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IGP Queso Castellano

Castilla y León es una comunidad con gran tradición quesera

Queso Castellano IGP: el tesoro gastronómico que Castilla y León lleva al mundo

En el corazón de Castilla y León, donde el pastoreo es herencia y la calidad una vocación, nace el Queso Castellano IGP, una joya gastronómica con Indicación Geográfica Protegida que lidera la producción nacional y se abre paso en los mercados internacionales

En colaboración con ITACYL

Castilla y León lleva siglos dialogando con la tierra, el clima y el ganado. En ese paisaje de dehesas, pastos aromáticos y saberes ancestrales nace una de las grandes joyas de la gastronomía española: el Queso Castellano IGP. Este queso de leche de oveja representa no solo un producto de alta calidad, sino también un modelo de desarrollo rural, sostenibilidad y excelencia agroalimentaria.

Hoy, el Queso Castellano IGP es sinónimo de prestigio, tradición y futuro. Castilla y León lidera el sector lácteo de ovino con casi un 60 % de la producción nacional. Esta potencia se apoya en una sólida estructura ganadera y cooperativa: más de 1.000 explotaciones de ovino inscritas, que albergan más de medio millón de animales, y las cuatro mayores cooperativas lácteas del país. El resultado de este engranaje perfecto son más de cinco millones de etiquetas de Queso Castellano IGP puestas en circulación en el mercado, avaladas por rigurosos controles de trazabilidad y calidad.

el Queso Castellano será aquel elaborado exclusivamente con leche de oveja de Castilla y León

El Queso Castellano IGP será aquel elaborado exclusivamente con leche de oveja de Castilla y León

En concreto, la IGP del Queso Castellano garantiza que toda la cadena de producción se realiza en Castilla y León, desde el ordeño hasta la maduración, siguiendo un pliego de condiciones aprobado por la Unión Europea. El Queso Castellano IGP se elabora exclusivamente con leche de oveja —cruda o pasteurizada— en queserías ubicadas en la región y bajo controles oficiales y estándares físico-químicos y organolépticos que le confieren su carácter único. Su sabor intenso y ligeramente picante, con notas saladas, de caramelo, frutos secos y matices vegetales, refleja fielmente la riqueza de los pastos y la tradición de pastoreo del territorio.

La IGP del Queso Castellano garantiza que toda la cadena de producción se realiza en Castilla y León

Actualmente, 16 queserías —algunas de ellas con centenares de premios nacionales e internacionales— y más de 40 marcas forman parte de esta figura de calidad, con una amplia variedad de presentaciones que se adaptan a todos los públicos: enteros, medios, pequeños, en cuñas, loncheado o rallado. Esa variedad en el formato se combina con una gran diversidad en los tiempos de maduración, lo que amplía la gama de sabores y texturas sin perder su esencia.

El ADN del Queso Castellano IGP

El Queso Castellano IGP es un queso graso o extra-graso, que se caracteriza por su coagulación enzimática y un prensado intenso, lo que le otorga una larga vida útil. Este queso esta elaborado con leche cruda o pasteurizada de oveja.

El proceso de maduración varía según el formato, siendo de un mínimo de 30 días para los quesos de un peso igual o inferior a 1,5 kg y de 60 días para aquellos con un peso superior.

Al finalizar su curación, el Queso Castellano IGP presenta una corteza bien definida, sin mohos, que puede mostrar marcas características de su elaboración, como las de cincho, molde o paño.

Su color interno varia desde el blanquecino o amarillo claro al beige. La corteza puede ser natural o tener recubrimientos de productos autorizados.
El proceso de maduración varía según el formato

El proceso de maduración varía según el formato

Presenta una pasta firme, mantecosa y fundente al paladar. Poco desmenuzable.

Su olor, es moderadamente intenso, con un rango de variación bastante amplio. Predomina el láctico con matices a caramelo y, en menor medida, a mantequilla, frutas y vegetal.

La sensación olfato-gustativa del queso es de una elevada intensidad de sabor, con un perfil tanto ácido como salado y caramelo moderado, con toques a fruto seco, afrutado y vegetal.

Su sabor es ligeramente picante, con una persistencia moderadamente alta y un bajo regusto final.

Queso Castellano IGP, garantía de excelencia

La apuesta por la calidad no ha ido reñida con la ambición comercial. El 92 % del Queso Castellano IGP se consume en España, donde goza de una imagen consolidada entre los consumidores, pero el 8% ya se exporta, y hay planes firmes para duplicar esa cifra en los próximos años. El impulso a la internacionalización, apoyado por la Junta de Castilla y León ha llevado al Queso Castellano IGP a participar en ferias y acciones promocionales en Estados Unidos, México, Canadá, Europa y Asia. El objetivo es claro: que el mundo reconozca el sello «Queso Castellano IGP» como garantía de excelencia.

El impulso a la internacionalización ha llevado al Queso Castellano IGP a participar en ferias y acciones promocionales en Estados Unidos, México, Canadá, Europa y Asia

Al frente de este ambicioso proyecto está una estructura de gobernanza equilibrada, en la que productores y elaboradores tienen una representación del 50 %. El órgano gestor de la IGP es un reflejo de la cohesión del sector lácteo de Castilla y León, el más grande de España.

el Queso Castellano quiere hacerse un hueco en la mente del consumidor

El Queso Castellano IGP quiere hacerse un hueco en la mente del consumidor

Además de su sabor, lo que distingue al Queso Castellano IGP es su historia. Desde la Edad Media, cuando ya se comercializaba en mercados como los de Villalón o Medina, hasta los actuales centros artesanos e industriales, este queso ha sido una constante en la cultura alimentaria de la región. La trashumancia, los sistemas de pastoreo y los saberes transmitidos de generación en generación han ido moldeando un producto que hoy es referente de calidad a nivel europeo.

El castillo es seña de identidad de la procedencia y origen histórico del queso

La IGP ha sabido trasladar ese legado al siglo XXI, con estrategias de marketing innovadoras —como vídeos promocionales que muestran el proceso de elaboración y el vínculo con el territorio— y una imagen de marca que seduce tanto a consumidores nacionales como a mercados internacionales exigentes. Su logotipo, presente en todas las etiquetas, no solo garantiza el origen, sino que representa una promesa de autenticidad y la intención de recalcar junto al nombre el castillo como seña de identidad de la procedencia y origen histórico del queso: en tierras de castillos, Queso Castellano IGP.

Los promotores hacen un llamamiento a queserías, ganaderos, distribuidores y consumidores

Los promotores hacen un llamamiento a queserías, ganaderos, distribuidores y consumidores

El Queso Castellano IGP no es solo un alimento. Es identidad, paisaje, memoria y futuro. Es una muestra del potencial del medio rural cuando se apuesta por la calidad, la cooperación y el arraigo. En cada bocado, se esconde la historia de una tierra que ha sabido transformar su tradición quesera en un motor económico, social y cultural.

Castilla y León lo sabe. Y el mundo, poco a poco, empieza a saborearlo.

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