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27 de julio de 2024

Pedro Sánchez, este lunes a su llegada al PSOE

Pedro Sánchez, este lunes a su llegada al PSOEPSOE / EFE

El PSOE despliega todo un repertorio de excusas y poses para maquillar su clara derrota

«Resistir también es una forma de vencer», afirma la portavoz de los socialistas, que recibieron a su líder entre aplausos. La guerra civil desatada en Sumar les está ayudando a disimular

«El guiso ya está en el fuego», ironizó este lunes de resaca electoral la secretaria general del PP, Cuca Gamarra. Los populares están eufóricos tras conseguir una victoria que, según ellos, acerca el momento de la salida de Pedro Sánchez de la Moncloa. Su candidata, Dolors Montserrat, pidió directamente al presidente que disuelva las Cortes y convoque elecciones generales. Desde el PSOE replicó rápidamente su portavoz, Esther Peña: «Abandonen toda esperanza, porque tenemos Gobierno para rato». Y añadió: «Resistir también es una forma de vencer».

Hoy es día de digestión en las sedes de los partidos, más o menos pesada. Y la de Sumar está siendo pesadísima. Tanto, que la tempestad desatada en la coalición de la ya dimitida Yolanda Díaz está ayudando al presidente a desviar la atención y amortiguar su derrota. Disimularla, al menos.

Vuelan los cuchillos en Sumar, con Izquierda Unida fuera del Parlamento europeo por primera vez en su historia y Más Madrid exigiendo que rueden cabezas, no solo la de Díaz. Frente a la debilidad de su socia, el PSOE se ha apresurado a difundir la fortaleza de sus siglas y de su secretario general después de un curso político marcado por la ley de amnistía y sus casos de corrupción. Incluida la imputación de su mujer, Begoña Gómez.

El portavoz de Sumar y la candidata a las europeas

El portavoz de Sumar y la candidata a las europeasEFE

La puesta en escena de los socialistas empezó la misma noche electoral, con un discurso triunfal de su candidata que no se correspondía con la contundencia del resultado en favor del PP. Y siguió este lunes en la reunión de la Comisión Ejecutiva Federal del partido. Sánchez llegó entre aplausos de los suyos, sonriente después de haber perdido por el doble de votos de diferencia que en las generales de julio -700.000- y por cuatro puntos, el triple que entonces. El mismo Sánchez que, por la noche, había evitado salir a respaldar a su vicepresidenta tercera y candidata.

A la entrada de Ferraz, varios cargos socialistas desplegaron el argumentario del partido, consistente en dar por buena la derrota porque el PP, dicen, no les ha goleado. Y porque han sido el partido que mejor ha aguantado el tipo de los que gobiernan en la Unión Europea. Ribera llegó a afirmar que quien ha salido «trasquilado» es Alberto Núñez Feijóo.

Pero la realidad es que, de no haber sido por el resultado del PSC, que le sacó al PP casi 17 puntos en Cataluña, la ventaja del PP sobre el PSOE habría estado por encima del millón de votos. En Madrid, el PP aventajó al PSOE en 12,54 puntos. En Castilla-La Mancha, en 9,78 puntos. En Andalucía, en 5,71 puntos. Allí, el mal resultado de Juan Espadas ha aumentado el ruido de sables en torno a su relevo como secretario general.

Este lunes proliferan las extrapolaciones del resultado del domingo para resolver la gran pregunta: si hoy se celebraran elecciones generales, ¿el PP estaría en condiciones de obtener los cuatro escaños que le faltaron a Feijóo en septiembre para ser investido presidente? Las más optimistas dan a la suma del PP y Vox 177 escaños. Las menos dejan a ambos a las puertas de la mayoría absoluta.

Esta derrota de Sánchez aleja las especulaciones sobre un posible adelanto de las generales aprovechando una hipotética repetición electoral en Cataluña. Pero es evidente que el presidente necesitará dar un impulso a la legislatura una vez terminado, al menos sobre el papel, el ciclo electoral. Porque este curso ha sido muy poco productivo: no hay Presupuestos de 2024, los de 2025 no están ni mucho menos asegurados, solo se han aprobado dos leyes (una de ellas, la de la amnistía, pendiente de publicación en el BOE), el Congreso ha convalidado dos decretos ley del Consejo de Ministros y, para la reforma del artículo 49 de la Constitución, el presidente tuvo que apoyarse en el PP. En el caso del salario mínimo interprofesional, el Gobierno lo subió sin acuerdo con la patronal porque se aprueba por decreto y no tiene ni que pasar por la Cámara Baja. De entrada, la portavoz del PSOE recordó desde Ferraz que hay una «agenda de regeneración democrática» que Sánchez se comprometió a impulsar tras estas elecciones.

También este lunes se habla de esa moción de censura con Vox y Junts a la que Feijóo no cerró la puerta durante la pasada campaña. Preguntado al respecto en TVE, el portavoz del PP en el Congreso contestó: «Nosotros tenemos que ser alternativa real de gobierno para que cuando Sánchez se dé cuenta de que su proyecto de gobierno es inviable estar en condiciones de ganar y dar a España un gobierno estable, sólido, serio y responsable», según Miguel Tellado.

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