El ministro de Transformación Digital, José Luis Escrivá.
Subvenciones directas
Estas son las cinco universidades públicas a las que les ha caído a dedo el 'Gordo' del Gobierno
El Ministerio de Transformación Digital otorga diez millones de euros a solo cinco instituciones universitarias para financiar proyectos de formación en inteligencia artificial, y deja fuera a las otras 45
Diez millones para cinco campus. Las universidades de Salamanca, Jaime I de Castellón, Oviedo, Granada y Santiago de Compostela han sido agraciadas con una especie de 'Gordo' de Navidad que entrega el Gobierno a través del Ministerio de Transformación Digital para financiar proyectos de formación especializada en inteligencia artificial.
El hecho de que se hayan quedado fuera universidades de renombre como las catalanas y las madrileñas, de un total de 50 universidades públicas que hay en España –además de otras 26 privadas– ha causado sorpresa entre la comunidad universitaria. Sobre todo porque el Ejecutivo ha optado por dar a dedo esta riada de millones, sin que exista ningún tipo de concurrencia competitiva.
Por tanto, se hará a través de real decreto, lo que permita una concesión directa. La memoria del proyecto, que ha sido adelantada en el diario ABC, asegura que lo que busca esta subvención «es potenciar el talento nacional logrando la retención del mismo y la atracción del talento global en el ámbito de la inteligencia artificial, creando programas interdisciplinares de formación altamente especializados, desarrollados por las entidades públicas más idóneas para ello».
Fondos europeos
El Gobierno presentó recientemente a la comunidad universitaria una serie de convocatorias para ayudas y subvenciones que se lanzarían a lo largo de 2023 para impulsar la investigación y la formación en áreas punteras, como la IA y la industria de la microelectrónica y los semiconductores.
Las convocatorias se sufragarán con el conocido Plan de Recuperación, que la Comisión Europea envió para movilizar 84.000 millones de préstamos y otros 10.000 millones más de transferencias adicionales de los fondos europeos Next Generation.
Sin embargo, y al menos en este caso, no ha habido ni opción a postularse a las mismas, aludiendo a razones de «interés público». «Los proyectos objeto de este real decreto están íntimamente ligados a la IA, y requieren de una complejidad técnica y profesional con la cual solo cuentan las universidades objeto de subvención».
Entre las cinco universidades agraciadas con el no-sorteo, no ha pasado desapercibida la presencia de la Jaime I de Castellón, por ser la universidad de la que es rectora Eva Alcón, a la sazón nueva presidenta de Crue Universidades Españolas.
Tras su llegada al cargo de esta asociación, que representa a los rectores de las 76 universidades españolas (50 públicas y 26 privadas), Alcón señaló que entre sus objetivos estaban que Crue se posicionara ante cuestiones estratégicas como el aprendizaje a lo largo de la vida tras la irrupción de tecnologías como la inteligencia artificial.
Sin embargo, entre las universidades que han quedado descartadas de este proyecto ‘a dedo’, hay una sospecha sobre la razón real, que pasa por un interés del Ejecutivo de atraer a la causa gubernamental a la Crue en su totalidad, ahora que la dirige Alcón, en un momento donde los rectores han expresado su descontento con la LOSU (Ley de Universidades), de la que echan en falta una financiación real.
Tras su llegada al cargo de esta asociación, que representa a los rectores de las 76 universidades españolas (50 públicas y 26 privadas), Alcón señaló que entre sus objetivos estaban que Crue se posicionara ante cuestiones estratégicas como el aprendizaje a lo largo de la vida tras la irrupción de tecnologías como la inteligencia artificial.
Sin embargo, entre las universidades que han quedado descartadas de este proyecto ‘a dedo’, hay una sospecha sobre la razón real, que pasa por un interés del Ejecutivo de atraer a la causa gubernamental a la Crue en su totalidad, ahora que la dirige Alcón, en un momento donde los rectores han expresado su descontento con la LOSU (Ley de Universidades), de la que echan en falta una financiación real.
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