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Clece quiere ayudar a mitigar el cambio climático

El monte leonés albergará el segundo proyecto de bosque sostenible de Clece

La compañía plantará más de 70.000 árboles con los que prevé absorber 25.000 toneladas de CO2 en los próximos 40 años

Un área quemada de 45,61 hectáreas, ubicada en dos montes del municipio leonés de Santa Colomba de Curueño, será reforestada por Clece y se convertirá en el segundo bosque sostenible de la compañía, con el que busca retirar CO2 de la atmósfera. Es así como la empresa quiere contribuir a mitigar el cambio climático y, a la vez, crear un espacio que ayude a conservar y fomentar la calidad y biodiversidad del paisaje.

«Dentro de los objetivos de sostenibilidad de Clece, en línea con el Pacto Verde Europeo, se encuentra la descarbonización de las actividades de la organización que, entre otras acciones, está promoviendo mediante bosques sumideros de CO2. Se estima que, en los próximos 40 años, este segundo bosque habrá absorbido unas 25.000 toneladas de carbono», explica Agustín Huerta, gerente de Talher –filial de Clece especializada en servicios ambientales– en la zona noroeste.

Dentro de los objetivos de sostenibilidad de Clece se encuentra la descarbonización de las actividades de la organizaciónAgustín HuertaGerente de Talher

Esto lo harán posible los más de 70.000 árboles que se plantarán en un terreno que en 2018 sufrió un incendio. La Junta de Castilla y León ha adjudicado a Clece, por un periodo de 40 años, un contrato público para la repoblación forestal de la superficie. «Cuando se produce un incendio, hay después una serie de efectos negativos para la naturaleza: el riesgo de pérdida de suelo, la erosión… ¿Qué ocurre cuando la naturaleza tiene que empezar de cero? Pues que comienzan sus procesos de recuperación. La naturaleza conseguiría otro bosque en 100 años y lo que hacemos nosotros es acelerar esa recuperación plantando árboles adecuados para ese terreno», desgrana Asier Saiz, director de obra del proyecto, además de director de Zenit Ingeniería y Consultoría y decano del Colegio Oficial de Ingenieros de Montes de Castilla y León.

«Lo primero que hace la naturaleza es cubrirlo todo de arbustos, que producen el riesgo de que pueda haber otro incendio de las mismas características. Por eso nos interesa quitar ese arbusto, poner arbolado y establecer un bosque lo antes posible», añade el experto. Este, en concreto, se hará a razón de unos 1.600 árboles por hectárea, lo que se traduce en 2,5 metros de separación entre cada ejemplar. «Planteamos un proyecto de reforestación muy denso para que el propio crecimiento de esos árboles cubra toda la superficie y que, además, crezcan rectos», puntualiza Asier Saiz.

Un nuevo pinar

Para crear un bosque sostenible que ayude a reducir la presencia de dióxido de carbono en el aire es necesario un estudio previo. El que va a regenerar Clece era originariamente un pinar. Por eso, el 92 % de los árboles plantados serán pinos y el 8 % restante frondosas autóctonas (roble, abedules…) para favorecer la biodiversidad. «Antes de la repoblación, hay que hacer un estudio sobre qué plantas se pueden aclimatar a ese terreno. Hay que analizar los suelos, la climatología, la altitud con respecto al nivel del mar, las precipitaciones anuales… Con todo esto, técnicamente, hacemos un proyecto de repoblación y decidimos qué especies arbóreas y arbustivas son las que se pueden dar en esa zona», cuenta Huerta.

El 92% de las especies que plantará Clece en el monte de Santa Colomba de Curueño serán pinos

El 92% de las especies que plantará Clece en el monte de Santa Colomba de Curueño serán pinos

Este bosque, con una extensión similar a la que ocupa la Ciudad del Vaticano, se encuentra ya en su fase de inicio. «Se ha hecho lo que llamamos el replanteo y estamos empezando a preparar el terreno. Para ello, se introducen máquinas con el fin de desbrozar y eliminar esa vegetación arbustiva que ha crecido de forma espontánea, para, después, empezar a hacer el ahoyado y que, cuando sea la época favorable, seguramente a final de año, se puedan plantar los árboles», detalla el director de obra del proyecto.

Primero fue Benalmádena

Con Santa Colomba de Curueño ya son dos los bosques sostenibles inscritos por la compañía en el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITERD). El primero de ellos fue el «Parque Talher Benalmádena», situado en la localidad malagueña del mismo nombre. Un terreno de 1,59 hectáreas –equivalente a tres campos de fútbol– en el que ya se plantaron 1.200 árboles de especies autóctonas, que, en los próximos 30 años, se prevé que absorberán unas 157 toneladas de CO2.

Ambos proyectos se enmarcan en el programa de repoblación forestal de la compañía, a través del cual Clece neutraliza las emisiones residuales de CO2 (aquellas que actualmente son difíciles de evitar o eliminar por completo) que genera, creando ecosistemas naturales que capturan el dióxido de carbono de la atmósfera de forma permanente.

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