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Pedro Sánchez, este martes en la cumbre de la ONU en SevillaBorja Puig de la Bellacasa / Moncloa

Tres vías muertas

La legislatura entra en un callejón sin salida: Sánchez no quiere y Feijóo no puede

El presidente no está dispuesto a adelantar las elecciones ni a plantear una cuestión de confianza, y el líder de la oposición no está en disposición de ganar una moción de censura

La legislatura ha entrado en un callejón sin salida, del que Pedro Sánchez no la quiere sacar y Alberto Núñez Feijóo no puede. El ingreso en prisión provisional de Santos Cerdán ha sido un mazazo para los socialistas. Sin embargo, a efectos prácticos no va a cambiar nada. La voluntad del presidente es seguir ganando tiempo, esperar a que escampe.

El Gobierno descartó ayer, nuevamente, las dos opciones que Sánchez tiene en su mano: la de adelantar las elecciones y la de presentar una cuestión de confianza. Y sus socios descartaron la que tiene Feijóo, la de la moción de censura. Así que hay tres vías y las tres son vías muertas, incluso con el hasta hace tres semanas número tres del PSOE durmiendo entre rejas.

De momento, en la Moncloa señalan dos fechas: el sábado, cuando Sánchez presidirá la reunión del Comité Federal de su partido en Ferraz y anunciará los cambios en el organigrama del partido, incluido el del nuevo secretario de Organización; y el miércoles de la próxima semana, cuando comparecerá en el Congreso. Allí está previsto que ofrezca a sus socios un paquete de medidas para luchar contra la corrupción, que les permita salvar la cara ante a la ciudadanía a él y también a sus aliados, que están sufriendo el desgaste de mantenerle su apoyo.

Fuentes gubernamentales señalan que, aunque son conscientes de que tienen un problema, la solución no pasa por «tirar la toalla». Y que creen que pueden seguir gobernando. Es más: remachan que están en su derecho de intentarlo, porque a la legislatura le quedan dos años.

La jugada de Feijóo

El líder de la oposición intentó ayer salir de la parálisis política y dio orden a su portavoz en el Congreso de contactar con los grupos parlamentarios, excepto con Bildu, para explorar si su apoyo a Sánchez seguía «intacto» tras un auto del Supremo que los populares califican de «demoledor». El resultado fue que solo Junts le hizo aprecio, y únicamente para poner como condición previa a cualquier conversación que Feijóo viaje a Waterloo y se reúna con Carles Puigdemont. Algo que los independentistas sabían que el PP iba a rechazar de plano, como así paso.

Del resto, el PNV acusó a los populares de estar «en una estrategia de marketing», y no en buscar «un espacio de entendimiento». Y ERC, Podemos y el BNG se cerraron por completo a apoyar una moción de censura para echar a Sánchez. «No tenemos nada de qué hablar con el partido podrido», afirmó la líder de los morados, Ione Belarra. Feijóo sabía de antemano que su gesto iba a ser en balde, pero quería retratar a los que hoy siguen siendo cooperadores necesarios para que el presidente aguante en la Moncloa.

Y ahí quiere seguir. La portavoz del Ejecutivo, Pilar Alegría, reiteró durante la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros que el Gobierno va a continuar hasta el 2027, «porque merece la pena seguir transformando y mejorando este país». Volvió a desechar así un hipotético adelanto electoral. Desde la Moncloa creen -o dicen creer- que la legislatura puede continuar y que Sánchez es capaz de superar este bache. Reconocen que en privado que convocar a los ciudadanos a las urnas en estas circunstancias sería suicida porque no existe «normalidad democrática».

Este miércoles por la mañana, miembros del PSOE y de Sumar se reúnen en el marco de la comisión de seguimiento del pacto entre los socios para tomar el pulso a la legislatura. María Jesús Montero y Félix Bolaños encabezarán la delegación socialista. Ernest Urtasun, la de los magenta. Sánchez ya mantuvo un encuentro con Yolanda Díaz en la Moncloa días después del informe Cerdán, el 14 de junio. Este martes, el ministro Pablo Bustinduy dejó entrever que no hay líneas rojas para la permanencia de Sumar en el Gobierno, sino que ahí permanecerán hasta que la legislatura acaba. «Exigimos garantías de limpieza y un giro a la izquierda en las políticas. Yo estoy aquí trabajando sin cesar en las cosas en las que creo. Con limpieza, honestidad y sin confundir nunca las lealtades», sostuvo el titular de Derechos Sociales.

Pedro Sánchez y Yolanda Díaz, el pasado 14 de junio en la MoncloaEP

Por lo que respecta a la cuestión de confianza, que es una de las potestades que la Constitución confiere al presidente, desde el Ejecutivo rechazaron ayer definitivamente su presentación. Fuentes gubernamentales subrayan que no «existe motivo» para presentarla porque no hace falta, porque aseguran que ya tienen la confianza de la mayoría parlamentaria. Si no -añaden-, perderían todas las votaciones en las Cortes y la oposición presentaría una moción de censura. «Quien cree que tenemos que hacerlo es quien quiere que la perdamos, y no la perderíamos», zanjan.