«Siempre ha sido muy combativa». Así definió el pasado sábado en el programa Más se perdió en Cuba, de El Toro TV, el portavoz adjunto del PP en la Cámara Baja, Mario Garcés, a la candidata de Vox para la Junta de Andalucía, Macarena Olona, cuando ella ejercía de abogado del Estado y él era subsecretario de Fomento con Mariano Rajoy. Y la todoterreno de Santiago Abascal lo ha vuelto a demostrar durante la precampaña electoral.
La alcaldesa socialista de la localidad granadina de
Salobreña supuestamente intentó invalidar su
empadronamiento. La jurista de Vox contestó la semana pasada con
una denuncia por un presunto delito electoral, prevaricación administrativa y de vulneración de derechos fundamentales contra la cabeza del Consistorio en cuyo municipio residirá este 2022.
Y es que Macarena Olona Choclán (Alicante, 14 de mayo de 1979) sabe bien lo que es dar la batalla. Algo que, como ha expresado en diversas ocasiones, le ha obligado a contar con escolta ante las amenazas de muerte. Así, durante su labor como funcionaria pública, la alicantina defendió durante cinco años al Estado en el País Vasco.
También es vox populi cómo la exdiputada sacó a la luz el pufo millonario de la empresa pública de distribución alimentaria, Mercasa, en la que populares y socialistas estuvieron implicados.
Una nueva forma de hacer oratoria
La otra gran idiosincrasia de Macarena Olona es su
oratoria en el
Parlamento español. O lo era, dado que anunció la renuncia a su acta como diputada del Congreso antes del comienzo oficial de la campaña electoral andaluza; es decir, antes del próximo 3 de junio. De un timbre de voz grave y dulce a otro más exaltado, con
camisetas reivindicativas y sin bajar la vista para mirar un solo papel.
Y es que lo mismo se baila un
Macarena de Los del Río en sus actos multitudinarios de Viva21, que protagoniza
un vídeo al son del SloMo de Chanel, que se granjea un 'macarenazo', expresión con la que los de su formación se refieren al crecimiento exponencial esperado de votos el próximo
19 de junio. Siendo presentada con cara de «
presidenta» por su jefe, la política conservadora, desde luego, va a por todas en
Andalucía.