El lado oscuro de Abel Caballero: esconde el gasto en luces navideñas pese a estar obligado a desvelarlo

Abel Caballero presume de ser el alcalde de las luces de Navidad. Cada diciembre, mejor dicho, cada noviembre, llena Vigo de miles de bombillas que atraen a gran cantidad de turistas y visitantes. «Datos apoteósicos», según él. «Good night everybody around the world, bienvenidos a la Puerta del Sol de Vigo», decía extasiado el dirigente socialista al dar por inaugurado su festival de luz este pasado año.

Sin embargo, el también presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias se ha olvidado de sus obligaciones a la hora de desvelar cuánto cuesta a los vigueses ese despliegue de luz que, según Caballero, tiene alcance mundial. Caballero ha hablado alguna vez del dinero que cuesta la instalación del alumbrado, contraponiéndolo al retorno que supone para la ciudad. «Lo más importante a la Navidad es que nos cuesta un poco más de millón de euros y el retorno está entre 500 y 1.000 millones de euros», dijo en un acto de Nueva Economía Forum.

Pero ahora ha rehuido, a preguntas de El Debate, contestar cuánto es el gasto total en el que ha incurrido el consistorio que él preside, en la decoración navideña de Vigo para el periodo comprendido entre 2019 y 2023, ambos inclusive, así como el importe total de financiación externa obtenida en su caso para sufragar tales gastos, que se niega ahora a detallar.

En concreto, El Debate preguntó al Ayuntamiento de Vigo por el «importe de los gastos ocasionados con motivo de la decoración navideña de la ciudad con desglose de los gastos de suministro de luz, montaje y desmontaje de adornos, cabalgatas organizadas y otros actos celebrados durante los años 2019 a 2022/2023 inclusive y el desglose de la obtenida para sufragar los gastos realizados en los mencionados años».

Caballero se ha negado a cumplir la orden que le obliga a detallar todos los gastos navideños desde 2019, cuando inició su campaña de promoción

Este periódico no ha recibido respuesta por parte de Caballero, incumpliendo así con la legislación que le obliga a hacerlo en el plazo máximo de un mes, por lo que ha sido la Comisión de Transparencia de Galicia, mediante una resolución del pasado 5 de julio y que obra en poder de El Debate el organismo que obliga al alcalde Caballero a hacer pública toda la información requerida.

El desafío del alcalde a la legislación ha ido a más, pues la propia Comisión que requirió al Ayuntamiento de Vigo «la aportación de su criterio mediante la remisión de informe y copia del expediente», tampoco recibió documentación alguna, permaneciendo en silencio.

De hecho, ha abroncado a Caballero por ello. «El hecho de que la administración municipal no diese contestación a la solicitud de informe sobre la reclamación en el marco de este procedimiento, dificulta considerablemente el cumplimiento de la función de garantía encomendada a esta Comisión», ha señalado en su resolución.

A pesar de la opacidad de Caballero, el procedimiento siguió su curso, pues «la falta de respuesta al requerimiento de alegaciones no puede afectar la eficacia del ejercicio de un derecho de rasgo constitucional, como es el derecho de acceso a la información pública».

Tras recordar al Ayuntamiento que «el incumplimiento reiterado de la obligación de resolver en plazo tiene la consideración de infracción grave a los efectos de la aplicación a los responsables del régimen disciplinario previsto en la correspondiente normativa reguladora», la Presidenta de la Comisión de Transparencia de Galicia, María Dolores Fernández Galiño, mediante resolución dictada el pasado 5 de julio, ha ordenado a Caballero remitir la información solicitada y desvelar públicamente los detalles económicos que rodean a sus famosas luces de Navidad, algo que a la fecha de esta publicación aún no ha realizado. Aunque sea famoso por sus luces, ahora ha optado por refugiarse en las sombras.

Polémicas luces

Aunque Caballero ha convertido las luces de Navidad en una campaña de autobombo, hasta el punto de presentarlas cada verano seis meses antes de las fiestas, no es oro todo lo que reluce. Al menos para los vecinos de las zonas más afectadas por un despliegue que, además del esplendor lumínico, incluye música, atracciones, olores y un sinfín de reclamos de difícil conciliación con el descanso.

En las últimas Navidades, por ejemplo, casi 2.000 vecinos del entorno de La Alameda de Vigo firmaron una protesta formal contra la invasión que a su juicio impone Caballero, e incluso anunciaron la apertura de una vía judicial para intentar frenarlo.

«Podrían montar esto en el Castro o en Samil, pero no aquí, esto es una vergüenza, solo molesta y causa inconvenientes a los que vivimos cerca». Otra de las afectadas incluso ha calculado que «son 3 meses al año, pero si lo multiplicamos por 4 años que llevamos aguantando esto, nos sale un año de vida soportando este circo», declaraban en Antena 3 varios de los afectados el pasado mes de diciembre.

El propio Alberto Núñez Feijóo, cuando era presidente de la Xunta de Galicia, criticó a Caballero por el autobombo de esta actividad, con una frase elocuente: «El sentido del ridículo y el alcalde de Vigo son incompatibles».