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03 de mayo de 2024

La diputada de Vox Rocío de Meer, en su entrevista con El Debate

La diputada de Vox Rocío de Meer, en su entrevista con El DebateDaniel Vara

Entrevista | Diputada de Vox

Rocío de Meer: «No hay odio ninguno en querer que España siga siendo España y no Senegal. Es sentido común»

La diputada de Vox denuncia que se ha silenciado el debate sobre la inmigración masiva y que no se ha preguntado a los españoles si querían fronteras abiertas: «Se ha decidido por ellos y están cambiando sus barrios»

Rocío de Meer (Madrid, 1989), diputada de Vox por Almería desde 2019, recibe a El Debate en la sede del partido en plena crisis migratoria y unos días antes de que se celebre la tercera edición del encuentro Frontera Sur, que planteará un año más el debate sobre la inmigración ilegal y descontrolada y sus consecuencias.
–Hemos conocido esta semana los datos del Ministerio de Interior sobre inmigración del mes de octubre, que muestran que en Canarias ha aumentado un 111% y un 57,5% a nivel nacional. ¿Cree que en España se percibe la gravedad de la situación?
–Ha habido años con picos muy elevados y no han sido debate público. Y en la pandemia, continuábamos teniendo fronteras abiertas y el archipiélago canario recibía de manera masiva inmigración igual que todo el sur de Andalucía, Baleares, Valencia, etc., y era gente que no podía retornar porque la frontera era permeable hacia dentro, pero no hacia afuera.
Ahora, después de años y años de lanzar un mensaje tanto por parte de mi partido político como por parte de muchísima gente de la sociedad civil que ha estado silenciada, ha empezado a calar. Desgraciadamente, cuando la gente empieza a ver debajo de su casa las consecuencias de haber traído a cientos de miles de personas de manera descontrolada a Europa.
–El Gobierno está distribuyendo a los inmigrantes ilegales llegados a Canarias por otros municipios españoles, muchas veces sin el conocimiento de los alcaldes o de los presidentes autonómicos. ¿Cuál cree que va a ser el siguiente paso?
–Lo ha hecho más veces y tampoco ha sido con el conocimiento de instituciones locales o autonómicas. Lo que es noticia es que en España haya 13 millones de personas en riesgo de pobreza y exclusión social y estemos metiendo a los inmigrantes que vienen de manera descontrolada y masiva en hoteles de cuatro estrellas a cargo del erario público.
En la crisis de La Palma a los palmeros los metimos en contenedores y en polideportivos. ¿Qué justicia social alega este Gobierno? ¿La justicia social es salvar al resto del mundo condenando a los españoles? La justicia social tiene que empezar en casa. Es un acto de hipocresía traer a 30 o 40.000 personas a través de nuestras fronteras y luego meterlos a pensión completa en hoteles de cuatro estrellas y balnearios. Es un insulto y es absolutamente intolerable para los españoles.
–Tras las críticas de Vox a esta actuación, hemos visto cómo el PSOE les ha acusado de delito de odio. ¿Cree que ese mensaje cala en la sociedad o ya hay una reacción contraria a esto?
–Creo que durante muchos años ha habido un debate que ha sido silenciado. En Europa, en España, se han tomado decisiones que han afectado a la vida de los españoles y de los europeos y nadie les ha preguntado. Las fronteras abiertas es una pregunta que no se les ha hecho. Se ha decidido por ellos y están cambiando sus calles, sus pueblos, sus ciudades, sus barrios.
Es muy importante destapar los ojos. La gente debería saber la verdad y saber que se han tomado decisiones que están cambiando sus vidas. Se ha amordazado a los europeos y a los españoles que daban la cara, y a la mínima que decían algo les tachaban de racistas o xenófobos.

El trato que recibe la mujer en muchísimas culturas frontera sur hacia abajo es un trato que en España no queremos

Yo creo que no hay odio ninguno en querer que España siga siendo España, en querer que no sea Senegal. Es de sentido común. No hay odio ninguno en querer tu cultura por encima de otra que consideras que es contraria a la tuya, y que tiene algunos rasgos que tú no deseas. El trato, por ejemplo, que recibe la mujer en muchísimas culturas frontera sur hacia abajo es un trato que en España no queremos. Hay elementos de estas culturas que se están importando a Europa, como la mutilación genital femenina o los matrimonios forzosos. Son actos absolutamente reprochables y de barbarie en nuestro país.
–¿Por qué cree que no se ejecutan las órdenes de expulsión de inmigrantes ilegales en España?
–Es muy sencillo. Tú podrás tener la ley de extranjería que quieras, pero si no hay voluntad política, no se van a ejecutar las expulsiones. Vemos, por ejemplo, cómo ha habido en Francia y en el resto de Europa autores de algunos atentados criminales, delincuentes yihadistas que tenían órdenes de expulsión no ejecutadas, que estaban en situación irregular.
Aquí es costumbre que no se cumpla la ley en materia de expulsiones. ¿Por qué? Porque hay una orden muy concreta, que es la de las fronteras abiertas. Destinamos millones y millones en pagar hoteles de cuatro estrellas y balnearios a pensión completa para esos cientos de miles de personas, decenas de miles en el caso de España, que llegan cada año. Y, sin embargo, esos millones no se están invirtiendo en reforzar los controles fronterizos.
Rocío de Meer durante la entrevista con El Debate

