Los alumnos de la privada desmontan la cruzada de Sánchez: acceden antes al mercado laboral y con mejores condiciones

El pasado 31 de marzo, el presidente del Gobierno Pedro Sánchez declaró la guerra a la educación privada. Aquel día, el líder del Ejecutivo español dio a conocer su plan maestro que tiene como objetivo cerrar universidades privadas, las cuales el presidente no dudó en tachar de «chiringuitos educativos».

«Debemos hacer mucho más para proteger y fortalecer nuestro sistema universitario, todas las administraciones con competencias en este ámbito lo deberían hacer. Pero es verdad que hay una inacción de unos, o una gestión irresponsable de otros o también deliberada de otros tantos. Pero no les quepa duda de que desde el Gobierno de España vamos a actuar», aseguró Sánchez durante su intervención en el acto 'En defensa de una universidad de calidad, clave para el ascensor social'.

Este decreto que endurecerá los requisitos para abrir universidades privadas entrará en vigor en el próximo mes de mayo. Esto ha encendido un debate en la comunidad universitaria, potenciado por el exitoso aumento de la educación privada en nuestro país.

Desde 1998, España no ha creado nuevas universidades públicas, mientras que el número de instituciones educativas de carácter privado ha crecido exponencialmente, pasando de 14 a 41 en los últimos 27 años. A esto hay que sumar la alta empleabilidad de sus alumnos, superando desde hace bastantes años los estancados datos de la universidad pública.

Así lo evidencia el último estudio realizado por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, que arroja datos muy reveladores sobre la inserción laboral de los egresados universitarios en España. La estadística, centrada en los titulados del curso 2018-2019 dibuja un panorama realmente positivo, especialmente para quienes egresaron de universidades privadas. Los egresados de la privada no solo acceden antes al mercado laboral, sino que lo hacen con condiciones más ventajosas en muchos aspectos.

La educación privada encuentra trabajo antes

Uno de los indicadores más contundentes se centra en el porcentaje de contratados. Según señalan los datos compartidos por el Ministerio de Universidades, la victoria de la privada sobre la pública es evidente. Los graduados en la promoción del 2018-2019 de la privada consiguieron trabajo más rápido que los de la pública. Al año de graduarse, el 61,3 % de los alumnos de la privada consiguieron trabajo —por 53,6 % de la pública—. Este dato se mantiene con los años.

Dos años después de acabar sus respectivas carreras, el 69,3 % de los alumnos de la privada se afiliaron a la Seguridad Social, por el 63,7 % de los de la pública. Esta arrolladora victoria se mantiene hasta los cuatro años posteriores a la finalización de la carrera, donde los alumnos de la pública superan —ligeramente— a los de la privada: 78,2 % frente a 76,4 %.

Estas cifras no solo reflejan una mayor inserción laboral cualificada, sino una alineación más eficiente entre la formación recibida y la demanda del mercado.

Otro dato llamativo es el porcentaje de egresados que opta por el autoempleo. En las universidades privadas, un 12,3 % de los titulados trabajan como autónomos, el doble que en las públicas (6,3 %). Este salto puede reflejar un perfil emprendedor más marcado o una preparación específica para modelos de negocio independiente.

Gran diferencia económica

En lo económico, los alumnos de la privada también salen ganando. Su base media de cotización es de 33.526 euros, lo que supone 3.231 euros más que los titulados de universidades públicas. En cuanto a los titulados de máster, la diferencia es todavía es más elevada, con 4.699 euros de diferencia (37.981 euros de base media frente a 33.282 euros de la pública).

En lo que a la duración de contratos se refiere, aquí si se impone la pública aunque por un ligero margen. A pesar de que la contratación indefinida es un poco más alta en la pública (72,8 %) que en la privada (69,7 %), la diferencia no es especialmente significativa, y puede deberse más a los sectores profesionales a los que se orienta cada tipo de institución que a la propia calidad de la enseñanza.

A pesar de la cruzada del Ejecutivo de Pedro Sánchez por desprestigiar e intentar hundir a la educación privada, la realidad es que ésta cuenta con mayores tasas de contratación cualificada, más emprendimiento y mejores sueldos desde los primeros años en los que los alumnos titulados abandonan la universidad.