
El gobernador del Banco de España, José Luis Escrivá.
Informe Anual del Banco de España
El Banco de España de Escrivá certifica que Sánchez dispara los impuestos y el gasto más que la UE
Más impuestos, más gasto público y un importante incremento de los costes laborales. Es el dibujo de la evolución de España entre 2019 y finales de 2024 que recoge el primer gran informe anual del Banco de España bajo la etapa del nuevo gobernador, José Luis Escrivá, quien fuera hasta septiembre ministro de Transformación Digital del actual Gobierno.
En la introducción al documento el propio Escrivá reclama una «agenda reformista ambiciosa» para hacer frente a los desafíos estructurales de la economía española, como la «significativa» brecha de productividad respecto al promedio de la zona del euro o la persistencia de una tasa de empleo inferior a la de los socios europeos. Llamativamente y frente a lo sucedido en años anteriores el informe pasa de puntillas por el gasto en pensiones, un punto muy criticado desde la institución y cuya reforma corrió a cargo precisamente de Escrivá. Únicamente hace referencia al informe elaborado por la Autoridad Fiscal (AIReF), recogiendo como única crítica que la sostenibilidad del sistema «no ha mejorado».
«El informe anual, como otros del banco, son informes vivos, que vamos cambiando», ha justificado Ángel Gavilán, jefe del servicio de estudios del banco. «Pero no hemos cambiado de opinión en esos asuntos, es que no queríamos volver a copiar todo lo del año pasado. En vivienda, en mercado de trabajo, no ha cambiado el diagnostico de forma significativa. No decimos nada de la reducción de jornada laboral pero no porque hayamos cambiado de opinión sino porque ya lo dijimos el año pasado. En pensiones habíamos hablado en informes anteriores, y nuestra opinión no ha cambiado», ha explicado.
El Informe Anual certifica que el incremento de la recaudación fiscal entre 2019 y 2024 ha alcanzado los 2,5 puntos de PIB, hasta el 41,5 %, mientras que ha mantenido estable en la Eurozona. En el mismo período, además, el gasto público se ha disparado en 2,6 puntos porcentuales, sirviendo el año pasado como principal sostén del crecimiento de la economía española, aportando nada menos que siete décimas, de un total de 3,2.
Además destaca que la creación de empleo en los últimos años se ha concentrado en la población inmigrante, que ha supuesto en torno al 76 % de todos los puestos de trabajos credos en España desde 2019 y hasta finales de 2024. «Los inmigrantes han llegado para ocupar los puestos de trabajo donde las empresas habían encontrado más vacantes», ha explicado Gavilán, que ha recordado que pese a ello la tasa de paro de España sigue siendo mucho más elevada que la media de la Unión Europea y la Eurozona.
El documento viene a confirmar un mayor incremento de los costes laborales en España, del 23 % en España, frente al 20,5 % en la UE. Y recoge además que la remuneración de los asalariados creció un 5,4 % en 2024, más de lo estimado inicialmente.
En materia laboral, además, Gavilán ha explicado que el empleo público se ha mantenido estable, al crecer solo una décima, hasta el 16,4 %. Ha alertado además de la elevada temporalidad que alcanza, del 28,8 %, frente al 12,6 % del sector privado.
En cambio, en el informe sí se ha hecho un exhaustivo análisis del impacto de los aranceles de Donald Trump sobre la economía española. Una medida que, según el Banco de España, tendrá un reducido impacto directo sobre la economía española, pero que sí supone una importante amenaza indirecta tanto por la exposición de las empresas españolas a las cadenas globales de comercio como por la importancia del sector turístico, que puede verse dañado por el empeoramiento de la situación económica en los países emisores, como EE.UU. pero también Alemania o China.
Según el Banco de España, la escalada arancelaria ha hecho que España haya pasado a tener un tipo efectivo medio del 3 % al 12 %, que podría subir hasta el 28 % si finalmente entraran en vigor los aranceles recíprocos que Trump optó por demorar. No obstante, la institución deja para más adelante el cálculo detallado de su impacto económico sobre España, al igual que lo que supondrá el alza del gasto en defensa como reclama la OTAN, cuya impacto, anticipa Gavilán, será en torno a una décima del PIB.
El banco ha afirmado además que el impacto económico del gran apagón de hace tres semanas será «muy reducido», dado que la actividad se recuperó en gran medida en las siguientes semanas.
En el informe, el Banco de España advierte también que los indicadores disponibles muestran que España no ocupa un lugar preferente en los rankings internacionales de calidad. Además, ha señalado que se habría producido un empeoramiento de dicha calidad institucional desde mediados de la década de los 2000, «que podría condicionar la capacidad de crecimiento de la economía en el futuro».
De acuerdo con los resultados obtenidos en el análisis del Banco de España, en términos de calidad institucional, España se sitúa en una posición intermedia, si bien por debajo de la media de 32 países analizados. Por ejemplo, en 2020, los países líderes en calidad institucional son Dinamarca, Nueva Zelanda y Noruega, mientras que España aparece en el puesto 19 de los 32 países considerados, con un nivel similar al de Francia, por delante de Italia o Portugal, pero por detrás de Alemania.