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26 de abril de 2024

Zapatero junto a Maduro en una de sus entrevistas.

Zapatero junto a Maduro en una de sus entrevistasEFE

El gran misterio

La nueva vida de Zapatero: intermediador a favor de Maduro y «lobby» en ayuda de Huawei

El expresidente del Gobierno sigue sin replicar a las gravísimas acusaciones del Pollo Carvajal pese a la insistencia del PP y Cs. La opacidad de sus asuntos empresariales es terreno abonado para los recelos

El ex teniente coronel de la Aviación Militar de Venezuela Ruperto Sánchez está en España después de pasar siete años encarcelado por el régimen de Nicolás Maduro. En una entrevista en COPE le preguntaron este martes qué credibilidad le da al 'Pollo' Carvajal, que ha acusado ante el juez a José Luis Rodríguez Zapatero de tener una mina de oro en Venezuela. Y Sánchez no dudó la respuesta un minuto: «Créanle», afirmó.
Zapatero volvió este martes a la palestra, a un acto en la Casa de Juntas de Guernica con motivo del décimo aniversario del cese del terrorismo por parte de ETA, y de nuevo sin decir una palabra al respecto. Más allá del «me parece surrealista todo, una locura total», que declaró a El Debate durante su participación en el 40º Congreso Federal del PSOE. Tanto el PP como Ciudadanos le han pedido explicaciones, pero sin resultado.
El apellido del que fuera presidente del Gobierno entre 2004 y 2011 se ha convertido en una especie de perejil de todas las salsas cuando se habla de Venezuela. Desde que en 2016 se ofreció a liderar la llamada Mesa de Diálogo de República Dominicana (porque allí se celebró) entre el Gobierno y la oposición, su relación con el régimen bolivariano fue estrechándose hasta transformarse.
De mediador fracasado pasó, a partir de 2018, a asesor no se sabe muy bien de qué. El caso es que en los últimos años, desde que renunció a su puesto vitalicio en el Consejo de Estado, ha viajado a Venezuela en torno a 40 veces.
La oposición desconfía de él por su constante compadreo con la guardia de corps de Maduro. Y tampoco ayuda el hecho de que el embajador que él designó para Venezuela, Raúl Morodo, haya acabado juzgado a la Audiencia Nacional por recibir, presuntamente, más de 4,5 millones de euros en comisiones de la petrolera venezolana PDVSA. El mes pasado se negó a declarar ante el juez Alejandro Abascal.
Ya no digamos cuando la semana pasada trascendió que la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, había viajado a España invitada por el expresidente socialista. Ése y no otro fue el verdadero origen del Delcygate.
Nadie sabe a ciencia cierta a qué se dedica Zapatero. Ni en Venezuela ni tampoco en Cuba, isla a la que llegó por primera vez en febrero de 2015 junto a su exministro de Exteriores Miguel Ángel Moratinos levantando una enorme política. Porque el Gobierno de Mariano Rajoy consideró del todo inoportuna su entrevista con Raúl Castro. Sus siguientes viajes han sido más discretos.
En los últimos tiempos, Zapatero ha dado el salto de Hispanoamérica a… Asia. En diciembre se puso al servicio del gigante tecnológico chino Huawei para clausurar un foro sobre el 5G.
Huawei es, a su vez, cliente de la consultora Acento Public Affairs, fundada por el que fuera mano derecha de Zapatero, José Blanco. Que, además, estos días está de actualidad por el nombramiento de su director general, Antonio Hernando, como director adjunto del Gabinete de Pedro Sánchez. Tratándose de un lobby que en los últimos tiempos se ha volcado en la captación de los fondos europeos que reparte… Moncloa.
Ante las especulaciones surgidas, la ministra portavoz, Isabel Rodríguez, señaló este martes que el Gobierno es «absolutamente escrupuloso con el régimen de incompatibilidades». 
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