Semana de infarto para la operación BBVA-Sabadell: solo el 10 % de los accionistas ha vendido de momento
En el banco presidido por Carlos Torres esperan un efecto arrastre tras el sí a la oferta del principal accionista individual del Sabadell, David Martínez. Está por ver si se producirá.
El presidente del BBVA, Carlos Torres, expectante.
El proceso de aceptación o no de la oferta de compra del Banco Sabadell por parte de BBVA entra en su recta final, después de un periodo de dieciocho meses que la gran mayoría considera que ha sido demasiado largo. Concluirá el próximo viernes 10 de octubre, y el 17 de octubre sabremos qué ha ocurrido.
De momento hay datos como los que publicó ayer Expansión, en donde estiman en un 10 % el porcentaje de acciones del Sabadell que ya habrían sido vendidas al BBVA. Parece poco, y así lo consideran también los expertos consultados por El Debate, teniendo en cuenta que quedan solo seis días para el cierre del periodo de aceptación.
No parece lógico esperar al final para vender las acciones: el precio no va a subir mucho más
El 10 % está lejos del 30 % mínimo al que aspiraría el BBVA, pero tanto en el mercado como en el banco presidido por Carlos Torres confían en que los síes de los accionistas del Sabadell a su oferta se aceleren esta semana.
Uno de sus argumentos está en la aceptación de la oferta por parte de David Martínez, principal accionista individual del Sabadell con el 3,86 %. Torres espera que su sí tenga un efecto arrastre en accionistas institucionales y minoritarios, aunque eso está por ver. Como reconocen algunos expertos del sector en conversación con El Debate, era más fácil convencer al mexicano Martínez para que aceptara la oferta teniendo en cuenta que tiene muchos negocios en México y Estados Unidos, y que alrededor del 50 % del beneficio de BBVA se encuentra en México, en donde posee el principal banco del país.
Martínez se convertirá en un accionista importante en el principal banco de su país, en donde tiene negocios, por lo que tiene sentido que aceptara la oferta. No está tan claro que su arrastre vaya a ser el mismo que hubiera tenido una aceptación por parte del fondo Blackrock, por ejemplo, que tiene el 7,23 % del Sabadell. No se sabe si este fondo aceptará o no la oferta.
La situación de la mayoría de accionistas del Sabadell es muy distinta a la de Martínez, y a partir del viernes habrá que ver qué han decidido. Seguramente han elegido ya, porque no tiene mucho sentido esperar más: el precio de la acción no va subir o bajar mucho en los días que quedan.
Básicamente, tienen tres opciones: vender ya a mercado, tal como les recomienda Renta 4, teniendo en cuenta que la acción del Sabadell está en su máximo histórico. Tributarían, pero se llevarían la ganancia en cash, se olvidarían de incertidumbres con el resultado de la opa y siempre podrían volver a comprar si les interesara.
La segunda opción es acudir a la opa y afrontar el riesgo de que la aceptación no llegara al 50 %, con lo cual el accionista del Sabadell tendría que tributar.
La tercera opción es no vender y esperar a que el BBVA eleve el precio en una segunda opa, si es que decide lanzarla. Si se quedara entre el 30 % y el 50 % de aceptación y decide renunciar a la condición de aceptación mínima, estaría obligado a lanzar una opa sobre el 100 %, que saldría al banco por nada menos que 12.000 millones, según fuentes financieras. La renuncia a la condición de una aceptación mínima del 50 % es probable, ya que no existe en España otro banco de tamaño que permita a BBVA reequilibrar el balance y con el que sea factible la operación. Eso implica asumir un mayor coste.
BBVA insiste en que la acción de Sabadell caerá en picado si la opa no triunfa, pero expertos financieros no lo ven tan claro
Desde el banco que preside Torres insisten a los accionistas del Sabadell en que sus acciones caerán en picado si la opa no triunfa. Analistas y expertos del sector no lo ven tan claro: llegue al porcentaje que llegue, BBVA obtendrá un porcentaje del Banco Sabadell, y esa presencia dará más valor al banco catalán, que hoy en día tiene un accionariado muy fragmentado. Es más lógico pensar que ese mayor valor que da al banco no se traduzca en una caída del precio de la acción.
La caída podría producirse si el BBVA no llegara al porcentaje que quiere y decidiera vender el paquete de acciones del Sabadell con el que se hubiera hecho, algo que parece bastante improbable. Más bien cabe esperar que el BBVA vaya subiendo su porcentaje de acciones a partir del que obtenga ahora, hasta hacerse con el control (si es que no lo obtiene a la primera). Sabadell es su gran apuesta para diversificar riesgos. No hay que olvidar que vendió su negocio en Estados Unidos por 9.700 millones de euros en 2021 por no tener suficiente escala para hacer el banco rentable.
La mayoría de analistas estima que el BBVA se hará con entre un 30 % y un 40 % del Sabadell. Con este porcentaje, ya consolidaría Banco Sabadell y reequilibraría su balance consolidado. Disminuiría el peso de mercados emergentes, y con ello resultaría improbable que se desprendiera de dicho paquete de acciones, e implicaría que el precio de la acción no sufriría una caída abrupta.
Si el BBVA lo lograra, conseguiría sin duda tener un banco más equilibrado, dependiente en menor medida de los riesgos de los países emergentes en donde concentra hoy el 70 % de su negocio; básicamente México y, en menor medida, Turquía.
La toma de control y el adelantamiento de las sinergias de la fusión mejoraría si, como espera Carlos Torres, el Tribunal Supremo les da la razón en la demanda del banco contra las medidas impuestas por el Gobierno, algo que estiman que podría producirse de aquí a año y medio.
Incluso algunas fuentes piensan que, si el BBVA obtiene un porcentaje suficiente para controlar el Sabadell, podría pactar con el Gobierno que estuviera en ese momento adelantar la fusión amparándose en que el banco está peor de lo que pensaban.
Lo que está claro es que el presidente de BBVA, Carlos Torres, se juega mucho con el desenlace de esta operación. Él ha sido quien la ha impulsado y ha tenido a sus accionistas pendientes dieciocho meses de lo que pudiera ocurrir. Si finalmente la operación triunfa y redunda en el bien del banco y de sus accionistas, todos le aplaudirán. Si fracasa, quizá tendrá que plantearse su dimisión. La gran duda hoy es la rentabilidad a medio plazo para BBVA de esta operación sin sinergias a la vista, habida cuenta de las duras condiciones y plazos impuestos por la CNMC y el Gobierno, y sobre todo por el elevado precio de la transacción.