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28 de abril de 2024

Alumnos de un instituto de Sevilla

Alumnos de un instituto de SevillaEP

Extremadura y Castilla-La Mancha flexibilizan el horario lectivo para mitigar el impacto de la ola de calor

Las Asociaciones de Madres y Padres de Andalucía consideran que la medida «no es una solución porque vulnera» el derecho a la Educación y «plantearía un grave problema» para la conciliación

Un total de 120 centros educativos de Extremadura notificaron este lunes a la Secretaría General de Educación la adopción de medidas de flexibilización horaria debido a la ola de calor, fenómeno que también permite a los colegios de Castilla-La Mancha redefinir sus actividades lectivas y evitar así la sobreexposición de los alumnos ante las altas temperaturas.
Así, fuentes de la Consejería de Educación, Cultura y Deportes de Castilla-La Mancha, consultadas por Europa Press, han emitido una serie de recomendaciones dirigidas a la dirección de cada uno de los centros, para que estos, en base a su «autonomía», puedan variar la planificación escolar.
Entre las recomendaciones, destaca evitar las salidas y las actividades en las horas más calurosas (generalmente entre las 14.00 y las 18.00 horas) y más aún las actividades físicas como deportes y trabajos que requieran un importante esfuerzo físico.
Por su parte, 120 centros educativos de Extremadura han adoptado terminar las clases entre las 12.00 y las 12.30 horas, junto a otras medidas como reducir las actividades en el exterior o cambiar a los alumnos de aula si es necesario.
Estos 120 colegios suponen el 13,48 % de los 890 centros educativos de la región, y la mayoría de los centros adoptan estas medidas pertenecen a la provincia de Badajoz, según informan fuentes de la Consejería de Educación a Europa Press.
Así lo ha explicado el secretario general de Educación, Francisco Javier Amaya, quien ha señalado que estas medidas se prevé que puedan estar en vigor hasta el próximo miércoles, cuando está previsto que las temperaturas disminuyan.
El objetivo de las mismas es «convivir con el cambio climático, convivir con las altas temperaturas y proteger a los miembros de la comunidad educativa, no solo a los alumnos sino también a los trabajadores», ha resaltado el secretario general de Educación, quien ha señalado que las altas temperaturas «se están acelerando con el paso de los años».
Cabe recordar que el Calendario Escolar incluye cada curso, desde el curso 2018-2029, la adopción de medidas extraordinarias en circunstancias meteorológicas excepcionales, entendidas como tal aquellas que así se definan según los criterios establecidos en el Plan Nacional de Predicción y Vigilancia de Fenómenos Meteorológicos Adversos (Meteoalerta) y según la previsión de los correspondientes boletines de aviso que emita la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).

Los padres andaluces, en contra

En Andalucía, las Asociaciones de Madres y Padres del Alumnado por la Educación Pública (Codapa) creen que flexibilizar los horarios en olas de calor «no es una solución porque vulnera» el derecho a la Educación y «plantearía un grave problema» para la conciliación, toda vez que apuesta por «recuperar» la Ley de Bioclimatización, que «lleva dos años en un cajón».
Desde Codapa explican, en declaraciones a Europa Press, que hay un protocolo para paliar los efectos del calor aprobado por la Junta de Andalucía en 2017 que, en sus palabras, «es un protocolo fantasma», ya que se aprobó en aquel año «por presión de la comunidad educativa, ante una situación muy parecida a la actual, pero nunca se ha aplicado». De hecho, a los equipos directivos «no ha llegado nunca ningún tipo de instrucción», añaden.
Asimismo, señalan que hay algunos colectivos de la comunidad educativa que han pedido a la Consejería de Educación y Deporte de la Junta de Andalucía flexibilizar los horarios en épocas de calor extremo, pero desde la Codapa entienden que «no es una solución porque vulnera el Derecho a la Educación y no es viable para las miles de familias que no pueden recoger a sus hijos e hijas a determinadas horas, para el alumnado que va a comedor». Eso plantearía «un grave problema» de conciliación laboral para las familias, precisan.
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