Rocío de Meer durante la entrevista con El DebateDaniel Vara

–Vox ha señalado en varias ocasiones que España es Francia con diez años de retraso, que podía asemejarse en un futuro a Francia o a Suecia, donde hay zonas no-go, donde no puede entrar la policía. ¿Todavía se puede revertir?
–Es muy difícil. Ojalá haya una alternativa que pueda darle la vuelta a todo. Si continuamos por este camino, la degradación de nuestros barrios, el aumento de la delincuencia, los delitos importados, la configuración demográfica, el fracaso del multiculturalismo, todo esto lo vamos a ver en nuestras sociedades. Va a haber barrios, y pueblos sin ley, como en Francia. El pronóstico no es bueno, pero la esperanza hay que mantenerla.
–¿Cuáles son las medidas más urgentes que habría que acometer para frenarlo?
–Normalmente las dividimos en medidas a priori y a posteriori. Las a priori son las que necesitas para proteger bien tus fronteras. Es lo que ha hecho Hungría y ha funcionado. Por un lado, dejar a las fuerzas de seguridad del Estado hacer su trabajo, pero dotarles de medios. Y, por otro, una lucha seria contra las mafias de tráfico de personas y todo lo que las rodea. No actúan solas, tienen una compañía aseguradora, que son los gobiernos progresistas y las llamadas ONGs de rescate de seres humanos, que no efectúan rescates. Si no atajamos todo ese organigrama que permite que este sea el sistema, tendrá difícil solución.
Por otro lado, medidas a posteriori. El multiculturalismo que nos venden como muy productivo y muy enriquecedor es mentira, es un mito. No funciona. Es peligroso, es caótico. Además, aumenta la delincuencia. Por un lado, tipos delictivos que en nuestro país no habíamos visto, como la mutilación genital femenina, los matrimonios forzosos, o las violaciones en grupo; y por otro, la delincuencia común. No son cifras que digamos nosotros, las avala el Ministerio del Interior e incluso el de Igualdad.

Las mafias de tráfico de personas tienen una compañía aseguradora que son los gobiernos progresistas y las ONGs

Las medidas que hay que aplicar en las sociedades cuando ya tienen tasas muy elevadas de inmigración descontrolada, son otras. Una de ellas la ha dicho el canciller alemán Olaf Scholz, las deportaciones masivas. Hay partidos de izquierdas en países de nuestro entorno que han visto ese fracaso del multiculturalismo y ahora proponen medidas. Pero lo proponen después de 780 muertos por atentado yihadista.
A posteriori, también una de las cosas más importantes es no regalar la nacionalidad. Tiene que ser un tesoro que va asociado a una identidad y a una cultura. No es un papel, son muchas más cosas y hay que tomárselo en serio. Es un acto de responsabilidad política y de patriotismo.
–Se va a celebrar en unos días el encuentro Frontera Sur. Para quien no lo conozca, ¿en qué consiste?
–Vivimos una primera edición en las Islas Canarias, cuando aumentaban los índices y no era tan mediático, hace tres años. El año pasado, el segundo, en Ceuta, después de todo lo que había sucedido en el Tarajal y del ataque híbrido por parte de Marruecos y de la inmigración masiva. Y este año vamos a ver una tercera edición en Barcelona, en la cual vamos a abordar todas esas consecuencias de la inmigración masiva, cómo las ciudades de destino se destruyen, cómo quienes sufren esa inmigración son las personas más humildes, las que, si debajo de su piso abren un oratorio fundamentalista, no pueden permitirse irse de allí.
–Si continúa el Gobierno de Pedro Sánchez, del que han criticado muchas veces su inacción en materia migratoria o que aplique políticas de efecto llamada, ¿qué consecuencias vamos a ver?
–Van a ser gravísimas, porque vamos a ir en la dirección opuesta a la que habría que ir. Cada año que pasa es un año que cuenta, porque no es lo mismo parar la inmigración descontrolada a priori que a posteriori. Lo estamos viendo en nuestro entorno, cómo en Francia se están quemando las calles, o cómo es la guerra separatista, comunidades que se separan de facto de la ley francesa. Si se produce un nuevo Gobierno en la misma dirección que nos ha traído hasta aquí, probablemente acabemos en el despeñadero.
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