«¡Habría que prenderte fuego!»: el acoso y las amenazas a la presidenta de Hablamos Español
Gloria Lago denuncia las coacciones que está recibiendo desde que la asociación instalara las vallas en Sangenjo, Orense y La Coruña en defensa de los topónimos en español
La presidenta de Hablamos Español, Gloria Lago, no quiere dejar pasar por alto el acoso y derribo que está sufriendo en su teléfono particular así como en el de la asociación y redes sociales desde que el pasado martes instalaran las vallas que defienden la toponimia española en Galicia.
«¡Retrasada!, ¡fascista!, ¡habría que prender fuego a las vallas y a ellas contigo!, ¡Vete de aquí, sobras en Galicia!» son algunas de las 'linduras' que recibe a diario a modo de mensajes y llamadas constantes. En palabras de Lago a El Debate: «Han desfilado todos los insultos del diccionario».
Se trata de la respuesta hispanófoba y violenta que no cesa a la reciente acción que la asociación ha emprendido en defensa del español en una comunidad en donde el gallego es ley. «La campaña de odio comenzó apenas una hora después de que pusiésemos la primera valla en Sangenjo en redes sociales. El WhatsApp lo tenemos atestado de insultos y amenazas. Nos llegan del orden de 40 mensajes amenazantes al día. Y a mí me llaman a todas horas para insultarme a mi teléfono personal, incluso de noche. Hay intervalos que recibo una llamada casi por minuto, desde números privados pero también ocultos», explica Lago.
Una coacción en toda regla que no está dispuesta a callar. «Ya hemos puesto denuncia en el juzgado de Cambados y en el de Orense junto con las denuncias por vandalizar las lonas y estamos pensando en presentarla también en el de La Coruña», asegura. Lago explica que el acoso que está recibiendo no es un caso aislado. «Es una acción claramente coordinada. Hay una entidad que azuza a personas a que me llamen y me coaccionen. Me di cuenta porque empecé a guardar los números desde los que me llamaban y vi que eran muchos y diferentes. Buscan desconcentrarme. Que no me sienta tranquila», argumenta.
Las pesquisas apuntan a entidades hispanófobas que cuentan con lazos estrechos con el Bloque Nacionalista Galego. A mesa por la normalización lingüística organizó una manifestación el viernes en el Obelisco de La Coruña en contra de la campaña de Hablamos Español. Acudieron un centenar de personas. «Protestaron porque dicen que queremos acabar con la toponimia en gallego. Algo ridículo. En nuestros carteles están escritas las dos formas. Además, intentan ridiculizar nuestra campaña mintiendo y diciendo que hacemos traducciones del término en gallego al español cuando esos topónimos forman parte de la historia de la lengua española», apunta Lago.
El objetivo de Hablamos Español –dicho por activa y por pasiva– no es ir en contra del gallego, sino evitar que el español se pierda. «Queremos que se respete el español. Si esos topónimos caen en desuso, la RAE dejará de reconocerlos y no queremos que se llegue a eso», argumenta la presidenta.
Por ello, Lago se muestra fuerte. No es la primera vez que recibe coacciones por defender el español y en esta ocasión tampoco va a cesar en su empeño. «Ya estamos buscando la fórmula de reponer las vallas que han vandalizado. No nos van a doblegar».