzo se permitieron decir que el déficit estaba ya controlado: solo tenían 2.334 millones. Aquí conviene recordar que se conoció el resultado de marzo el 31 de mayo, y que acababan de ser las elecciones municipales y autonómicas y se jactaron de que la economía era perfecta.
En plena campaña para las generales, se anuncia que el déficit es de 5.137 al cierre de abril, y esto se conoce el 30 de junio. Como diría cualquier observador ecuánime de estas cifras sin hacer ningún cálculo adicional, el déficit español está controlado.
Hoy vamos a ver que dos meses después el déficit está en 30.571 millones de euros a cierre de junio sin contar ni las Diputaciones ni los Cabildos ni los 8.100 ayuntamientos de este país.
Vamos a revisar lo que he preparado para saber cómo estamos, y lo voy a hacer comparando con el primer semestre del 2022.
Tal como podemos ver, los ingresos han crecido un 9,2 %, lo que supone ingresar 22.861 millones de euros más que en 2022.
Los impuestos crecen un 6,1 %, hasta llegar a los 143.000 millones; las cotizaciones sociales suben un 9,6 %, hasta los 97.060 millones; las ventas de bienes llegan a 9.935 millones, con una subida de 8,3 %; los otros ingresos corrientes suben un 25,2 %, añadiendo 3.549 millones extras, y los otros ingresos de capital lo hacen un 67,6 %, lo cual quiere decir que el Gobierno está atando muy fino a los Organismos Autónomos para que ayuden a cuadrar cifras.
En definitiva, se contabilizan 272.217 millones de ingresos.
Por la parte de gastos, sorprendentemente solo crecemos un 7,5 %, a pesar de que los gastos generales se nos van a un 9,3 %, los salarios un 6,5 % y los intereses un 7,2 %. Esta es una partida que, como he comentado, ha crecido en su contabilización un 154 % con respecto al primer trimestre.
Las prestaciones sociales llegan a 143.499 millones, con un crecimiento del 9,1 %, y veremos cómo se mueven en los próximos meses.
Sin duda, además de los intereses, donde no se está contabilizando todo en subvenciones, estamos con esta cifra al 32,2 % de lo que se contabilizó el año pasado y el crecimiento del 0,9 %. Sabiendo la cantidad de regalos ofrecidos y prometidos, es imposible que esté al día.
Lo mismo ocurre con los gastos de capital, que solo crecen un 5,3 % y están al 39 % de lo que se gastaron en 2022.
Todo ello ya nos lleva a un déficit de 30.571 millones, un 5,3 % menos que en el 2022. Queda muy bonito para presentar a Bruselas, pero es difícil de creer con la deuda que se ha tenido que emitir a 30 de junio.
Estoy convencido de que poco a poco se va a ir arreglando la situación, no porque vaya a ser mejor, sino porque van a seguir aflorando los gastos, salvo que se vean en la necesidad de convocar elecciones anticipadas y eso produzca una paralización en la contabilización de gastos; por si acaso no salen elegidos, que sean los siguientes los que arreglan la situación.
De todas maneras, queda demostrado que, como ya había indicado en artículos anteriores, quedaba mucho por contabilizar; si no, no se pasa de 2.334 millones de déficit en marzo a 30.571 millones en junio.
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