El Gobierno de Pedro Sánchez puede estar satisfecho con el viraje que está dando el Banco de España, dirigido por José Luis Escrivá.
La semana económica
Escrivá acelera la transformación del Banco de España en otro cortijo de Sánchez
El exministro despeja las dudas y descarta con hechos cualquier atisbo de querer recuperar la independencia que le dio prestigio antes de formar parte del Gobierno actual
Escrivá desplazó al Servicio de Estudios del Banco de España para evitar un informe crítico con las reformas del Gobierno
Cuentan muchos economistas que dudaban si, al ser nombrado José Luis Escrivá gobernador del Banco de España, aprovecharía los seis años asegurados en su cargo, seguramente los últimos de su carrera profesional (ya tiene 64 años), para intentar recuperar su prestigio e independencia perdidos durante su tiempo como ministro, o si se plegaría a los deseos de Sánchez y su Gobierno. Tan solo ocho meses después de su nombramiento, su decisión está clara: ha elegido a Sánchez.
El escándalo conocido esta semana de la transformación del habitualmente riguroso y crítico informe anual del Banco de España en un documento suave y nada contrario a las políticas del Gobierno, deja dañada a la institución; más aún después de ver cómo se ha producido.
El Banco encargó a dos personas de la confianza de Escrivá que dotaran a su informe anual de corrección política
Como contábamos en El Debate, el Banco encargó a dos personas de la confianza de Escrivá (Mayte Ledo y Eva Valle) hace mes y medio la supervisión hacia la corrección política del informe que había presentado el director general de Economía, Ángel Gavilán, hace dos meses.
Gavilán elaboró el informe con el rigor que había empleado desde que el anterior gobernador, Pablo Hernández de Cos, le nombró director general de Economía y Estadística en el año 2022. Ese rigor abarca, lógicamente, evaluar las políticas del Gobierno, incluida la más que dudosa sostenibilidad del sistema de pensiones que diseñó Escrivá cuando fue ministro y que ya había sido cuestionada por la entidad, pero el actual gobernador no quiere comentarios ni recomendaciones sobre las políticas del Gobierno ni sobre la necesidad de reformas estructurales.
Por este motivo, Ledo y Valle supervisaron el informe y lo dotaron de corrección política, y Gavilán dimitió. El hecho hace mucho daño al Banco de España, y no sería de extrañar que ya lo estuviera haciendo a la imagen de la entidad y del país fuera de nuestras fronteras.
En el interior del banco hay quien habla de un ambiente de terror, aunque el gobernador puede apoyarse en las personas que se ha traído a la entidad
Desde dentro del banco hay quien cuenta, además, que el ambiente no es nada bueno. Hay quien habla incluso de un ambiente de terror y de un trato inaudito por parte del gobernador a los directores generales. Incluso dicen que algún consejero ha pedido que se graben las reuniones de los consejos y comités de dirección por el mal ambiente que hay en ellos, y que se quedan vacantes ascensos a la alta dirección porque no hay candidatos que quieran tener un trato directo con Escrivá. Lógicamente es de esperar que los más cercanos al gobernador opinen otra cosa.
Cualquier persona normal pensaría que esta situación no puede durar mucho, pero durará lo que quieran sus protagonistas: al menos, seis años.
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Ledo tiene fama de buena técnica, al igual que Eva Valle, en quien quizá llama más la atención su papel actual: fue jefa de la Oficina Económica con Mariano Rajoy, y ahora ha actuado como correctora del informe anual del Banco de España para que sea políticamente correcto con Sánchez.
Valle está casada con Alberto Nadal, que fue secretario de Estado con Rajoy. Tanto Alberto como su hermano Álvaro, que fue ministro con Rajoy, tienen muy buena relación con Escrivá desde hace tiempo.
Álvaro Nadal convenció al exministro de Hacienda Cristóbal Montoro para que nombrara a Escrivá primer director de la AIReF (Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal), el puesto que más prestigio le ha dado. Luego Alberto Nadal fue contratado en la AIReF, Escrivá fichó más tarde a la entonces novia de Álvaro Nadal como jefa de gabinete y el pasado diciembre el nuevo gobernador contrató a Eva Valle como directora general de Relaciones Institucionales, Europeas y Transparencia del Banco de España, un puesto que en la práctica la ha convertido en su jefa de gabinete.
Tiene lógica que Escrivá intente trabajar con quien al menos de momento tiene buena relación. Lo que parece no tener tanta es que el Banco de España pierda su independencia y deje de desempeñar la gran labor que realizó mientras estuvo al frente el anterior gobernador, Pablo Hernández de Cos. Esta semana se fue Ángel Gavilán; antes se fueron otros directores generales: Ángel Estrada y Alejandro Álvarez. El talento seguirá marchándose si Escrivá no es capaz de encontrar una solución. De momento su opción es rodearse de personas cercanas a él y al Gobierno, como ya contamos en este artículo.