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02 de mayo de 2024

Félix Bolaños y María Jesús Montero Cuadrado, durante el pleno del Congreso

Félix Bolaños y María Jesús Montero, en una imagen de archivo en el SenadoEFE

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Bolaños desliza el pacto con Junts a cuatro días de las gallegas y Montero trata de esconderlo de nuevo

La intención del PSOE era barrer la amnistía debajo de la alfombra hasta después de las elecciones, pero unas declaraciones del ministro de la Presidencia en RAC1 se lo han puesto complicado

La política ficción de lo que le daría o no le daría Alberto Núñez Feijóo a Carles Puigdemont ha dado paso a la realidad política de las negociaciones entre el PSOE y Junts para desencallar la ley de amnistía.
Después de que este miércoles varios periódicos apuntaran a la proximidad de un acuerdo, Félix Bolaños se mostró convencido de que lo habrá en una entrevista en la emisora catalana RAC1. Dijo más el ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes y principal negociador con Junts. Puesto que reconoció que ambas partes trabajan para que la ley de amnistía no deje a nadie fuera, que es precisamente el temor de los de Puigdemont.
«Compartimos un objetivo, que es que seamos capaces de aprobar una ley que cubra a todo el mundo que estuvo involucrado en el proceso y que se acaben los procedimientos judiciales que tienen, para poder abrir una nueva etapa en Cataluña. Y no tengo ninguna duda de que habrá acuerdo», señaló Bolaños.
No obstante, el ministro no quiso especificar qué es exactamente lo que están negociando. «Es imprescindible la discreción, pero cuando haya acuerdo lo haremos público», afirmó el ministro. Puesto que la intención de los socialistas es, o al menos era hasta ahora, barrer la amnistía debajo de la alfombra hasta pasadas las elecciones gallegas del domingo.
De hecho, un día antes la portavoz del Gobierno no quiso responder cuando le preguntaron si seguía en pie la oferta que hizo el propio Pedro Sánchez a Puigdemont la semana pasada, consistente en reformar la Ley de Enjuiciamiento Criminal para recortar los tiempos de instrucción. Desde la Moncloa, Pilar Alegría se limitó a dar una evasiva: «La Comisión se va a reunir el próximo 21 de febrero, y por tanto les corresponde a los grupos parlamentarios llevar adelante ese debate y ese diálogo con un único objetivo, y es que esa ley valiente y reparadora salga con la misma fortaleza», afirmó.
La portavoz del Ejecutivo se refería a que, en teoría, la Comisión de Justicia del Congreso debería alcanzar un acuerdo el próximo martes. Ese día es la fecha límite para que aprueben un nuevo dictamen que después sea elevado al Pleno. Sin embargo, el PSOE puede pedir una prórroga de 15 días más.
Cada vez hay menos dudas de que Puigdemont no dejará caer la amnistía -la presión arrecia sobre Junts- y de que ambas partes llegarán a un acuerdo. La duda es si la fumata blanca se producirá el martes 21 de febrero o si, por el contrario, los independentistas estirarán los plazos aún un poco más.

El PP reacciona

Tras las palabras de Bolaños, desde el PP se apresuraron a denunciar una nueva cesión de Sánchez a Puigdemont para «amnistiar a todos y por todo», según su secretaria general. Cuca Gamarra señaló que «la única duda» era saber si «el Gobierno tragaba o Junts cedía», y que al final ha resultado ser lo primero: «El Gobierno, como siempre, traga. Y traga con el precio de la impunidad, que significa amnistiar a todos, y por todo. Amnistiar por terrorismo, amnistiar por corrupción, y amnistiar también por traición al Estado», continuó.
También el portavoz del PP en el Congreso, Miguel Tellado, dio por confirmada la cesión. «Bolaños confirma lo que sabe toda España. El PSOE cederá en todo y concederá todo para evitar el colorín colorado. La maquinaria de indignidad y cinismo del sanchismo a pleno rendimiento», escribió en la red X.
El PSOE se dio cuenta rápido de que las palabras de Bolaños eran una bomba de relojería en plena recta final de la campaña en Galicia y cuando los socialistas están volcados en empujar a la candidata del BNG, Ana Pontón. Puesto que solo así podría gobernar la izquierda.
Así las cosas, la vicepresidenta María Jesús Montero convocó a los medios en La Coruña para tratar de enmendar a Bolaños y devolver el foco adonde los socialistas han intentado llevarlo desde el sábado por la noche. «Estos días hemos descubierto cuáles son las verdaderas intenciones y cuáles son las mentiras del partido que sustenta al señor (Alfonso) Rueda. Las noticias tan graves que hemos conocido a propósito de las conversaciones secretas, ocultas, que han mantenido de forma mentirosa, alejada del sentir de los ciudadanos, por parte del señor Feijóo y del PP. Que mientras que estaba pactando con Junts un indulto, un plan de reconciliación en Cataluña arengaba a los ciudadanos, a los militantes, a la gente a que atacara nuestras sedes», sostuvo Montero.
Acto seguido, los periodistas le preguntaron por ese posible acuerdo inminente, pero la número dos del Gobierno intentó zafarse. Habló de que el PSOE mantiene «contactos fluidos con Junts y con el resto de las formaciones», pero no solo por la amnistía, sino también por los Presupuestos. «Cuando haya acuerdos vosotros seréis los primeros en enteraros», zanjó.
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