La exmilitante socialista Leire Díez a su salida de la Audiencia Nacional, a 13 de diciembre de 2025, en Madrid (España).
Indignación en Enusa, una de las empresas públicas de la SEPI en las que Leire Díez dejó su rastro
Lamentan que se les conozca por hechos externos a la empresa, mientras ellos trabajan duro a menudo mal pagados
En Enusa hay un tremendo malestar en la plantilla por las noticias que implican a la empresa en la supuesta trama criminal de Leire Díez, el expresidente de la SEPI Vicente Fernández y el propietario de Servinabar, Antxon Alonso. Supuestamente, se habrían embolsado sobrecostes del 50 % en dos adjudicaciones, según la investigación de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil.
«En la empresa se comenta que qué vergüenza. Salimos en los periódicos por cuestiones ajenas a nuestro negocio, al trabajo que hacemos. Nosotros aquí trabajando, muchos mal pagados, y solo se nos conoce por los tejemanejes de gente de fuera de la empresa que ha estado un tiempo y luego se ha ido», lamentan en la compañía.
Enusa tiene unos 500 empleados, que trabajan en tres centros, dos de ellos en Salamanca y uno en Madrid. Uno de los centros de Salamanca fabrica combustible nuclear para centrales españolas y algunas extranjeras, además de hacer trabajo de ingeniería, compras y soporte informático. El otro está en Saelices y es una mina antigua que se está recuperando. En el centro de Madrid realizan servicios de ingeniería, de apoyo a fábrica o a centrales nucleares españolas o extranjeras.
En esta empresa tan especializada trabajó Leire Díez como responsable de Comunicación, supuestamente entre los años 2018 y 2021, aunque algunas fuentes apuntan que en el último año estaba de baja, y cuando volvió, dejó la empresa. En la empresa no se habla de ella, ni para bien, ni para mal, aunque a raíz de su caso se lamenta que la dirección de Enusa está más centrada en lo que pasa de puertas para fuera que en lo que es la empresa.
Mientras se producen estos sobrecostes que se están investigando, los sueldos en la compañía no se corresponden con la carga adicional de trabajo que asumen los empleados. La falta de Presupuestos Generales del Estado hace que la masa salarial de las empresas públicas esté limitada y paralizada. Este año se les va a subir el 2,5 % del que ha hablado el Gobierno. La mayoría de los empleados es personal cualificado (ingenieros, financieros, con másteres...), pero a día de hoy no tienen muchas esperanzas de que se les mejore el sueldo: las empresas públicas se acogen a que no hay Presupuestos.
Esta circunstancia, junto con otros problemas que asolan a la plantilla, hacen que en la compañía se respire mal ambiente.