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24 de abril de 2024

GRAF1010. MADRID, 11/05/2022.- El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, interviene en la sesión de control al gobierno en el Congreso este lunes después de la destitución a la directora del Centro Nacional de Inteligencia por el caso del espionaje. EFE/ Juan Carlos Hidalgo

Pedro Sánchez interviniendo en una sesión de control al Gobierno en el CongresoEFE

No hay tregua

Los independentistas ponen a prueba la resiliencia de Sánchez en otro Pleno hostil

El presidente comparece este jueves en el Congreso para hablar del espionaje a Aragonès y otros dirigentes. Tendrá enfrente, incluso, a sus socios de Unidas Podemos

Pedro Sánchez comparecerá este jueves en el Congreso para hablar del espionaje a los independentistas con Pegasus. Lo hará dos semanas después de destituir a la directora del CNI, Paz Esteban, para intentar calmar -en vano- a Esquerra. Y tres semanas después de que todos los partidos de la Cámara, menos el PSOE y Unidas Podemos, se aliaran para obligar al presidente a explicarse en el Pleno. Así que va a rastras, pero va.
No será un trago nada fácil, ni siquiera para alguien que presume de ser tan resiliente como Sánchez: tendrá que lidiar con las críticas, incluso, de sus socios morados. Puesto que Unidas Podemos se ha alineado con el independentismo en su exigencia de crear una comisión de investigación en la Cámara Baja.
Esa comisión habría salido adelante de no haber sido porque el PP votó en contra junto con el PSOE el pasado 3 de mayo en la Junta de Portavoces, como también Vox y Ciudadanos.
El nivel de hostilidad que se encontrará Sánchez este jueves será parecido al que sufrió el 30 de marzo, cuando acudió al Congreso a responder de su decisión de entregar el Sáhara Occidental a Marruecos, aceptando el plan de autonomía de Mohamed VI para la ex colonia española.
Para ERC, Junts per Catalunya, la CUP, Bildu y el PNV, todos ellos pertenecientes a la Comisión de Secretos Oficiales, las explicaciones que dio la entonces todavía directora del CNI fueron insuficientes.
Esteban mostró a los portavoces de los diez grupos parlamentarios las órdenes judiciales por las que el Tribunal Supremo autorizó al CNI a pinchar los teléfonos de Pere Aragonès -entonces vicepresidente de la Generalitat- y de otros 17 dirigentes independentistas.
Aunque no dio fechas, Esteban acotó las escuchas al otoño de 2019, cuando después de la sentencia del procés los CDR y Tsunami Democràtic incendiaron las calles de Barcelona. Pero los independentistas no creen esa versión y acusan a Sánchez de haber estado espiándolos también durante las negociaciones para la investidura de éste, que se produjo en enero de 2020.
El presidente señaló entonces que no tenía ni idea del espionaje del CNI al independentismo, que ni Esteban ni la ministra de Defensa, Margarita Robles, le habían puesto al corriente.
Pero Sánchez necesitará algo más que eso para defenderse de sus socios este jueves en el Parlamento. Su principal objetivo sigue siendo apaciguar a Esquerra. Mientras, siguen pendientes de fecha la reunión bilateral que él mismo aceptó mantener con Aragonès y la reanudación de la mesa de diálogo entre ambos gobiernos, el central y el catalán.
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