
Los electrodomésticos han reducido el esfuerzo en las tareas del hogar
Consumo
Este es el electrodoméstico que más energía consume en el hogar
La Agencia de Transición Ecológica, conocida como Ademe, ha explicado que puede representar un consumo medio de 800 kWh al año por persona
el precio de la electricidad en España ha sufrido diferentes fluctuaciones con el paso de los años. De hecho, en los últimos meses ha alcanzado unos niveles que jamás se habían registrado en nuestro país, ya que, en agosto de 2024, el precio medio alcanzó casi 90 euros por MWh. A su vez, el pasado mes de enero también se volvieron a batir récords en ciertos hogares.
En este sentido, un consumidor con tarifa regulada (PVPC) ha registrado un coste de 68,41 euros, el más alto en un mes de enero desde 2022. Según explicó RTVE, este incremento se debe principalmente al aumento del precio de la electricidad en el mercado mayorista y al retorno del IVA al 21 %.
Ante todo ello, una de las formas de intentar reducir la cuantía de las facturas es identificar los electrodomésticos que más consumen en el hogar. En la actualidad, aunque estos aparatos son muy útiles y han transformado la vida cotidiana, también son uno de los principales factores que incrementan el coste energético.
La Agencia de Transición Ecológica ha explicado que este electrodoméstico puede representar un consumo medio de 800 kWh al año por persona. Es decir, un hogar con cuatro personas y un depósito de 200 litros puede llegar a gastar hasta 3.200 kWh anuales, lo que se traduce en más de 600 euros en la factura eléctrica.
¿De cuál se trata?
Hablamos de la caldera, que, comparada con otros dispositivos del hogar, tiene un consumo significativamente más alto. Por ejemplo, un frigorífico con congelador ronda los 350 kWh al año, un horno eléctrico 130 kWh y un lavavajillas 200 kWh.
Uno de los errores más habituales que incrementan este gasto es fijar la temperatura del calentador de agua demasiado alta. Muchas personas lo ajustan a 60 °C o más, lo cual no solo es innecesario. Tal y como han afirmado varios expertos, una temperatura entre 50 °C y 55 °C es suficiente para garantizar agua caliente.
Finalmente, también es necesario descalcificar el dispositivo de forma regular, limpiar la acumulación de sarro, adaptarse a los horarios de menor demanda o emplear sistemas alternativos como mantas térmicas, bombas de calor o paneles solares.