El expresidente es lobbista de Mohamed VI
«Es la solución más seria y realista que se ha presentado en más de cuarenta años de conflicto», dijo González a un grupo de periodistas españoles en una ceremonia en Nueva York donde había acudido a la entrega de premios del Queen Sophia Institute y que contaba con su amigo, el millonario Carlos Slim, entre los galardonados.
González, que puntualizó que sólo se representaba a sí mismo, precisó que él se pronunciaba «sobre el fondo», de la cuestión y no quiso responder a la pregunta de la forma en que el gobierno marroquí había conseguido ese cambio de postura de España tras décadas de proclamar una «neutralidad» en un conflicto que hasta hace sólo un mes ponía en manos de las Naciones Unidas.
El expresidente añadió que hasta ahora nadie ha conseguido desentrañar uno de los nudos centrales de ese conflicto, como es quiénes estarían habilitados para votar en un referéndum de autodeterminación que siempre ha reclamado el Frente Polisario y que Marruecos rechaza: «El que conozca el censo (de votantes) que puede desbloquear esta situación, que venga y me lo diga», insistió.
Felipe González, que durante años tuvo en propiedad un palacio de veraneo en Tánger, valorado en varios millones de euros, mantiene desde hace años una estrecha amistad con Marruecos y la monarquía alauí. En 2014, con ocasión del 15 aniversario de la coronación de Mohamed VI, fue uno de los pocos invitados extranjeros en la Fiesta del Trono en Rabat.
Conjugando sus vínculos de lobista con Carlos Slim y Mohamed VI, González ha utilizado su valiosa agenda internacional para defender los intereses de Marruecos en múltiples países, particularmente en el área de Hispanoamérica. Por ejemplo, Chile suspendió en 1999 el establecimiento de relaciones diplomáticas con la República Saharaui (RASD) gracias la las llamadas que el entonces presidente Frei recibió por de González.
Desde esa fecha, ha apoyado la llamada «integridad territorial» de Marruecos, expresión con la que Rabat alude a su soberanía sobre el Sáhara, aunque sin significarse tanto como otros correligionarios de su mismo partido como el también expresidente José Luis Rodríguez Zapatero o el exministro de Exteriores Miguel Ángel Moratinos, quien estuvo presente en la gala, cenando al lado de Felipe González.
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