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Pedro Sánchez, durante el pleno del martes en el CongresoEFE

La crónica política

La advertencia de Aitor Esteban a Pedro Sánchez por creerse invencible sin serlo

En la sala de máquinas del socialismo argumentan que ya han pasado lo peor y que, de aquí en adelante, todo será mejorar. ¿Será suficiente la baraka de su líder esta vez?

Solían decir de José Luis Rodríguez Zapatero que era un presidente con baraka, con una especie de protección divina. La expresión la acuñó Felipe González allá por el año 2006, en una entrevista con el Loco de la Colina en la que también dejó caer que fiarlo todo a la buena suerte no es una decisión inteligente. No lo es para nadie; menos aún para un político. La carroza en la que gobernaba Zapatero, escrito está, acabó convirtiéndose en una calabaza de la que el PSOE tuvo que tirar durante años en penitencia.
El martes, Aitor Esteban, que posee una de las pituitarias más finas de la política española, recuperó esa expresión para atribuirle a Pedro Sánchez el mismo don que tuvo su antecesor socialista: «Es verdad, señor presidente, que al otro lado del hemiciclo hoy por hoy no hay nada que pueda realmente hacerle sombra a la hora de pactar mayorías. La tentación de jugar al blanco y al negro debe de ser grande y es usted un tipo con baraka. Eso es un don, pero no se descuide. Por si acaso, yo voy a imitar la labor de quien iba en el carro junto al César en sus desfiles triunfales para susurrarle al oído: recuerda que eres mortal, memento mori (recuerda que morirás)», afirmó el portavoz del PNV, en una advertencia que a Sánchez, al menos en el momento, no le hizo apretar la mandíbula, en ese gesto tan característico suyo.

El portavoz del PNV, Aitor Esteban, durante el debate del martesEFE

Es innegable que el presidente del Gobierno es un hombre que siempre ha caído de pie. Al menos hasta ahora. Ganó una moción de censura contra pronóstico –claro que ahí, el PNV de Esteban tuvo mucho que ver–. Mató políticamente a Pablo Iglesias haciendo que pareciera un accidente. El Tribunal Constitucional le tumbó los dos estados de alarma de la pandemia y ni se despeinó (quien ríe el último, ríe mejor, y él ahora ya tiene la mayoría progubernamental que quería en el TC).
Se calzó diez veces las botas para visitar La Palma durante y después del volcán y prometer unas ayudas millonarias que están llegando con cuentagotas, como denunció el presidente del Cabildo de la isla en El Debate. Tiene una presidenta de la Comisión Europea que le venera a pesar de pertenecer a la familia del PP europeo. Y lo que es más: se permite presumir del empleo, habiendo tres millones de parados al cierre de 2022, y de la inflación, estando la subyacente (la de la cesta de la compra) en el 7 % y aún subiendo. ¡Ah! Y en diciembre ganó la Lotería de Navidad. Literalmente: los décimos que llevaba de la sede del PSOE y de la Oficina de Prospectiva España 2050 fueron agraciados con un pellizquito de más de 300 euros.
Es por eso que, invocando la buena estrella de su líder, en Ferraz y en la Moncloa dicen estar convencidos de que serán capaces de revertir la situación, en este año que ha entrado en un bucle electoral desde sus primeros compases. En la sala de máquinas del PSOE argumentan que ya han tocado fondo y que, de aquí en adelante, todo será mejorar. Aseguran también que, incluso en los peores momentos, nunca han estado por debajo del 25 % en intención de voto: lo que quiere decir que siguen teniendo la confianza de uno de cada cuatro españoles.
En el último barómetro de encuestas publicado por este diario, a mediados de enero, el PSOE se situaba en el 25,52 %, en una media ponderada de 13 encuestas. No obstante, y en contra de la prédica que sale de Ferraz, en verano y a comienzos del curso sí hubo algunos sondeos que le daban a Sánchez no más del 24,5 % de intención de voto.
Pero, llegados a este punto, y con el nivel de rechazo a Sánchez en máximos, en el PSOE no se fían de que la baraka de su jefe de filas sea hoy por hoy una fuente inagotable de mayorías. De ahí que hayan decidido aplicar una vieja máxima de la política: si no puedes con el rival… desmovilízalo. Contratando para ello los servicios de un «experto en guerra sucia», como ha definido a Aleix Sanmartín la prensa en México, el país en el que tiene establecida su base de operaciones desde hace 15 años.
En cualquier caso, las elecciones del 28 de mayo serán la mejor ocasión para poner a prueba la baraka de Sánchez, que el próximo martes en el Senado, delante de Alberto Núñez Feijóo, volverá a exhibir una inmortalidad que no es tal.
Memento mori, como le recordó el portavoz del PNV al presidente. De momento, el presidente ha empezado por mostrarse mortal, de carne y hueso, como aficionado a la petanca en Coslada, a las bicicletas eléctricas en Valladolid y a lo que sea menester en precampaña.
Como ésa del diputado Esteban, y en un contexto electoral, en las próximas semanas y meses vamos a asistir a otras muchas advertencias de los socios de Sánchez, empezando por los que tiene en casa. Hasta cuatro portavoces del grupo parlamentario de Unidas Podemos –Pablo Echenique, Jaume Asens, Enrique Santiago y Antón Gómez-Reino–avisaron al presidente en el pleno del martes de que le harán un marcaje minucioso: «Usted ha hablado en su intervención de la gente a la que le cuesta llegar a final de mes, que no puede pagar su alquiler, y yo le pregunto: ¿qué cree usted que piensa toda esa gente cuando le ve en la foto con los fondos buitre en Davos y en Nueva York? ¿Qué piensan cuando ustedes llevan más de un año resistiéndose a la regulación de los precios de alquiler? ¿O cuando el señor Iceta dijo el otro día que su referente en materia de vivienda es el jefe de la patronal inmobiliaria?», le preguntó el catalán Asens.