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02 de mayo de 2024

El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi.

El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi.EP

La CEOE no aceptará la propuesta de Trabajo sobre el SMI: «Que se pongan de acuerdo entre ellos»

La patronal no firmará un acuerdo si no se acepta la indexación de los contratos públicos, decisión que compete a Hacienda

El intento de Yolanda Díaz de incluir a todos los agentes sociales en la negociación del salario mínimo interprofesional está a punto de convertirse en un completo fracaso después de que el secretario de Estado de Empleo, Joaquín Pérez Rey, amenazara a la patronal con subidas «más ambiciosas» si no aceptaban el acuerdo. Ahora, la CEOE ha decidido no entrar al trapo y no firmara ningún acuerdo si no se acepta la indexación de los contratos públicos, algo que Hacienda se niega a hacer.
La patronal ha reivindicado en varias ocasiones que la indexación de los contratos públicos al SMI se trata de una demanda razonable –especialmente en el sector de los autónomos–, mientras que los sindicatos son favorables a la revisión de los precios en circunstancias excepcionales y cuando se pueda demostrar de manera «fehaciente».
Sin embargo, María Jesús Montero no está dispuesta a que un asunto del Ministerio de Trabajo salpique las cuentas públicas, ya de por sí muy depauperadas, y se ha negado en rotundo. A Yolanda Díaz, por su parte, la enésima negativa de una cartera socialista le ha dado importantes réditos electorales y no está dispuesta a dejar pasar la ocasión.
En este conflicto de intereses ha sido la CEOE la que se ha plantado y no firmarán ningún acuerdo de subida si no se soluciona el asunto de la indexación. «Que se pongan de acuerdo entre ellos, que para eso son el Gobierno», critican fuentes de la patronal. De hecho, la bravuconada de Pérez Rey iba dirigida a un incremento –el del 4 %– que la institución que dirige Antonio Garamendi ya había aceptado y puesto en negro sobre blanco a través del 3+1 en función de la inflación.
Este viernes se volverán a reunir las partes, pero salvo giro de última hora no se llegará a un acuerdo si Montero no da su brazo a torcer. Trabajo, desde luego, no tiene ningún interés en ello.
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