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02 de mayo de 2024

Irene Montero, durante una charla en Barcelona la semana pasada

Irene Montero, durante una charla en Barcelona la semana pasadaEFE

El silencio de la vetada

La comidilla de las horas finales de la campaña: ¿Pedirá Irene Montero el voto para Yolanda Díaz?

En todas estas semanas, la ministra de Igualdad ni siquiera ha confirmado que vaya a votar a Sumar, como sí lo ha hecho Pablo Iglesias, aunque a su manera. Y Sumar no está sobrado de votos

Se acabó lo que se daba para Irene Montero. Este martes, el Consejo de Ministros del que forma parte celebró su última reunión antes de las elecciones generales. Desde el lunes, Montero pasará a ser, oficialmente, ministra de Igualdad en funciones. En su caso es probable que no solo ella desaparezca de la foto, sino también su cartera: Alberto Núñez Feijóo ya ha adelantado que, si llega a la Moncloa, desaparecerá el Ministerio de Igualdad y las competencias en la materia pasarán a la Presidencia del Gobierno.
En estos compases finales de la campaña, Montero se ha convertido en la comidilla de la izquierda. Y no por acción, sino por omisión. La todavía ministra, vetada en las listas de Sumar, no ha pedido el voto para Yolanda Díaz en todas estas semanas. Ni siquiera ha confirmado que vaya a votarla. Y todos se preguntan si lo hará antes de la medianoche del viernes.
No es una nimiedad, puesto que hay cálculos que hablan de hasta 300.000 votantes de Podemos enfadados con la vicepresidenta segunda que se debaten entre tres opciones: votar a Sumar, haciendo de tripas corazón; votar al PSOE; o quedarse en casa. Son muchas papeletas en juego para una coalición de 15 partidos que no ha terminado de despegar en esta campaña.
En las últimas horas, la propia Díaz ha despreciado estas cábalas. La también ministra de Trabajo ha pronosticado que Sumar no perderá «ningún voto» por ese veto a Montero en las candidaturas que, no obstante, sigue sin reconocer. Por el contrario, se ha mostrado confiada de que todos los que apostaron por Podemos en 2019 esta vez lo harán por ella.
Pero lo cierto es que el silencio de Irene Montero es estruendoso. Hasta Pablo Iglesias ha pedido el voto para Sumar, aunque a su manera y sin mencionar a Sumar. En cambio, la ministra de Igualdad no. Ni eso. El exlíder de Podemos señaló el martes en su programa de Canal Red que el veto a Montero «avergonzará a muchos durante años». Sin embargo, a renglón seguido añadió: «Claro que hay que votar. Yo iré a votar muy orgulloso de hacerlo a la candidatura donde está mi partido, pero callarse la boca ante tanta hipocresía no suma ni ayuda». Esto último lo dijo en alusión a las, según él, «mentiras» de la derecha en esta campaña.
No hay duda de que Montero sigue sangrando por la herida, porque además Yolanda Díaz ni siquiera la menciona cuando habla de la hoja de servicios del socio minoritario en el Gobierno. En el debate a siete que se celebró en TVE el pasado jueves, fue el portavoz de ERC y no la de Sumar quien se declaró «muy orgulloso» de la ley del consentimiento y de la labor de la ministra Irene Montero».
El lunes, Díaz y Ione Belarra compartieron un primer y único mitin en Pamplona. Delante de la candidata a la Presidencia, la líder de Podemos reivindicó el legado de su amiga Irene: la ley del ‘solo sí es sí’, la ley trans y la del aborto. Díaz no dijo una sola palabra al respecto. Belarra no fue vetada, pero sí relegada al número cinco de la lista por Madrid.
Entretanto, Montero mantiene una actividad mínima en el Ministerio y una actividad pública casi inexistente. Aunque este martes hizo un movimiento significativo. Se suponía que el viernes, último día de la campaña, iba a clausurar un curso sobre la ley del ‘solo sí es sí’ organizado por la Delegación contra la Violencia de Género en la Universidad Complutense de Madrid. Pero finalmente canceló su participación. La inauguración de este miércoles corrió a cargo de su secretaria de Estado de Igualdad, Ángela Rodríguez «Pam», y de la delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Vicky Rosell.
La ministra repudiada puede hablar ahora o callar para siempre.
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